Venían dos de sus amigos a cenar y ver el fútbol. Nada formal, pero yo tenía que ser la mejor anfitriona. Fuimos esa tarde a la compra. Mucha cerveza, aperitivos y pizza. No había mucho que preparar. A las ocho se metió en la ducha. Me dijo que le preparase la ropa, camiseta del equipo y vaqueros, fácil. Me dijo que me duchase yo y que me preparase para El ver el fútbol. Mi tranquilidad desapareció.
-¿Cómo siempre que vemos el fútbol en casa, Amo?
-Sí Erytheia.
Me fui a la ducha, me recogí el pelo y me puse la camiseta del equipo. Era dos tallas más grandes por lo que me quedaba cómo un vestido corto. Los calcetines altos y las deportivas.
-Qué bonita estás así.
-Gracias, Amo.
-Ya es casi la hora. Ve sacando los aperitivos.
-Sí, Amo.
Saqué en bandejas los aperitivos que habíamos comprado esa mañana. Las cervezas estaban en un cubo lleno de hielo, también colocadas en el salón. Posavasos y un abridor para cada uno, al lado de los asientos y las pizzas listas para entrar en el horno cuando me lo dijese el Amo.
-Creo que está todo Amo.
-Vale, abreme una mientras esperamos.
Le puse una cerveza, aunque los amigos no tardaron en llegar. Carlos y Fran, eran amigos de toda la vida, y conocían nuestra relación. Carlos era el Amo de mi amiga Silvia y era con quien tenía más confianza.
Se sentaron y se pusieron las cervezas. El Amo me indicó un sitio a su lado. Me senté y Él me agarró fuerte.
-Cuando acabe el partido le he dicho a Silvia que se venga, si os parece. Si queréis cenar o tomarnos algo por ahí.
-Nos quedamos en casa, hemos comprado pizzas y tenemos ron no Ery?
-Sí, hay un par de botellas.
-Ah venga, pues genial.
El Amo me daba pellizquitos en las piernas de vez en cuando, su equipo iba perdiendo.
-Yo sabía que venir hoy era para ver al equipo perder- dijo Carlos.
-Yo cuento con que empate, por lo menos.
-Pero que decís, yo espero que gane. -comentó mi Amo indignado.
-Podríamos hacer una porra.
-Pues no estaría mal.
-¿Qué nos jugamos?
-Una mamada de Erytheia al ganador. -dijo mi Amo.
Casi se me salen las órbitas de los ojos. Me había cedido varias veces, a Carlos más de una, pero en ese contexto... y con Fran al que casi ni conocía.
Los amigos me miraron y yo sonreí.
-¿Pero por qué la miráis tanto? Nena ¿Si yo te lo digo tu se la chupas?
-Claro
-Con ellos me puedes hablar bien.
-Claro, Amo. Si usted quiere yo se la chupo a quien me diga.
-Veis? ¿Os apuntáis o no?
-Sí si, del tirón.
Estuve más atenta que nunca al partido. Y no pintaba nada bien... Al final me encontré en la situación que más temía, le tenía que hacer una mamada a Fran, con el que casi no tenía confianza.
Tuve la suerte de que Carlos salió a buscar a Silvia y mi Amo se fue a la cocina a poner las pizzas en el horno y preparar ensalada y patatas fritas.
Me coloqué entre sus piernas.
-¿Puedo? -le pregunté antes de abrir su bragueta
-Claro.
-No se muy bien como te gusta, puedes guiarme con la cabeza si quieres.
-Tu chupa despacio y vamos viendo.
Cuando empecé a chuparsela entró mi Amo en el salón.
-Erytheia, cuando se corra, no lo tragues, primero vienes y me lo enseñas.
Asentí como pude sin sacarme el miembro de la boca mientras lo veía desaparecer de nuevo. Fui aumentando el ritmo a medida que se endurecía y salivaba hasta que él me agarró la cabeza y empezó a marcarme. Fue suave, era otra manera de servir a alguien con mi boca, no le gustaba la fuerza que al Amo, ni las arcadas.
Me acariciaba la cabeza como a un animalillo y me indicaba diciéndome preciosa. Tardó poquillo en correrse.
Me levanté para enseñárselo al Amo.
-Yo quiero verlo también ¿Me lo enseñas?
Saqué la lengua y se lo mostré, jugando un poco con Él, como le gustaría al Amo que lo hiciese.
Después fui a la cocina. Se lo mostré al Amo y me tuvo un rato jugando.
-Traga.
Lo hice y me besó los labios.
-Muy bien nena, estoy orgulloso de ti.
- Gracias Amo.
-Ponte una copa de tu albariño, debes tener sed.
-Gracias Amo.
Se oyó el timbre a lo lejos.
-Ve a abrir, que tengo muchas ganas de verte con Silvia.
Continuará...
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