Entre sus brazos se esconde el mundo las noches de domingo...
Entre sus brazos vivo yo, en mi más pura esencia
En el arropo de su pecho, en el calor de su ser, ahí vivo yo... quien soy realmente, ese trocito de mi que nadie conoce
En el arropo de su cuerpo, mirando al mundo desde sus brazos, entrelazados a mí cintura... porque no hay más allá de sus brazos... porque pueden pasar mil vidas y seguiré viviendo ahí, en su arropar, en su mecer.
La oscuridad de su mirada que se vuelve tierna, cuando me mira y me aprieta contra Èl, como si quisiese que su corazón se impregnase de mí... como si necesitase confirmar que mi alma vive ahí, en el arropo de la Suya.
La nostalgia de la cama vacía, se rompe cuando pienso en su pecho, que me arrulla y me arropa
La pena de la desesperanza quiebra cuando me abraza
Y desando el camino aprendido, el camino tropezado... para recordar que luché y que lucho por crecer y ser mejor... porque mi recompensa se esconde entre sus brazos, pilar de apoyo en el camino, refugio nocturno que me arropa.
El dulce susurro en el oído tanta perversión tanta ternura
Y sus brazos que son el mundo
Las noches de domingo cuando me arropa.