martes, 24 de septiembre de 2019

Noches

Esta es para ti, porque te sigo echando de menos.

Y también para ti, porque aunque aún no existes, te espero y te quiero. 

Era un noche de esas de lluvia y tristeza acumulada. De hormonas vueltas del revés y apuñalamientos internos. Hacia aun calor pero Erytheia dormía tapada, para sentir al menos el peso de algo sobre su cuerpo, como si Él estuviese con ella. Se había marchado de viaje una semana antes y aun le quedaban dos días para volver. Ella se había ido pronto a la cama, la tristeza le había pillado por sorpresa y pretendía ahogarla contra la almohada. Se quedo dormida llorando. Sabia que era cuestión del día del mes, pero seguían doliendole igual los sentimientos wue afloraban.

Él llego sigiloso, había adelantado la vuelta y quería sorprenderla. La encontró abrazada al peluche con el que ella buscaba el calor cuando él se ausentaba. Aunque a ella le molestase, era muy niña a veces. Se metió en la cama y la abrazo, vestido como estaba, cansado, agarró sus pechos y besó su cuello. Ella apenas se movió para adaptarse a Él, a la postura. Así,  como estaban, se quedaron dormidos. Ella amaneció antes que Él, lo miró.

Él siempre sabia que era justo lo que ella necesitaba.

jueves, 12 de septiembre de 2019

La obra.

Era una noche cualquiera, hacia aun ese calor pegajoso de finales de agosto que trae lluvia y Él sudaba ante el ordenador con el aire puesto, mientras oía la lluvia caer. Había sido una buena tarde. Ahora trabajaba un poco, con una infusión, después de haber ido un rato al gimnasio. Ella estaba de rodillas, seguía despeinada después de la sesión de entrenamiento, pero estaba desnuda. Extendía las manos ofreciendo la infusión. Él daba sorbos cortos y la volvía a colocar en la improvisada mesita humana que tenia a su izquierda.  En realidad le apetecía follarle el culo en la ducha, pero ese informe no se iba a escribir solo, y no podía decirle a su perra que el deber es lo primero si no cumplía con los suyos.

Cuando le dio al botón de enviar sintió que ella sonreía. Si, él también estaba contento.

La dejo allí y se fue a buscar unas cosas. Cuando volvió ella seguía en la misma posición, aunque con los brazos un poco caídos.  Con la vara que tenia en la mano le levantó los brazos para corregir su posición.  Dejó las cuerdas, la vara y la vela sobre la mesa.

-Deja eso en la cocina y espérame en la ducha.

Ella agarró la taza con  la boca y gateó hasta la cocina... cuando quería era incluso lista.

Dejo todas las cosas preparadas para después.  Cuando llegó ella estaba arrodillada en la ducha, abrió aun más las piernas cuando Èl entró y agachó la cabeza.

Él se desnudó y entró en la ducha. Abrió el agua que cayó directamente sobre la cabeza de ella. Se metió debajo del grifo empujandola un poco.

-¿Me permite lavarle Amo? Por favor.

-Venga, pero no te pongas de pie mientras no sea necesario.

Cuando salieron de la ducha Èl le secó el pelo. Después la llevo de la mano al salón y la coloco en el centro. Comenzó a dibujar con la vara en sus nalgas, ella no aguantaba bien la posición,  de pie, recta, de puntillas... pero trataba con todas sus fuerzas de no balancearse al ritmo de los golpes... Era tan pequeña.

5 rayas en su culo, paralelas, otras cinco en sus muslos, cruzándose entre ellas.

Después la comenzó a atar, empezó con una cuerda colocada en la boca a modo de mordaza que ella sujetaba con los dientes, dibujo así una figura a su alrededor, marcando sus pechos, sus caderas. Cuando acabó encendió la vela. Ella lo miraba aun exhausta,  tratando de mantenerse de puntillas pero con cierto balanceo de su cuerpo. No iba a atarla al techo, quería su tesón por complacerlo, su obediencia consciente y constante. Con la vela terminó de decorar sus tripa,llenando de cera su ombligo. Así,  como estaba, con los pezones descaradamente salidos, señalando la excitacion que sentía, la coloco sobre la pared y abrió su culo despacio.

Se la folló con cariño y a la vez, asegurándose de que el gotelé de la pared dejaba arañazos es un piel,  ese mismo gotelé que ella quería quitar...

Le dio permiso para correrse cuando Él lo había hecho ya en su espalda. Después puso la tumbó en el suelo y fue a por hielo, agua y crema.

-Todavía no he terminado contigo, después de cenar vendrá el segundo asalto, perra.