lunes, 28 de septiembre de 2015

En la oficina

Se maquillaba con cuidado, estaba nerviosa por verse bonita, bonita y a su vez natural… que no parezca que se ha arreglado para él, que no parezca que suele pintarse como una puerta… Se sube a sus tacones, unos cómodos… que el plan no lo sabe, pero se lo imagina y él tiene la pequeña manía de andar por el casco antiguo, en el que solo hay adoquines mal puestos
Lleva un vestido ligero, color verde manzana y el pelo se balancea colgando de una cola de caballo al vaivén de su caminar. Le gusta mirar su sombra mientras anda, contemplar el bamboleo de su pelo al ritmo de sus caderas.
Cuando llega al café él ya está sentado, con la mirada en el café solo, doble que ha pedido hace poco y aún humea. Levanta la vista y la mira llegar, contempla el bamboleo de su cuerpo a medida que ella avanza, subida en sus tacones color cuero.
A un gesto suyo se sienta y pronto un camarero le trae un café con leche y tres sobres de azúcar… Él la conoce como nadie. Lo mira y le sonríe.
-Gracias Señor.
Él se acerca y la besa. –Tómatelo antes de que se enfríe nena.
Ella da sorbos cortos, intercalados con besos que Él le da en el cuello.
Pagan la cuenta y salen a pasear. Caminar de su mano es más bonito que caminar haciendo que su coleta se mueva al vaivén de sus caderas… caminar apoyada en su hombro es caminar hacia el paraíso, sabiendo que en realidad estás ya allí.
Están paseando cuando a ÉL lo llaman. Ha habido un problema y tiene que volver a la oficina. Ella se va con ÉL. Llegan a la oficina y se encierran en el despacho. Ella se coloca debajo de la mesa, si alguien entra no sabrá que está allí. El comienza a trabajar, ella le abre con delicadeza la bragueta y con mimo saca su polla. Le da unos besitos en la punta y comienza a lamerla completamente. Poquito a poco se la va metiendo en la boca, succionando con firmeza, abriendo bien la boca para no rozar con los dientes. Juguetea con su lengua, mientras Él, a la vez que teclea, le acaricia la cara de vez en cuando. Después de unos veinte minutos se corre en su boca y ella lo traga todo. Se la deja limpia y cuando Él lo indica la guarda en su sitio. Se sienta de lado acomodándose bajo la mesa y se relaja un rato. Entra alguien que se sienta a hablar con Él. Mientras charlan Él introduce el pie entre sus piernas y juega con ella, masturbándola con disimulo. Ella empieza a excitarse y quiere gemir, se tapa la boca con el brazo para ahogar gemidos que se le escapan. Él continúa excitándola y ella cree que no puede más, se va a correr si Él no para… aguanta con todas sus fuerzas, pero no es nada fácil… Él intensifica el roce de su pie contra su coño
La persona que ha venido a hablar con su Amo se marcha y ella Él lo acompaña a la puerta, luego echa el pestillo. Le dice a ella que salga de debajo de la mesa y se acerque. Erytheia gatea hasta el sofá donde Él está sentado. Él se pajea con la polla fuera y le indica que se clave sobre Él, sentada. Ella se penetra con su polla y comienza a moverse en círculos. Se mece y se mueve arriba y abajo encima de Él. Sus pechos se bambolean a la vez. Él los agarra, los muerde, los lame, los besa y succiona los pezones.  Ella está muy excitada, le pide permiso para correrse.
-¿Antes que yo? No nena… cuando yo me corra, entonces.
Ella sabe que él no se correrá hasta que no quiera, pero hace todo lo posible por mejorar su placer, por intensificarlo, aprieta su coño para que Él lo note más estrecho, aviva los movimientos circulares, sus favoritos y lo besa con pasión. El problema de esto es que también aumenta su propia excitación; pero al final lo consigue. Él, con los ojos en blanco, explota dentro de ella y cuando ella lo siente, se deja llevar a su vez. Se corren juntos. Él deja caer la cabeza sobre el sofá. Ella se baja y se la limpia bien.
-Anda, ve al baño, recomponte y vete a reservar al restaurante de abajo, para las dos y cuarto

sábado, 26 de septiembre de 2015

Es un juego.

Es un juego: Tu me obedeces y yo te cuido. Es un juego: Yo me entrego y usted me protege.
Juguemos, encontrémonos en lugares que nadie conoce... en lugares que no existen... Convierta nuestro encuentro en una visita a un mundo paralelo... ayúdeme a olvidarme del mundo... Con un simple dedo...


Él acaba de despertar... yo he dormido poco... Aún me cuesta acostumbrarme a sus agarrones dormido... a su forma inconsciente de dominar, de poseer...

-¿No puedes estarte quieta? menuda me has dado... mala.
-No soy mala.

Un dedo, con un dedo me tiene derrotada, me hace cosquillas, con un solo dedo, como pequeñas punzadas mientras me dice, riendo:
-¿Le dices que no a tu Amo? te estás buscando castigo divino!

Pero yo sé que no es verdad, porque se ríe y tiene la voz cariñosa, la que me gusta... y huele a ternura y sé que puedo reirme con las cosquillas, porque está jugando... y me domina de esa forma tan sana y tan infantil... y una parte de mí sabe que soy un poco más suya... que así me gana.

Se levanta y se va a hacer café. Es la única persona que supo cogerle el toque de azúcar que a mí me gusta a la primera. Me llama desde la cocina y gateo a su encuentro. Se sienta en el sofá y me coloco a sus pies. Me da la taza de café y un trozo de bizcocho.
-No tengo mucha hambre Señor.
-Cómetelo

Charlamos, así, con la taza de café calentando mis manos y su presencia calentando mi cuerpo.  Al rato se levanta y se lo lleva todo a la cocina. Cuando vuelve trae una lata de gominolas en las manos. -¿Te gustan?
-Si Señor.
-Bien.
Pone un antifaz en mis ojos y me da la lata abierta.

-Vamos a jugar pequeñita. Tú eliges una gominola, me la enseñas y te la metes en la boca. A ver si adivinas el color.
 No fue fácil, las rojas me sabían azules, las amarillas blancas y las naranjas, que estaba segura de poder distinguir porque generalmente tenía un sabor más fuerte, no me tocaban nunca.

-Vamos perrita... si lo consigues te doy polla.

En ese momento... no sé que me pasó... pero me bastaron dos segundos para decir, con toda la seguridad del mundo:
-Verde!
y mi Amo solo fue capaz de responder:
-Serás zorra... ahora tengo que darte polla.

Me reí con ganas... lo cierto es que estaba orgullosa de mi triunfo. Apoyé mi cabeza en su pierna, jugueteando con su vello... era una manía que el me permitía conservar... creo que le gustaba...
Estuvimos un rato así, hasta que me agarró la cabeza y me dijo:
-Anda ven aquí.
 Abrí la boca y me la tragué toda, buscando conseguir su semen, tragarlo, que fuese mío... era una carrera y yo tenía que ser la mejor... al fin y al cabo, estábamos jugando.

martes, 22 de septiembre de 2015

El orgasmo

Cuando me mudé a la casa nueva me dije a mi misma: Tienes que poner una cama con cabecero de forja... Así, tan intencionado como suena... No sabía nada más... pero la cama estaba clarísima. Así que hoy me encuentro aquí. Desnuda, atada a las esquinas de mi cama, bocarriba y con una mordaza en la boca y dos consoladores en cada uno de mis agujeros. Llevo un rato sola, mi Amo creo que está viendo una película en el salón... le encanta hacerme esto. Ya a estas alturas lo estoy babeando todo... que es lo que yo más odio de las mordazas... y lo que más le gusta a Él.

Aparece al rato...

-Menos mal, con lo callada y lo quieta que estás pensaba que te habías dormido... - dice con ironía... los Amos cuando quieren son unos graciosos...- Ay que ver, estás toda llena de babas... Podrías ser un poco más cuidadosa eh

Pasa un par de dedos por mi coño, acariciando mi humedad.
-Estás encharcada... ¿Tienes ganas de correrte? - asiento, con efusividad, con mucha efusividad.- ¿No dices nada? Imagino que entonces no tienes tantas ganas.

Quisiera gritar de la impotencia.  "Sí!, Si si si si si!! Me quiero correr por favor!!" Pero claro... eso no ocurre... No puedo gritar y Él no está dispuesto a permitir que yo me corra así de buenas...

Saca los consoladores, ambos, casi a la vez... y yo hago muchos esfuerzos por no correrme en ese momento. Después lame mi humedad, mirándome con un gesto sucio y perverso. Mordisquea el interior de mis muslos y sube con sus dientes hasta mis pezones. Muerde, succiona y los pone duros. Coloca unas pinzas... Es algo que no aguanto demasiado tiempo y Él lo sabe. Se clava en ese instante dentro de mí. Bombea con intensidad... parece que quiere hacer que me corra, pero no me da permiso y yo no puedo pedirlo. Me agarro con fuerza a las cuerdas de mis muñecas, abro bien los ojos y busco desesperada una imagen que me distraiga... pero solo encuentro su mirada, que me excita aún más... No voy a aguantar, sé que no aguantaré.... y entonces será horrible... porque habré fallado... Es odioso y a la vez completamente delicioso...

Entonces ocurre. Me quita la mordaza de un tirón y me dice:

-¿Quieres correrte?
-Si.... Amo...
-Pídelo.
-Por favor... Amo... permita...  a esta perra... correrse
-Vamos zorrita...... Córrete.

Y estallo... Estallo porque llevo casi dos horas aguantando, sin parar de excitarme... estallo porque su bombeo me enloquece, porque su olor me embriaga y sigo sintiendo su peso sobre mí... pero, sobretodo, estallo porque así Él lo ha querido, porque me lo ordena, porque soy completamente suya.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Que yo te velo.

Me acariciaba el pelo... tumbados en la cama, Él semi sentado, yo sobre su vientre medio dormida. Había sido un día duro en el trabajo... tenia una compi que ARG... y Él me decía: "se tolerante... no te sofoques... el disgusto te lo vas a llevar tú si no..." Tenía razón, como siempre... pero era dificil. Yo había llegado a las seis a casa, había recogido un poco y me había quedado dormida, quince minutos, luego apareció Él, con sus manos y sus mimos sanadores. Nos sentamos primero a ver una peli... pero claro, Él tan cerca, sus manos acariciandome tranquilamente y al final acabé entre sud rodillas... y su polla acabó entre mis pechos. Arriba y abajo, con la lengua lamiendo la punta... como a Él le gustaba, con la presión exacta... se corrió y de mis pechos lo recogí con los dedos para lamerlo.

En el sex shop de mi barrio habíamos comprado un lubricante con sabor a nubes de caramelo riquísimo, el mismo que yo había usado para hacer la cubana. Él lo cogió y me llevó a la habitación. Poniendo un poco sobre mi ombligo comenzó a masajearme con Él, el cuello, los pechos, el vientre, el pubis... Hasta que comenzó a entrar con sus dedos, haciendome vibrar. Sabía como excitarme en segundos. Pronto sus dedos fueron sustituidos por su polla. El bombeo  frenético explotó en un orgasmo a dúo que debió sonar en todo el bloque...

Me llevó a baño, nos duchamos juntos, mutuamente.  Cenamos ensalada ligerita y nos metimos en la cama.

Me acariciaba el pelo... tumbados en la cama, Él semi sentado, yo sobre su vientre medio dormida... cuando Él vio que se me cerraban los ojillos me dijo aquella frase que ya escuché una vez...

"Duerme peque, que yo te velo."

Él no lo sabe, pero la chica fuerte que yo me considero se rindió a sus pies tras oir por primera vez esa frase de su boca.

lunes, 14 de septiembre de 2015

Vispera de la vuelta al trabajo.

Vuelta al trabajo... lo llevo fatal... con lo bien que se está en verano, en la piscina de mi Amo abrazada a Él... Lo bueno es que montada en el metro puedo contaros cositas aquí... Pero aún así... que yo os contaba igual desde la tumbona al lado de la piscina... ains

Por suerte mi Amo me conoce... y ya me vió venir ayer por la noche.

-Erytheia bonita ¿Cómo llevas la vuelta?
-Mal, Amo, no quiero... -Le dije poniendo voz infantil.
-Venga anda, pide pizza carbonara que voy para allá...
-Bien! Ahora le veo Amo.
-Se buena nena. 

Llamo a la pizzería, cuarenta minutos me han dicho... me ducho veloz, me pongo un vestido corto y los tacones marrones, que son super altos.  Me pinto un poco, sin exagerarlo y lo espero. Cuando suena el telefonillo la primera vez es el de la pizzería, sube, le pago y se va. Dejo la pizza en el horno y ahí sí, me desnudo y lo espero de rodillas. Él llega pronto, casi me acabo de arrodillar y me mira sonriente.

-Mira! Una perra. Perrita ¿Tu la chupas?- me dice divertido.
-Si Señor yo se la chupo claro...
-Pues venga abre.

Se corrió en mis pechos, me dejó toda pegajosa y me dijo que no me lo quitase... ains.

Fuimos a cenar, Él, desde el sofá me iba dando trozos, le encantaba darme de comer. 

De Ahí pasamos a la ducha. Primero entré yo. A cuatro patas, me lavó como a una perrita de verdad. Me secó con mimo.  Después fue su turno, se sentó en la bañera, casi tumbado y yo lo lavé poco a poco... aproveché también para pajearle tal y como me indicó; pero no se corrió, solo quería que se la pusiese dura.

Eligió mi ropa del día siguiente, faldita estampada, blusa azul oscura y cuñas blancas.

-Vamos para el salón, todavía queda la segunda parte del partido.
-¿Quien juega Amo?
-Juega mi equipo, el tuyo lo intenta pero va a perder. - dijo riendo.
-Ya veremos Amo,  ya veremos.
-¿Qué nos jugamos?
-Poder tocarme cuando quiera una semana.
-Y te azoto, eso si ganas.
-¿Y si pierdo?
-Un mes de faldas de vuelo sin braguitas, , tres semanas sin correrte.
- ¿Por qué me azota si gano?
-Porque soy tu Amo y me apetece.
- De acuerdo...  ojala gane.
-Bueno, yo veo el partido y tu chupas.

Es complicado que esté dura tanto rato, pero lo conseguí, se corrió con un gol  de su equipo... ainssss pero tuve suerte, ganó el mío... prefiero los azotes a tres semanas sin correrme, la verdad...

-Ay nena... que vas a cobrar...
-Bueno, pero he ganado....
-No te pongas chula, que el que da soy yo eh...

Me reí, era una competencia sana que teniamos, yo solía decirle que debería quitarse la manía de ir siempre con el equipo que pierde, Él me decía que yo debería buscarme un equipo que supiese jugar...

Me colocó sobre sus rodillas, con la mano, al fin y al cabo no era un castigo. Fue una tanda de las que dejan un picor que gusta... no los conté, Él tampoco pero pasarían de 30 seguro...

-Ahora nena sientate en el butacón y abre las piernas, así muy bien... estrena tu nuevo privilegio semanal, quiero ver como te tocas.

Es algo que me suele dar vergüenza, que me vea tocarme pero lo hice, al principio con timidez, Él me animaba a continuar , a que lo hiciese con más ganas, a que metiese más dedos... y cuando estaba a puntito de correrme me ordeno parar. Hice un mohín, tenía derecho a correrme, no era justo... pero no dije nada, me repetiría que nadie dijo que la sumisión debiese ser justa...

Me cogió en brazos, besándome con furia con ardor, con prisas. Fuimos entrelazador hasta la habitación y allí me lanzó sobre la cama y me folló hasta que me corrí... Después me puso a cuatro patas y me volvió a follar, esta vez el ano, ahí tuve otro orgasmo y Él el tercero de la noche... para  que luego digan...

Hoy he ido de pie en el metro, pero prefiero ir así de satisfecha a poder sentarme...

sábado, 12 de septiembre de 2015

Noches para perderlas.

La canción de las noches perdidas suena en la radio, mientras yo termino de preparar la cena. Me ha dejado cocinar para Él... y llevo tres semanas pensando que podría gustarle. Él está en la ducha, ha estado entrenando hoy. Yo llevo un tanguita rosa y un delantal, el pelo recogido y un dildo en el culo. Espero que le guste la cena... para una vez que me deja cocinar a mí... me ha prometido que hoy me deja cuidarlo y mimarlo mucho, de verdad.  

Aparece con unos boxers azules y una camiseta de rallas burdeos y azul. Es muy guapo, con el pelo mojado más... así de natural. 

-¿Como va eso perrita?
-Bien Amo. 
-Saldrá rico ¿No?
-Eso espero Señor... 

Se puso a trastear por allí, a probar lo que estaba preparando y a probarme a mí también. Me besó y lamió, movió el dildo... ains es extraño como me molesta y me envía una descarga de placer por todo el cuerpo. 

-Cuando quiera Señor, está todo listo. 
-Pues vamos, que cuanto antes cenemos, antes te comeré a ti.

Saco las croquetas de puchero, las papas aliñás y los filetes. Sé que hoy viene con hambre y que tiene ganas de comida tradicional. Por extraño que pueda parecer cenamos tranquilos, sin juegos, Él en la mesa sentado, yo a sus pies. Él no para de acariciarme y a mí se me escapan sin querer ronroneos de placer. 

-¿Te lo has comido todo peque?
-Si, Amo. 
-En el centro de la cama, a cuatro patas, los hombros sobre el colchón, pon un cojín y apoya la cabeza. Quítate el tanga. 
Me pongo de pie y me quito el tanga. Lo dejo sobre la silla, doblado y a cuatro patas voy hasta la habitación. Me coloco tal y como me ha ordenado. Tarda un rato, lo oigo trastear con los platos, imagino que recogiendo la cena. Cuando aparece no me giro, soy lo suficientemente lista. Me azota con la mano las nalgas, están completamente expuestas. Juega con el dildo y con un dedo juguetea con mi coño. Saca el dildo, me azota y entra en mi culo. Me folla el ano con fuerza, mientras juega con mi coño. Cuando está a punto de derramarse dentro de mí, saca la polla y me la pone en la boca. Chupo y me lo trago todo. 

-Ahora te toca a ti. Bocarriba nena. 

Me ata a la cama, brazos y tobillos. Pone un cojín bajo mi culo y me besa. Sale de la habitación, cuando vuelve lleva papel de cocina con algo dentro... 
-Cierra los ojitos zorra y no te muevas 

El hielo me recuerda a una de mis primeras sesiones con Él. Lo coloca en mi coño y quema, me excita, me humedece... Instintivamente trato de cerrar las piernas, pero no puedo, estoy atada, aún así me azota la cara interna de los muslos. 

-Te he dicho que no te movieses zorrita. 
-Perdón Amo.
-¿Frío?
-Sí Señor... 
-Vamos a calentar eso anda. Mi perrita cocinera se lo merece, hoy lo has hecho muy bien. 
De repente baja, me lame, me come succiona mi clítoris, lo frota con las manos.

-Señor, por favor...
-Córrete cuando quieras. córrete mucho.

Solo paró cuando se cansó, yo llevaba ya más de cinco y no podía más. 

Me desató, me limpió con una toalla húmeda, se tumbó a mi lado, me besó y me rodeó con sus brazos. 

-A dormir, es muy tarde. Sueña bonito pequeñita.
-Descanse mi Amo. 

No me hizo falta más que su olor para dormir. 


lunes, 7 de septiembre de 2015

Destino sorpresa III (Final)

Al día siguiente cuando desperté mi Amo tomaba café leyendo la prensa.

-No sabia yo que las perras andasen a dos patas. -dijo.

Me coloqué a cuatro y así entré en el salón.

-Buenos días perrita. ¿Tienes hambre? Desayuna anda. -señaló un cuenco en eñ suelo de leche con cereales.

Lo cierto es qye me habia despertado con un hambre voraz y me lancé a por el desayuno. Él acariciaba mi culo con un pie mientras leía. Cuando acabé llevé mi cuenco a pequeños empujones hasta la cocina y volví para ponerme a sus pies.

Bajo la mesa Él se sacó el miembro y me indicó que chupase. Lo hice con tranquilidad, Él leia en voz alta algunos artículos, aquellos que pensaba podrían interesarme.

Cuando se corrió y se cansó de leer me dijo que me pusiese de pie y fuese a ducharme mientras Él elegia mi ropa, que íbamos a hacer turismo. Cuando salí de la ducha me esperaba con 10 metros de cuerda fina entre las manos, las cuales usó para "decorar mi cuerpo" además insertó dentro de mí un dildo pequeño y las bolas chinas.

-Si algo te molesta tanto como para no aguantarlo, dímelo y veremos que hacer. Ahora vas bien ¿no?
-Si Amo.

Salimos a ver el castillo del pueblo, que estaba casi a pie de playa, paseamos también por el centro histórico lleno de cuestas empedradas y al final fuimos a comer arroz negro  que es mi favorito, con dos copas de verdejo. Aguanté el rato

La vuelta fue por el paseo marítimo, con dos helados de limón. Al llegar fuimos a la piscina un rato, nadamos y jugó con mi cuerpo.

Sobre las seis le entró hambre y me pidió que me preparase para ser merienda. Me duché y unté con chocolate, crema de avellana y diferentes mermeladas mi cuerpo. Tumbada sobre la mesa puse batido en mi ombligo y un vaso de zumo entre mis pechos, que no caiga.

Me lamió toda, hasta que no quedó rasto y después me dijo:

-Voy a volver a poner batido en tu ombligo y si se te cae una sola gota, tu culo lo va a sentir mucho.

Bajó a comerme, poseyó mi clítoris con la lengua y claro, al final no me aguanté y  derramé un poco de batido.

-Muy mal zorrita, lo has manchado todo, eso no puede ser. Ven aquí.

Se había sentado en una silla y me indicaba sus rodillas... creo que sobra decir que aún hoy pica... ouch...

Salimos a cenar de picoteo por varios barecitos del centro y la noche fue como las anteriores, quizás más tierna...

Hoy, muy a mi pesar, volvemos a casa.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Destino sorpresa III

Cuando desperté tenía pegada una nota al pezón derecho.

"Salgo a correr, desayunamos juntos, zumito de naranja y café preciosa, lo demás a tu elección.

Te quiero perrita.

Pd. Prohibidos teléfonos y ordenadores durante el finde."

Cuando salí del baño me puse a preparar el desayuno. Exprimir naranjas, poner la cafetera, cortar fruta, tostar pan, preparar magdalenas de chocolate etc.

Mi Amo llegó cuando todo estaba casi listo. Me besó y mientras yo ponía la mesa se dió una ducha rápida.

Él desayunó y yo bajo su mesa me alimentaba. Cuando se derramó dentro de mí me fue dando poco a poco trozos de tostadas.

Cuando ambos acabamos me indicó de un azote que me pusiese algo para ir a la playa, a pasear.

Si ya me supuso una sorpresa el que quisiese ir a la playa, fue aún mejor cuando ví que no había partes de arriba de mis bikinis en la maleta. Topless obligatorio.

Me puse la braguita del bikini y un vestido corto, coleta alta y gafas de sol.

-¿Estás zorrita?
-Si Amo.
-¿seguro?
-Un poco libre, pero bien.

Se rió y me agarró fuerte la mano. Paseamos por la playa, yo con mis pechos al aire, Él con una mano que iba de mi culo a mis pezones a cada rato. La playa estaba como a Él le gusta, desierta.

Nos bañamos una vez, estaba muy fria, pero ambos estábamos excitados y Él decidió calmar su excitación. Se corrió dentro de mí, en el agua, abrazados. A mí solo me acrecentó la excitación, por más que lo roguè no obtuve permiso.

Fuimos a comer a un sitio de pescado, cangrejos de concha blanda fritos con mahonesa de wasabi y soja; Gyoza japos de verduras, gambas y ternera; ensalada de queso de cabra, ceviche de atún, niguiris de  pez mantequilla y trufa... todo exquisito, todo perfecto y bajo la mesa, entre los platos y el postre, mi Amo me concedió un orgasmo tan inesperado como ansiado; acabando con un mordisco en el cuello y un " tú te corres cuando a mí me da la gana, que para algo eres mía, pequeña."

La hora de la siesta fue agitada, un espejo en el techo, un cabecero de forja y de mi maleta salieron velas y cuerda. La cera olía a vainilla, menuda paradoja... me azotó los pechos y así fue quitando la cera. Me folló mientras yo nos miraba en el techo.
-No cierres los ojos eh perra.
No perdí detalle. Se corrió, me corrí y cuando salía de mí volví a correrme. Limpié su polla despacito, ya sin ataduras; y Él aprovechó para quedarse dormido. Cuando acabé sentí como su brazo me rodeaba y me pegaba a Él. Era dominante incluso dormido. Despertamos a las siete.

La puesta de sol la vimos dentro de la piscina, abrazados. Ducha conjunta con mamada incluida y cena en un restaurante árabe... sillones bajos y yo sin bragas. A veces, cuando me quejaba de esas situaciones el me decía.
-¿Tú a quien perteneces? ... Pues entonces si yo quiero que enseñes, enseñas nena.
El camarero no daba pie con bola y mi Amo se reía con disimulo mientras me tocaba.
Comimos bien y nos lo pasamos mejor...

La noche fue como la siesta, pero más larga, más dura, más intensa... en vez de dos... cuatro...  y que bonito es incluso dormido.

viernes, 4 de septiembre de 2015

Destino sorpresa II

La primera parada fue en un restaurante en mitad de la carretera que podría haber estado en cualquier parte. Un lugar rodeado de campo con un jardincito de ensueño. Comimos genial, tanto pescado como carne. Tras el postre me metió por el jardincito y allí me folló concediéndome mi tan ansiado orgasmo. Él había pasado tres horas conduciendo y excitándome  sin permitir que me corriese.

En el coche volvió a ponerme el antifaz y me quedé dormida un ratillo, lo cual es un logro, porque al principio dormir con el antifaz me era imposible. Cuando me despertó estábamos en el parking subterraneo de un supermercado. Fruta, tostadas, zumo, leche, café. Lo justo para tres días de desayuno.
El acento del los lugareños no se diferenciaba mucho del mío propio, pero seguía sin saber donde nos encontrabamos.

No estuvimos en el coche más de quince minutos. Cuando aparcó por última vez estábamos en unos apartamentos a pie de playa. Mi Amo es maravilloso.

-Estamos en septiembre, espero que no haya muchos veraneantes. 

Una habitación con cama de matrimonio, cabezero de forja y espejo en el techo. Un sofá repleto de cojines y una alfombra fina a sus pies, una cocina pequeña, un baño con bañera redonda, terracita y una piscina privada. Como siempre mi Amo había pensado hasta en el último detalle.

Me llevó a la cama y me dijo: Tú has dormido, ahora me toca un rato a mí. Se tumbó y yo me dediqué a adorar sus pies, lamerlos y masajearlos.

Despertó después de una hora, y de sus pies pasé a su polla. Cuando se derramó dentro de mi garganta me señaló el suelo y a cuatro patas lo seguí hasta la piscina. Se puso a nadar, mientras yo en el borde tomaba el sol.

Salió y me folló el culo en la terraza.

Después nos duchamos juntos y fuimos al pueblo a cenar...

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Destino sorpresa

Me venda los ojos y me sienta en una silla, atada por los tobillos y las manos. Un consolador en mi coño, a máxima potencia.
-Ni se te ocurra correrte.

Intento concentrarme en otra cosa, pero no es fácil. Sé qué Él está preparando una maleta, lo escucho trastear entre mis cosas. Es dificil centrarme en sus movimientos, estoy muy excitada y la oscuridad me obliga a centrarme aún más en las sensaciones de mi coño. Al fin escucho la cremallera cerrar la maleta. Segundos después su polla está en mi boca, chupo con fricción y Él me bombea marcando el ritmo. Cuando creo que no aguantaré más se derrama dentro de mi boca y me ordena:
-Córrete perra.

Me desata y me limpia con una toalla. Su polla ya la he dejado yo reluciente antes. Me quita la venda y bajamos las maletas al coche. Entramos en el bar de enfrente a desayunar.
-Zumo y tostadas para la señorita, para mí lo mismo y un café solo.
-¿No quiere usted café o leche o algo?
-Ella ya ha tomado leche en casa, gracias.

Me pongo roja instintivamente. Él se ríe cuando me mira, está juguetón, pero por suerte, el desayuno acaba sin más percances.

Cuando salimos de la cafetería entramos directamente en el coche. Él me venda los ojos y pone música. Abre mis piernas y las coloca en alto. Arrancamos y en cada semáforo juega con mi coño.

-Solo te digo que nos quedan tres horas de viaje, y que no te puedes correr.