domingo, 19 de diciembre de 2021

El armario

No sabía cuánto tiempo llevaba allí, quizás minutos, quizás horas. Él la había despertado como siempre, con el poco ruido que hacía al despertarse. Ella había dormido un rato más, aprovechando el olor y el calor que dejaba él en la cama al irse. Hasta que se había levantado, un café, dos desayunos. 

Y de repente, mientras desayunaban en silencio, le había ordenado desnudarse. La había colocado sobre sus rodillas y la había azotado con la mano. Después había ido hacia el armario con ella y la había dejado ahí dentro, entre las zapatillas y las varas. 

Ella esperaba varazos y Él la había dejado guardada,como un juguete más... Probablemente por eso, para que ella dejara de pensar que podía anticiparse, que podía tener algún tipo de control en sus acciones.

Joder, como le picaba el culo... Y lo peor es que estaba ahí esposada, escuchando la televisión de fondo y el ruido de la cocina. ¿Cuando iba a salir de ahí? 
En las fantasías en las que una es un juguete más del arsenal de Amo, nunca se piensa en el tiempo de espera... Y se estaba meando ... Dios, ¡si se meaba allí el Amo le iba a poner pañales para el resto de su vida! 

De repente escuchó sus pasos acercarse. Él abrió el armario, cogió una toalla de arriba y volvió a cerrar. 

-Amo por favor.

No le hizo caso... Y se estaba meando mucho... Realmente podría haber salido de ahí, pero no lo iba a hacer y ella lo sabía, tanto cómo Él... 

Se duchó, se secó y apareció de nuevo en la habitación. Lo escuchó cambiarse, mientras intentaba observar algo por la rendija de la puerta. Entonces Él volvió a abrir, la agarró del pelo y la sacó. 

La tumbó sobre la cama, le tocó el coño... 
-Estás empapada zorra. Al suelo. 

En el suelo, con una ventosa, había pegada una polla de goma morada. Él con un gesto le ordenó metérsela y botar sobre ella, mientras Él la abofeteaba. 
Se pajeó en su cara, la dejó llena de leche y le dijo que parase. Ella estaba a punto de explotar pero se quedó con las ganas. 
- Al armario. 
-Amo por favor, me meo mucho. 
-Al armario. 
Volvió dentro, con su vejiga llena y sus ganas de correrse contenidas. Esta vez estaba segura de que no fue demasiado rato. Él volvió y le dijo:
-A la terraza, mea y vienes. 

Ella fue, sabiendo que la iban a ver, pero tenía muchísimas ganas de mear. 

Volvió a donde estaba Él, que la limpió con una toalla y la tumbó bocabajo sobre la cama. Le lubricó el culo y se la folló, mientras con una Violet le daba pequeños pinchacitos en las nalgas. 

-venga, córrete que tengo cosas que hacer. -le dijo justo antes de dejarle el culo lleno de leche. 

Ella se corrió con toda la intensidad con la que había meado en la terraza. Él después de salir de su culo, le puso una bala de jengibre y un plug de joya, para que no se saliese su leche y ella no se olvidará de que podía hacer lo que le diese la gana con ella. 

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