miércoles, 7 de septiembre de 2016

Antes de dormir (se)

Era de noche, acabábamos de cenar en un restaurante que nos gustaba y acabábamos de llegar a casa. En el ascensor mordisqueaba mi cuello, besandome. Los mordiscos en el cuello me estremecen, siempre. Bajaba a mi brazo, apretaba, ese me dejará marca.

Me besaba y jugaba con mi pecho por encima del vestido. Excitandome con sus caricias. Pellizcàndome.

Al entrar me desnudó besandome. Lamiendo mis pechos con ansia.

-Ponte en cuatro sobre la cama.

Saca el cinturón, lo supe cuando dio el primer correazo contra mi culo. No daba fuerte, era un juego... pero seguía doliendome...

Cuando paró me acarició con cariño, besàndome las lágrimas.  Se tumbó a mi lado. Estuve un rato dejándome mimar hasta que me dijo:

-Anda, Erytheia, chupa un poco. 

Me acerqué a su polla y la fui lamiendo lento. Primero le di besitos pequeñitos, lamí el tronco llenándolo de saliva.  Me la metí en la boca hasta el fondo, dejando que se llenará de saliva para empezar con un mete saca lento en el que fui acelerando el ritmo. Ahogandome con su polla, provocandome arcadas y dejando que se me saltaran las lágrimas.

Èl me sujetaba la cabeza y me ahogaba con su polla en la garganta.

-Me voy a correr, que me està dando sueño. Metetela bien dentro.

Asì lo hice, se corrió en mi garganta, en lo más profundo. Alimentandome con su dulce leche.

lunes, 5 de septiembre de 2016

Polvo a polvo

Era temprano por la tarde, llevaba todo el día poniéndome cachonda cuando me escribió un mensaje: Voy.

Y yo entré en la ducha veloz, para prepararme para Él. Ya nerviosa de pensarlo... me tenía tan dominada que la espera ya se hacía un reto personal, tenerlo todo a su gusto, perfecto.

Cuando llegó me pidió un café. Se lo serví y se sentó en la butaca. Me indicó su entrepierna mientras se lo bebía y comencé a chupar. Su polla me encantaba, lamerla y dedicarle tiempo, me excitaba. Comerle los huevos mientras lo pajeaba  y provocarme arcadas mirándole a los ojos. Él bebía su café sonriente, agarrando  a veces  mi cabeza para marcar el ritmo.

Cuando se acabó el café me lo dio para que lo dejase en la mesita y me indicó que lo montase. Me follabas Él, desde abajo, llamándome Zorra y pellizca no mis tetas, con fuerza,  mordiéndolas  y jugando conmigo. Besandome para ahogar mis gemidos de puta. En un momento dado me dijo:

-Baja, pon la boca

Y sin meterla dentro,  se corrió en mi boca, llenandome los labios y las mejillas.