jueves, 12 de diciembre de 2019

Perdón

Estaba ansiosa por saber que le pasaría a Lara al día siguiente, algo me decía que escribiría esa carta... De repente, no solo me excitaba pensar en lo mucho que le gustaría a mi Amo jugar con ella o la idea de espiarla para Él, sino que también me excitaba la idea de poder llegar a tenerla a mi merced, que pagase cada uno de los desprecios que me había hecho todos esos años trabajando juntas. Cuando le conté al Amo estas sensaciones se rió a carcajadas. "Sabía que esto ocurriría. Quiero que lo hagas, que la tengas a tu merced, pero recuerda, solo para mí, jugarás con ella para mi disfrute."

A la mañana siguiente Lara vestía entera de negro... menudo luto, pensé... Adecuado para lo que le esperaba. Estaba segura de que había escrito la carta, su manera de actuar no había sido por in sumisión sino por novata, se notaba que en realidad estaba loca por el jefe, hay cosas que se ven en las miradas, incluso en las de las zorras sin corazón. 

Efectivamente, ese día pude escuchar como Lara leía la carta al jefe... la verdad es que la redacción no era lo suyo y, como me esperaba al escucharla, él no quedó convencida. Era mi momento, vi que al salir del despacho del jefe se iba hacia el baño, claramente afectada por las duras palabras que él le había dirigido y esperé un par de minutos para entrar y seguirla. 

-¿Estás bien?- Dije, de manera inocente. 
-Si, gracias. 
-Somos compañeras, me lo puedes contar eh, ya sabes, a veces entre mujeres nos entendemos y tu y yo tenemos muchas cosas en común, muchas más de las que imaginas. 
- Ah, ¿Sí? Anda, déjate de cotilleo y métete en tu vida mejor... Ah, no... que no tienes... será por eso que tratas de involucrarte en la mía. 
-Mira zorra, no me toques el coño, que vengo a ayudarte pero si quieres también puedo joderte viva. Sé perfectamente lo que te pasa, te vi el otro día con el jefe, te dejó el culo precioso, seguro que todavía tienes marcas, pero es lo que tiene la entrega, que si buscas beneficio antes que servir, sales escaldada. 

A Lara se le fue cambiando la cara con cada una de mis palabras y, en ese momento, sentí que yo medía metro y medio más que ella. 

-¿De que narices hablas?

-Yo también tengo un Amo, bastante más guapo que el jefe, por cierto y bastante más bueno. Él tuvo la idea de grabarte así que tengo en mi poder muchas conversaciones en las que se demuestra que eres la perra del jefe y que tu despacho propio, tu chalet y tu cochecito no son más que por chuparle la polla y dejar que te pete el culo. Ahora resulta que la has cagado... se te ha notado que eres novata en esto, pero yo tengo muchas tablas y, si quieres, puedo ayudarte a remediarlo... a cambio de algo, por supuesto. 

-Estas de coña... ¿Tú? Con la pinta de mojigata que tienes... Un Amo... ya, claro... seguro que también vais a fiestas y te exhibe... si seguro que no has echado un polvo en tu vida con la luz encendida... eso si es que no eres virgen... ¿Qué vas a haber grabado tú? Seguro que te habrías escandalizado si supieses solo una milésima de mi vida. 

-¿Colgarte del techo como una lámpara con velas? Lo hice hace 3 años. ¿Que me magreen hombres en un local mientras voy de la correa del Amo? Más de 10 veces... Tu amiga Lorena estaría encantada de conocer a mi Amo, viendo las ganas que tiene de jugar contigo y el jefe...  Tienes dos opciones, vienes, te dejas ayudar y asumes que vas a pagar por cada uno de los desprecios que me has hecho estos años... o pasas, pierdes al jefe y quien sabe si tu trabajo también. 

-Eres una zorra. 

-Ya lo sé cariño, ya lo sé... soy mucho más zorra de lo que tú puedas llegar a imaginar. Ya sabes, si quieres arreglar las cosas, ven a buscarme a la hora de la salida en el parking. 

...

A las cinco de la tarde, cuando bajé al parking, tal y como esperaba, Lara ya estaba allí. Le dije que me siguiese con su coche y fuimos a mi piso. 

-Bien, cuéntame tu historia por encima anda, pero no seas demasiado pesada, no me vayas a aburrir. 

Encendí una cámara y la hice sentarse frente a ella. 

-¿Pero por qué me grabas? 

-Porque a mi Amo esto le va a encantar. 

Mientras hablaba fui acercándome y acariciándola. Me quitó la mano. 

-Primera regla que tienes que aprender, NUNCA quites la mano, eres sumisa, estás para servir a tu Amo y ser usada, no para tu placer. Pensaba que tendrías menos que aprender. 

Me contó que habían empezado a verse hacía poco, que cada vez se habían gustado más y que él pronto le había hablado de sus sensaciones, que su mujer también era su sumisa pero que a ella la sometía y que ese ultimatum había venido precedido por numerosas llamadas de atención. 

-De acuerdo. Primero vas a pedirme perdón por cada uno de los desprecios que me has hecho estos años, obviamente esto es solo el principio, pagarás uno por uno. Pero, a cambio, recuperarás al jefe tal y como ansías y volverás renovada y mejorada. 

-Te pido disculpas, la verdad es que él me dijo que...

-¿Que haces? Pide perdón de rodillas y desnuda, sin justificarte. 

Lara se quedó paralizada, pero al final lo hizo. Se desnudó... la muy perra estaba buenísima... y verla arrodillarse para pedirme perdón me puso a cien.

-Muy bien, por ahora puedes vestirte. Te voy a explicar un par de cosas de mi historia para que veas donde han estado los fallos de tu carta. 


Después de esa tarde, tomando café, Lara no me pareció tan arpía y me di cuenta de que, tras esa apariencia de zorra sin corazón, había una chica con ganas de entregarse... Una vez que hubiese redimido cada uno de sus desplantes, podríamos llegar a ser buenas amigas. 

miércoles, 11 de diciembre de 2019

Micrófono.

Cuando llegué a casa el Amo me hizo contarle todo lo que había visto mientras, abierta de piernas frente a Él, me tocaba, no me permitió correrme hasta acabar el relato y después de eso, me dijo que tenía que seguir espiando a Lara, que debía poner un micrófono en su despacho. 

A la mañana siguiente, cuando vi a Lara desayunando en la cafetería con el jefe me sonreí, ahora yo conocía su secreto mientras que ellos no conocían el mío. Me apresuré a subir y coloqué el micrófono que me había dado el Amo, todas las grabaciones llegaban directamente a mi portátil y podía escuchar las que quisiese.  Después de eso salí y me fui a la zona común, me pedí un café y me puse a charlar con algunas compis. Lara pasó mientras charlábamos y nos lanzó una mirada de desprecio infinita. 

"Algunas son perras incluso cuando no van a cuatro patas". - dije inconscientemente. Ella aceleró el paso y vi como, mientras se cerraban las puertas del ascensor, me miraba con odio. Después me di cuenta de que quizás había sido un comentario bastante imprudente, que le había podido hacer intuir que yo sabía algo sobre ella pero, me sentía poderosa y fuerte conociendo su secreto. 

La mañana pasó así, cada vez que Lara entraba en el despacho del jefe yo sonreía, y cada vez que el jefe hacía el camino inverso también, una de las veces incluso le guiñé un ojo a Lara, como diciendo: "tía tranqui, que si vuelves sin pintalabios yo te aviso". 

Cuando llegó la tarde, en casa, me puse a escuchar las conversaciones que Lara había tenido ese día. Me di cuenta de que, a pesar de su altivez, apenas había vivido la mitad de las cosas que yo había experimentado con mi Amo. Hubo muchas conversaciones que no tenían absolutamente nada de interesante pero, hubo un par de ellas que me pusieron cardíaca, la primera fue una cuando entró el jefe.

- Vamos a ver puta, leeme lo que escribiste ayer.
-Sí, Jefe. "Un sabado cualquiera, fuimos a un local, allí todos le conocían, tenía muchos amigos. Cuando entramos me ordenó arrodillarme y me colocó una correa al cuello, me paseó así por el local, me dijo que fuese obediente y que me callase, que no quería escuchar ni siquiera mi respiración. Mientras paseábamos por el local todos los hombres allí me tocaban el culo, magreándolo, me di cuenta de que era la única mujer que estaba allí. De repente usted se paraba, me alzaba por el pelo y me colocaba con las piernas abiertas y las manos sobre la cabeza, como cuando me inspecciona. Me quitaba el vestido, rompiéndolo con unas tijeras y me dejaba allí en el centro, se pedía una copa y varios hombres se acercaban a manosearme y pellizcarme las tetas, me hacían daño pero usted no me había permitido hablar, gemir ni mucho menos quejarme. Después de un rato me ataba u me colgaba del techo, con una escalera me colocaba varias velas y me dejaba allí como lámpara del local. Yo le veía charlar con sus amigos de copas y pensé que se había olvidado de mi. Al final de la noche me bajaron y usted, atada como estaba, me colocó un abrigo por encima y me sacó hasta llevarme a su coche, me metió en el maletero y me llevó a casa, al llegar me azotó y me folló el culo, me desató y me dejó durmiendo en el suelo mientras se acostaba en mi cama."
- ¿Tú callada y dejándome bien delante de mis amigos? Si solo eres una puta quejica... mucho tienes que aprender para que yo pueda llevarte con personas decentes... ni como mobiliario me servirías.
-Tiene razón Jefe.
-Pues claro que la tengo.

Me di cuenta de que Lara fantaseaba con cosas que yo ya había vivido, ser cedida o prestada, manoseada por muchos hombres, inmovilizada, usada como mueble... todo eso lo había experimentado yo ya con mi Amo. Supe que, si me acercaba a ella, podría jugar con sus fantasías y con las debilidades del Jefe para mi beneficio y especialmente, para el beneficio del Amo... Tenía que pensar como iba a acercarme a ella.

La segunda conversación fue aún mejor, después de la comida el jefe entró enfadado en el despacho de Lara y al poco rato salió aun más enfadado, Lara se apresuró a seguirlo al despacho, cuando escuché la conversación me di cuenta a qué se debía.

"Ayer tuviste una conversación muy bonita con tu amiga Lorena ¿No? Así que entregas tu trabajo tarde para que te azote y correrte como una puta zorra. Muy bien. si ese es tu juego puedes irte, comprarte un vibrador y jugar sola. Ya te dije que esto no es un juego, que si quieres ser mía te lo tienes que tomar en serio. Esta noche quiero que me escribas una redacción sobre los motivos por los que quieres continuar, mañana me la dejarás a primera hora sobre la mesa, si veo que no me la entregas o tus motivos no me convencen se acabará todo aquí, volverás a ser una simple empleada. Ah y si quieres seguir siendo mía, nada de sexo, azotes y mucho menos orgasmos hasta nuevo aviso. Vete."

Se escuchó un portazo y me di cuenta de que, el día siguiente podía ser decisivo. 

martes, 10 de diciembre de 2019

Tras los matorrales.

Cuando salí de entregar el informe vi que Lara seguía en su despacho, el Amo me había dicho que ese día llegaría tarde y, al ver como ella salía hacia su casa, pensé en lo mucho que se divertiría el Amo si además de lo que yo acababa de ver le contaba un poco más sobre Lara. Decidí seguirla con prudencia, sin que pudiese verme... Era tan alta y altiva que ni siquiera miró hacia atrás para ver si quedaba alguien en la oficina de la que despedirse. 

Cuando salimos se subió a su coche y yo al mío, tenía un coche enorme que acababa de salir al mercado, la muy puta, seguro que eso no lo había comprado con su sueldo... La seguí y vi que se dirigía a unas urbanizaciones en la zona norte de la ciudad, llegó a un chalet, pequeñito pero de lujo, de estos que venden como construcciones de primera calidad a nuevos ricos ¿Quien podía pagar eso? Alguien que chupa las pollas correctas... porque con el sueldo que le correspondía, claramente era imposible... 

Entró y aparcó, pensé que ya me había quedado sin opciones de conocer un poco más la historia que había detrás de Lara, pero entonces la escuché salir al jardín. Entre los matorrales pude ver que llevaba la parte de abajo de un bikini blanco de hilo y se tumbaba en una hamaca al lado de la piscina, pegada a la valla lateral. Me apresuré en situarme allí y encontré el hueco perfecto para observarla y escucharla. Desde allí me resultaba aún más fácil oírla. Cogió el teléfono y se lo puso a la oreja. "¡Bingo!" Iba a hacer una llamada.

"Lorena tía, ¿Qué tal? Te tengo que contar, vas a flipar. Hice lo que me dijiste, dejé el informe con un par de fallos de ortografía y lo entregué una hora tarde, ya sabes... le puse la excusa de que no llego a todo y le dio igual... normal, seguro que sabía que era mentira, que ayer estuvimos las dos de copas... y claro, eso sumado a que estamos a fin de mes y llevamos dos campañas con retraso lo cabrearon una barbaridad. En serio tia, como me pone cuando se mosquea. Me hizo colocarme en el centro con el cinturón... esa fue la putada, odio el cinturón, aunque es mejor que la vara - ¿Esta es tonta? Pensé yo... ¿Como va a odiar la vara más que el cinturón?- Total, que me zurró de lo lindo, además ya sabes, estaba creativo, me pintó el culo, todavía debo llevar marcas de rotulador, una diana... el muy cabrón... y me metió el rotulador por el culo, lo bueno es que con tal de que no se cayese ahí no apuntó... pero ya sabes que le encanta darme en los muslos y eso duele más... Además esa postura que le gusta... joder tía como duele, con toda la piel súper tirante y los tacones, que no hay quien aguante. Por suerte después me mandó poner sobre la mesa y ahí si que me dio a gusto... Me duele una barbaridad, después me tendré que poner mas crema, pero me folló que casi me muero del gusto, tía, que polla tiene, en serio y como me pone, es tan cabrón que me da igual lo que me haga solo por correrme como me corro, eso no me ha pasado con ningún tío... ¿Las compis? Pues igual tía, unas mojigatas, se creen que soy una siesa, pero claro, él no quiere que me junte con ellas que dice que me vengo arriba y me creo alguien, que como puta del jefe estoy mejor, además tía, ¿que más da? Ya les gustaría a ellas tener lo que yo... Me encantaría que las cogiese a todas de los pelos y las usase como a mí, que toda la oficina fuese así. Normas de la empresa: Nada de ropa interior... y cada día una pa dentro, a recibir la zurra matutina, iban a ser todas la mar de eficientes y a dejarse de tanto cotilleo... y a la hora del café cada día una se la chupa y con la comida igual, y allí nada de descansos, ni pa mear, la que quiera mear que pida permiso, como me toca a mí, con su horario fijo y si no a aguantarse. Que el jefe llegase y todas se pusiesen de pie, con escotes anchos, que el jefe entrase pellizcando y azotando tetas, que le relaja mucho, que hubiese tanta de azotes diarios y les follase el culo a todas, me encantaría verlas llorar mientras las revienta... sobre todo a la Erytheia esa, tan poca cosa y tan modosita, con la pinta de mosquita muerta que me lleva, seguro que se atraganta chupándola.  .... ¿Cómo? ... No no, a mi que me siga usando, como le de la gana, que me reviente viva si quiere, que me use de moneda de cambio en las reuniones y me use de perchero en las conferencias, yo lo que él quiera, por supuesto... aunque no me importaría que me dejase reventar a alguna, que me dejase follármelas con un dildo de estos enormes que te follan viva, si tía, como cuando me lleva a su casa porque su mujer está juguetona... me encantaría... su mujer es otra que se cree que yo no lo sé pero es otra perra arrastrada, eso sí, el me lo dejo muy claro, allí para mi ella es una Señora... por muy puta que sea, la puta mas baja, la más arrastrada yo...  Si tía, ya sé que es una locura, pero yo soy feliz, ya lo sabes, me gusta estar así... y me cuida, aunque me putee viva, me cuida... ¿Qué? ... Pues no tía, no sé si querrá que volvamos a quedar contigo... no, tampoco sé si tiene algun amigo al que le guste lo mismo..."

En ese momento vibró mi whatssap... el Amo... que cuanto tardaba en llegar a casa. Cogí el camino y despacio me fui... 

Me tengo que hacer amiga de esta tía, por muy asquerosa que sea... Seguro que a mi Amo le gustaría conocerla, a ella y al jefe ¿Irán a fiestas?

Y hablando del Amo ¿Qué pensará cuando me toque y vea que llevo el coño chorreando? Joder, como me ha puesto el espionaje...

La rendija de la cortina.

Había sido una mañana muy estresante, el trabajo me tenía muy agobiada, la continua sensación de no llegar, las fiestas, los compromisos y a veces no puedes estar en todas partes... pero yo seguía intentándolo ¿Decepcionar? ¿No cumplir? Me agotaba a la vez que me fustigaba por no llegar, por no dormir, por no rendir. Ese viernes, cuando fui a entregar el último informe del mes respiré.

De camino al despacho del jefe casi sonreía, me sentía bien, esta vez estaba contenta con mi trabajo, me sentía cómoda,  con mis pantalones vaqueros y mi blusita de flores azules, mi cola alta con tirabuzones rubios y las botas marrones estilo cowboy, no soy gran cosa,  soy más dulce que sexy, pero me siento segura.  Me di cuenta de que justo delante de mi entraba una compañera, Lara, que me caía fatal porque miraba a todas por encima del hombro, creyendose especial por trabajar allí,  por tener un despacho propio (cuando en realidad nadie quería compartir con ella), como si fuese a heredar la empresa, se paseaba con sus vestidos cortos y ceñidos, enseñando que tenia las tetas enormes y redondas. Siendo sincera, estaba muy buena, fuerte y alta, con su cuerpo de gimnasio y su metro setenta, pero era idiota, se creía mejor que nadie, la muy zorra... todas en la empresaca pensábamos que era una puta y a ella eso le gustaba... esa altivez sumada al peloteo me ponía mala.

-Cierra la puerta... puta. - ¿Había escuchado bien? ¿Realmente eso le había dicho el jefe a Lara?

Me acerqué un poco más para ver si podía enterarme de algo, vi que, a pesar de todo, una de las cortinillas de las ventanas que adornaban la puerta no se había quedado bien cerrada y desde ahí se veía todo.

Lara se arrodilló nada más entrar, se quitó el vestido y me di cuenta de que no llevaba ropa interior. Con los dientes sujetó el informe que llevaba en la mano y lo acercó al jefe que estaba sentado delante de su mesa.

Él lo cogió con desprecio, como si ella no valiese ni siquiera para estar allí y le dio con el informe enrollado en el hocico.

-Que sea la última vez que me entregas algo tarde, me da igual que tengas muchas tareas, eres una perra, estás aquí para servirme, trabajar para mi y hacer lo que me salga de los cojones. Esto te va a costar caro. Ve al armario a por el cinturón.
Me vibró el móvil y vi un mensaje del Amo, preguntando qué hacía. Le conté lo que estaba ocurriendo: "Quédate ahí mirando y pajéate, no tienes permiso para correrte... y no pierdas detalle, que me lo tienes que contar después con pelos y señales."

En lo que yo hablaba con el Amo, Lara había ido a por el cinturón a un armario que yo no alcanzaba a ver por estar en la pared de la puerta, un armario que siempre estaba cerrado con llave... ahora entendía por qué.  El cinturón era de cuero marrón, antiguo, ancho, con pequeños aros de metal en las aberturas de la hebilla... Si a mi los cinturones ya me parecían horribles, ese debía batir récord.

Le acercó el cinturón con la boca y fue al centro del despacho. De pie, se colocó con las piernas abiertas, dobló la cintura y se agarró los tobillos.

Yo introduje mis dedos por el pantalón, me empecé a tocar por encima de las bragas, era algo que extrañamente siempre me gustaba más que tocarme directamente el clítoris, el roce de la tela me daba más placer.

Él no tuvo prisa en levantarse, se encendió un cigarro, leyó el informe por encima y marcó un par de cosas con un rotulador rojo sobre el papel. Después, se levantó, con ese mismo rotulador dibujó algo en el culo de Lara, le metió el rotulador por el culo y ahí si, empezó a azotarla. Las nalgas, las piernas, los gemelos. Ella contaba, agradecía, lloraba y trataba de mantener la posición.

Cuando dijo el número trece, movió un pie. Él la agarró por el pelo, la puso de pie y girándola, le dio un bofetón.

-Ahora tenemos que volver a empezar, con todas las cosas que tengo que hacer. Mejor colócate en la mesa, que no tengo todo el día.

Ella se colocó y entonces mi visión cambió, ver su culo rojo, con el rotulador en su ano y una diana dibujada en su culo me excitó aún más. Metí tres dedos en mi coño y me pajeé con fuerza. El jefe volvió a azotarla. Yo me tocaba al ritmo de cada azote, sabiéndome a salvo de todo, en la empresa no quedaba ya casi nadie y cuando alguien subía a esa planta, se escuchaba el ascensor y las puertas.

Él dejó de azotarla en el número 32 y se folló su culo con fuerza, haciéndola gritar. Le tapó la boca mientras se la follaba. Se corrió en su espalda y restregó la mano, extendiéndola. Después puso la mano delante de su cara y ella lo lamió. 

Me excité tanto que casi me corro, me tuve que morder los labios para no hacerlo.

-Vístete, vete a casa, y escribe quinientas veces la palabra Sostenibilidad, bien escrita, puta. Corrige el informe y mandamelo antes de la noche.

-Si Amo, gracias por usarme Amo.

Ella cogió el informe con la boca, gateando fue hasta la puerta y agarró el vestido. Ahí, simplemente, me levanté y volé. Me metí en los baños a lavarme un poco y cuando salí fui a entregar mi informe. Con el coño chorreando y deseando salir para contárselo todo al Amo.