lunes, 1 de abril de 2019

Nunca jamás de los jamases.

Veníamos de pasar el finde fuera. Antes de salir habíamos parado en el baño del restaurante donde habíamos comido, un sitio griego espectacular. ¿ Por qué se conoce tan poco la comida griega?
Él iba conduciendo y yo de copiloto (eso significa que cambiaba cada dos canciones la música porque ninguna le gustaba) estábamos a media hora de casa cuando me entraron ganas de hacer pis. Me puse nerviosa porque esta situación se había repetido a la ida y un par de veces en el finde. Desde mi problema de piernas por la deshidratación controlaba un montón el beber suficiente agua, pero, mi cuerpo no se había acostumbrado y me pasaba todo el rato haciendo pis.
No le dije nada durante un rato tratando de aguantar, pero cada vez era más difícil... y íbamos a mi casa, por lo wue todavía teníamos que encontrar aparcamiento.
-Estas muy callada nena ¿Qué te pasa?
-Nada Amo, nada.
-Erytheia.
-Me hago pis, Amo.
-¿Serà mentira no?
-Es que he bebido mucha agua en la comida Amo,  y el té...
-Te voy a tener que poner pañales.
-No porfi Amo, si yo aguanto...
-No es bueno aguantar, pero bueno ahora te vas a esperar a casa, que no voy a parar. 

No volvió a mencionar el tema y yo me medio olvidé del asunto ¿Pañales? que va... no era para nada su estilo, además ¡Qué vergüenza! ¿Qué tenía aquello de sensual? Nunca jamás de los jamases... 

La vida siguió pasando, con Su Amor y Su vara (yo siempre preferiré lo primero, claramente). 
Una noche estábamos en casa y yo había vuelto del gimnasio tarde, siempre bebo mucha agua en el gimnasio porque Él me insiste mucho,  además con razón pues mis problemas de piernas se acentúan cuando tengo las piernas cansadas. Yo había ido al baño ya dos veces y estábamos cenando, una cena normal, hablando tranquilos, sentados en el sofá y con una de Sus pelis favoritas. 

-Amo, ¿Me dar permiso para ir al baño?
-Shh. 

Al Amo le molesta mucho que interrumpa cuando estamos viendo una película y yo había estado un rato aguantando pero ya era motivo de fuerza mayor.  Aún así apreté un poco y volví a aguantarme un rato más. Pasaron al menos quince minutos y resoplé un poco porque no podía más. 

-¿Qué pasa ahora?
-Perdón Amo, es que me hago pis. 
-Ah entonces ponte de pie. 
-¿Puedo ir?
-No, que te pongas de pie. Vamos a ver si eres capaz de obedecer a tu Amo como tiene que ser. Trae el taburete de la cocina. 

Fui a por él, esto iba a ir mal y yo ya me estaba dando cuenta pero no tenía intención de abrir la boca al respecto. 

-Colócalo ahí, fuera de la alfombra. Súbete de rodillas y pon las manos en la cabeza. Ahí, si te meas perra, te pasas toda la semana en pañales. 

-Si Amo, perdón Amo.

- Y callada que estoy viendo la película. 

Miré la escena, al menos quedaba una hora completa de película. Me iba a hacer pis y se iba a enfadar un montón y me iba a poner pañales y entonces me moriría de la vergüenza y me enterrarían con los pañales puestos. 

Entré en una crisis dramática un poco exagerada cuando vi el panorama. No podía cerrar las piernas  para tratar de aguantar más ni tampoco podía bajar las manos. 

En los anuncios se levantó y me pellizcó un pezón. Fue a la cocina, volvió con una jarra de agua. 

-Bebe. 

Me dio un vaso y después otro, pensé que iba a llorar... 

Me azotó un poco el culo con mi propia zapatilla, que era de goma y dolía bastante. 

Volvió a sentarse a ver la película, de vez en cuando me miraba y se sonreía. Cuando acabó la película yo pensé que había ganado, era fácil... ahora me dejaría ira hacer pis y habría ganado ... sin embargo sin mirarme se levantó y lo oí escuché hacer pis, abrir el grifo del baño... me quería morir,  no podía aguantar más. 

Volvió al salón y me dio otro vaso de agua. 

-Bebe...

Esta vez fueron tres y yo empezaba a asumir que iba a pasarme una semana en pañales.

-Te voy a dar dos opciones, vas a hacer pis y después me la chupas asumiendo que vas a llevar pañales toda la semana o intentas aguantar hasta que me corra y a lo mejor te libras, pero si no lo haces serà una semana con pañales y a veces con lija. 

Una vez estuve un día con braguitas con lija en el culo por haberme ido a dormir sin ellas después de que me azotase para evitar el roce. Fue horrible pero esta vez no me había azotado además,  aun podía ganar. 

-Me gustaría darle placer, Amo. 

Él me hizo bajar del taburete y arrodillarme en sus piernas mientras se sentaba. Comencé a chuparsela cómo siempre pero Èl comenzó a estimular mis pezones y eso me desconcentró y me excitó. Al principio aguanté bien pero, cuando se corrió, me meé encima. 
Empecé a llorar de la frustración. Èl me abrazó y me llevó a la bañera, ahí me lavó y me dijo: 

-Hoy hemos aprendido a no desafiar al Amo por orgullo. 

Me dijo que lo recogiese todo y se fue a la farmacia. Apareció con una bolsa de pañales para adultos y me tumbó en el sofá,  eran con dibujos rosas. 

Me levantó las piernas y me azotó un poco con la mano, calentando la zona.  Después me dejó allí y fue a por la lija,  la pegó al pañal. Yo seguía lloriqueando.  Me lo ajustó y me dijo: 

-Solo lo cambio yo, cuando esté mojado o sucio vendrás a pedirme por favor que te cambie y me recordarás que eres una nena cochina que no sabe controlar su pis. Por cada vez que lo toques sumarás un día. 

-Si, Amo. 

-¿Por qué llevas pañales Erytheia? 

-Porque soy una nena cochina que no sabe controlar su pis, Amo. 

-Muy bien, ahora vamos a dormir.