Estaba tumbada en el sofá, medio adormecida . Sonó el timbre... pensé que era publicidad y me quedé tumbada pero insistió... abrí sin contestar. Subió... Llamaron a la puerta y me levanté a abrir.
-¿Abres a cualquiera sin preguntar?
-Perdón Amo, pensé que era publicidad y no le di importancia.
- mmm bueno... ¿Estabas dormida perrita?- dijo acariciandome el pelo.
-No Amo, solo descansando...
-¿Y puedo pasar?
-Si, si claro Amo, por supuesto... quizás está un poco desordenado... no me ha dado tiempo a nada y llegué cansada... pero me iba a poner en un rato Señor.
-Tranquila pequeña... vamos a sentarnos... no pasa nada, no te voy a castigar por descansar un rato, tienes que estar bien...-Se sentó y yo me quedé a su lado, de pie. - pero ven a mi lado- dijo agarrandome por la cintura y sentándome sobre Él. - ¿Qué te pasa perrita? Estás nerviosa.
-Nada Amo, solo que no lo esperaba...
-¿Te incomoda que haya venido sin avisar?
-No, estoy encantada de que esté aquí Amo, pero así vestida... con la casa sin ordenar bien... me da apuro que usted no esté a gusto
-Si el problema es la ropa gatita, quítatela.
Sabía que no importaba que dijese que no hacía falta, ya me la tenía que quitar, lo hice... e incluso me sentí más cómoda.
-no me gusta que estés incómoda conmigo perrita, no creo haberte dado motivos para ello. ¿O si?
-No Amo.
-Explícame que te ocurre.
-Yo quiero que esté usted orgulloso de mí Amo y quiero estar a la altura en todo.
-Yo estoy orgulloso de ti perrita.
Me puse roja, contentìsima y lo besé.
El me sentó a horcajadas entre sus piernas y me besó, acariciando mis pechos.
-De rodillas.
Supe lo que tenía que hacer. Desabroché su cinturón y quité el botón de su pantalón para bajarlo.
-Sin manos.
Con los dientes bajé la cremallera y Él se levantó para bajarle el pantalón. Con los dientes sujeté el elástico del calzoncillo y lo bajé. Su polla me dió erecta en la cara. La lamí entera y di besos pequeños en la puntita.
Me la metí entera en la boca, succionando y jugando con mi lengua, aguanté dentro hasta que necesité respirar y comencé a meterla y sacarla lenta y profundamente, arañando con mis dientes, jugando con la lengua. Cuando me la sacaba lamía sus huevos y después la volvía a meter.
En un momento me agarró la cabeza y me movió Él, follándome la boca. La sacó y se corrió sobre mi pecho.
-Ahora si puedes usar las manos.
Con mis dedos recogí la corrida y los lamí hasta limpiarlos, hice lo mismo con su polla y con unas gotas derramadas en el suelo. Se la guardé con cuidado, me sentó sobre sus rodillas y me besó, ya no estaba nerviosa.
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