jueves, 23 de junio de 2016

El cinturón trenzado.

Era trenzado, con la correa en un tono verdoso y naranja.  Con ese cinturon me cruzó el culo la primera vez. con el había rodeado mi cuello, lo había usado de correa. Yo lo había besado mil veces y se lo había pasado por las presillas del cinturón otras tantas que íbamos a salir juntos. 

Su cinturón y mis tangas... las trenzas de mi pelo y las que marcaba en mi culo... 

Ese cinturón había marcado una fase diferente, de aprender, de llorar, de sonreirme de conocer....

Cada correazo era una nuevo mensaje que me llegaba, un nudo en el estómago y en la garganta... un recorrer. 

Me coloqué en pompa... me enfrenté a la situación sabiendo que era lo que debía hacer. Cogí aire y esperé. Cayó el primero y el aire salió de golpe, mientras los demás se sucedían, dejándome sin respiración... 

Y de pronto el golpe fue ensordecedor y vi como algo volaba sobre mi cabeza. La mitad del cinturón cayó rota sobre mi cama, quedando delante de mí. Cerrando esta etapa con él...


Hoy, nos vamos de tiendas. 

jueves, 9 de junio de 2016

huracanes internos

He pensado mil veces en cerrar este antro, en echar la persiana, en permitir a Erytheia y Andrés seguir sin mí su camino... pero no me atrevo

Hace un tiempo que la vida de esta pareja, tan idílica, tan perfecta, se me queda chica... que necesito escribir más allá de sus fantasías... y no encuentro como plasmar lo que me remueve por dentro... lo que me agarrota las entrañas.

Quien mejor me conoce sabe que tengo un blog personal, en el que cuento mis historias... pero ese hace ya tiempo que se me quedó pequeño y ahí ya solo tienen cabida pequeñas cartas de amor a la gente que me rodea.

El torbellino que me acecha se rebela y se acerca cada noche, estos insomnios míos, que se pasan por el forro mi fama de marmota... Sé que tengo algo dentro que necesita estallar y no tengo claro con qué forma llegará este huracán. (por suerte sé que no estoy sola en mis huracanes,  ni aún faltando Él)

Erytheia y yo tenemos un trato, que sirva de parche a esta pequeña crisis... yo plasmaré aquí mis pequeños huracanes, mis crisis... al menos, hasta que encuentre la manera de avanzar en este huracán.

Una forma nueva de amar, de ver, de oler, de sentir, de tocar, de pensar, de soñar, de querer, de crecer, de crear... este irreflenable deseo de pintar con los dedos, de sentir latir un pecho ajeno, de meter las manos en harina, de mancharme, de nadar.

Probablemente sea algo transitorio, algo de crecer... pero necesito rebelarme, chillar.

Chillar que no quiero ser grande, que quiero ser pequeña y ser yo, que no necesito éxitos acumulados, que mis expectativas no van más allá del próximo mes... que cuando acabe la carrera no sé que quiero hacer... más allá de querer enamorarme y encontrarLo... y reencontrarme en el relucir de sus ojos sobre los míos.

Decir que soy guapa y que no me importa, decir que soy inteligente, pero no tanto como creen... que tengo miedos y barreras, inseguridades... que yo me equivoco, que yo me caigo... Que no sé a quién votar en las próximas elecciones... que suspender no es fracasar, que llorar en público no es de débiles y bailar no es ridículo

Agradecer esta crisis, estos cambios, estas personas que son presente, esta vida, estos sueños... y este amor que un día vendrá.

Escribirle a Él, a mi Él que llegará, que no se preocupe, que me están cuidando y estoy aprendiendo a cuidarme... que nunca permitiré ser una carga y que las collejas que me debe una que yo me sé... por todas las veces que he dicho que no existía... tenemos que hacer algo para negociarlas... Pero sobretodo, que venga y me acune en su pecho.  Y que si no quiere venir, no pasa nada... que yo lo querré igual.


Y pedir por favor una señal que me diga que todo irá bien... que el torbellino se apaciguará algún día... o que yo, me adaptaré a su ritmo.

Hoy, esta falda nuestra, es un poco más mía... espero me lo permitas, tú que me lees.

lunes, 6 de junio de 2016

Listilla

Carlos, el Amo de mi amiga Silvia nos había invitado a cenar a su casa. Nos llevabamos muy bien con esa pareja... cuando el Amo me los presentó Silvia y yo conectamos muy pronto y Carlos era genial, así que también nos hicimos muy amigos. En su casa estaba muy muy cómoda... y a veces me pasaba de listilla. 

Ese día estabamos cenando sin parar de bromear cuando el Amo me echó la primera mirada. A Andrés no le parecía respetuoso que yo chinchase a Carlos... con Silvia le importaba menos. 

La segunda mirada me asustó del todo... pero estaba crecida y ya no fui capaz de parar.  Un "Eres idiota" hizo que el Amo me pidiese que saliese del salón para hablar. 

-Me parece genial que te lleves bien con mi amigo, es maravilloso pero te recuerdo que es un Amo, que le debes respeto y que eres mia. No me gusta ese juego, no me gusta que lo chinches y que seas irrespetuosa. Vas a acercarte a Carlos, le vas a pedir disculpa y le vas a pedir por favor que nos deje usar su rama y su habitación un rato. 

-Amo por favor no, le prometo que no lo voy a hacer más. 

-Creo haberte advertido más de una vez. no me hagas repetírtelo y ve. 

Casi me muero de la vergüenza. Cuando entré en la habitación Silvia estaba haciéndole una mamada a Carlos arrodillada delante del sofá. Yo me quedé de pie, esperando a que me mirase.

-¿No te sientas? 

-Carlos, quiero pedirte disculpas por mi actitud... y mi Amo me ha ordenado que te pregunte si nos dejarías un rato tu habitación y tu rama. 

La cara de Carlos fue genial y Silvia incluso dejó de chupar para mirarme riéndose. Aunque un golpecito en la cara que Carlos le dio con su polla la hizo volver a la tarea. 


-¡Andrés! - gritó Carlos. 

Mi Amo apareció por la puerta. 

-¿Nos vas a dejar mirar?

Casi me muero de la vergüenza cuando escuché a Carlos decir eso... Silvia me miró sonriente... perra...

-¿A ti que te parece Erytheia? - dijo mi Amo

-Me da vergüenza, Amo. 

-Venga va, os dejo mirar. 

Cuando llegamos a la habitación Carlos se sentó en la cama, y Silvia continuó con la mamada. 

Yo me desnudé y me coloqué sobre los cojines. 

-Uno, dos, tres... iba contando... soltando gemidos cortos como quejas suaves... con el 7 cayeron las primeras lágrimas, que Carlos lamió de mi cara. 

Paró en el 20. Para entonces Silvia estaba montada encima de su Amo. 

Mi Amo entró en mi culo y me folló con fuerza. Se corrió dentro y me colocó la joya anal para que no se saliese nada. Carlos, salió de Silvia para correrse en mis tetas que después ella lamió. 

Nos bajamos y se sentaron en el sofá. A mi el Amo me indicó el rincón... y mientras ello, jugando con las tetas de Silvia, veían una peli... yo, que soy muy lista... miraba la pared. 

sábado, 4 de junio de 2016

El Ama.

Siempre había temido y anhelado esta situación, de igual manera, en la misma intensidad.
Ahora estaba allí, de frente, con la mirada puesta en ese nuevo reto que se abría de piernas ante mí.
Los lametones eran inseguros... ¿Como puede resultar ajeno algo que tienes tan entre las piernas? Claro que... yo al mío no me llego... y tampoco conocía lo suficiente a la Señora como para saber qué le gustaría...

Me costó coger confianza pero poco a poco encontré la manera de hacerla disfrutar, como si de mi Amo se tratase. Era bonito sentirme tan Suya estando con otra persona. La Señora me cogió la cabeza y me guió, yo jugaba con la lengua como sabía y cuando la escuchaba gemir repetía movimientos... al final apretó muy fuerte y se corrió.

Se tumbó en la cama y yo me quedé sentada en el suelo respirando tranquila.

-Anda sube, descansa un rato que ya está al llegar Andrés.

El Amo me había dejado allí tres horas antes, en la puerta de casa de una de sus mejores amigas, un Ama que yo había visto un par de veces porque viajaba mucho por trabajo. Me había dado un beso en la frente.

-Se buena y obedece.

Se había marchado tras llamar al timbre, yo no tenía ni idea de donde estaba. Cuando ella me abrió la puerta y me dijo que pasare me sonrojé muchísimo y bajé la mirada. Ella la levantó y me besó.

-Tu tranquila.

Al llegar al salón me pidió que me desnudase despacio y me pidió que le llevase un refresco, indicándome donde estaba la cocina.

Coloqué dos hielos pequeños en un vaso y lo llevé todo en una bandeja. Ella me tumbó en la mesa, puso la bandeja en el suelo y cogió los hielos.

-Esto no me hace falta, querida. - dijo mientras me metía cada uno en un agujero.

Empezábamos bien...

Se terminó el refresco con tranquilidad, mientras yo derretía los hielos con el calor de mi cuerpo.  Cuando se levantó me besó con sus labios rojos

-Vamos a jugar un ratito ¿Vale?
-Si, Señora.

Me agarró las tetas con fuerza y las ató con una cuerda, dejándolas tensas. Me llevó a su dormitorio y ató la cuerda de las tetas al cabecero, dejándome a cuatro patas.

Así como estaba me enseñó un látigo lleno de nuditos.

-¿Vas a demostrarme que eres tan buena como tu Amo dice?

Esas palabras me llenaron de orgullo.
-La complaceré Señora.
-Así me gusta.

Los azotes cayeron... y esos nuditos... El Amo de momento no tenía ninguno de esos, y menos mal.

Conté 30 cuando paró. Desapareció y volvió con una crema que restregó con velocidad por mi culo... me cuidaba.

Andrés dice que tu culo es un pozo sin fondo... vamos a probar si es cierto.

Me enseñó un arnes cuyo dildo temí que saliese por mi boca... era de las cosas más grandes que he visto en mi vida. Se lo tocaba con cara de perversidad mientras me sonreía.

-Seguro que para una puta como tu esto solo es una pequeña molestia.

Entró, y dolió muchísimo... lo metió despacio pero sin parar en ningún momento... aguanté pensando en mi Amo, el querría eso... y cuando empezó a bombear, sentirme tan llena me hizo excitarme muchísimo, pero sabía que no me podía correr.

Cuando lo sacó, me hizo una foto para mandársela al Amo, de mi culo abierto... me la enseñó y me dio muchísima vergüenza.

Se quitó el arnés y empezó a desatarme, mientras me daba besos que llenaban mi cuerpo de pintalabios... Me arrodilló en el suelo, a los pies de la cama... Por un momento pensé en la imagen... ella alta y morena, yo rubia y pequeñita.. su pelo liso, mis tirabuzones... su Dominación, mi sumisión... Mi pensamiento se vio interrumpido cuando me besó, me metió la lengua agarrando la barbilla y mirándome fijamente me dijo:

-Prueba definitiva Erytheia. Ahora vas a comerme el coño.