Estoy en el trabajo, bastante harta de una compañera que no para de mandarme mails chorras... será que ella no tiene nada que hacer. Suena mi móvil.
-Hola perrita.
-Buenos días Amo.
-¿Cómo vas vestida?
-Llevo el vestido verde, las medias marrones super bonitas que compramos la semana pasada, los botines camel y ropa interior... el conjunto verde botella que a usted le gusta.
-Pues el conjunto que a mí me gusta, quítatelo.
-Sí Amo.
-¿Llevas el plug en el bolso?
-Sí Amo y el huevo también.
-Bien, de momento quero que te quites la ropa interior y te pongas el plug, hasta que yo te avise. También quiero que te masturbes durante diez minutos, sin correrte. Vuelves al despacho y sigues con tu trabajo. Luego te llamo. Portate bien zorrita.
Cuelga y yo me dirijo al baño. Cierro la puerta con pestillo y trato de ser lo más rápida posible... me aterra que alguien me oiga. Masturbarse diez minutos exactos sin pasarse de la hora y sin correrse es complicado.
Me excito con facilidad, más aún llevando el plug anal en el culo, sentirme llena me pone más cachonda.
Me tengo que morder el brazo para aguantar mis ganas, pero lo logro y me recompongo para volver al trabajo.
Una hora después, vuelve a llamarme. Me pide que cierre la puerta y que me masturbe con fuerza mientras estoy al teléfono,
-Mírate, serás zorra, masturbandote en el trabajo y sin llevar bragas, hay que ser muy guarra para hacer eso que estás haciendo... Qué puta eres. Dime zorra ¿Qué eres?
-Su Puta Amo, su propiedad, su guarra, su juguete, su chupapollas.
Comienzan a mezclase mis palabras con gemidos... a no ser casi capaz de aguantar mi ezcitación.
-Frena Guarra. No se te vaya a ocurrir correrte.
Me vuelve a llamar un par de veces más, hasta que llega la hora de comer y me resbala el flujo por los muslos.
Salgo del trabajo, cansada y cachonda, turbada por la excitación
Su coche esta en la puerta. Subo y me coloca el cinturón. Con las manos coloca mis piernas abiertas y en alto. Toca con dos dedos mi coño y lame la humedad.
-Eres una fuente, una perra en celo.
-Si Amo, estoy muy cachonda.
-¿Y quieres correrte?
-Solo si usted me lo quiere permitir Amo.
-De momento no has hecho nada para merecerlo y tengo hambre.
Conduce hasta su casa. Me desnudo y espero a que me indique algo.
-Pon la mesa. Para dos.
Hago lo que me dice mientras, en cada viaje a la cocina, lo veo cocinar. Sus movimientos en la cocina son una danza, parece coordinarse a la perfección con los ingredientes y siempre he pensado que ahí residía su buena mano para los fogones.
Cuando está todo casi listo me sube a la encimera. Mete en mi coño el huevo vibrador y lo pone en el nivel 2
Nos sentamos a la mesa. En un momento tengo ante mí unos calabacines hechos espaghetti al ajillo y un solomillo de ternera.
Comemos tranquilos. Si yo no estuviese desnuda, cachonda y con mos agujeros llenos pareceríamos una pareja totalmente convencional comiendo.
Cuando terminamos de comer me lleva a la habitación. Sin siquiera recoger la mesa.
-Ahora que he saciado mi hambre, voy a saciar mis ganas.
Saca el huevo de mi coño y me folla. Me siento muy llena con su polla dentro y el plug en el culo. Su lengua, además; juguetea en mi boca al ritmo de las embestidas.
-Córrete todas las veces que puedas.
Yo estallo justo tras su orden y cuando eñ se corre lo vuelvo a hacer.
Cuando sale de mí me apresuro a limpiar su polla. La dejo limpia y al ir a sacarla de mi boca, Él vuelve a meterla dentro. Una mamada muy despacito, como a Él le gusta... mi lengua juguetea cariñosa con su miembro, aún sensible de la primera corrida.
Al final se la consigo poner dura de nuevo, tras bastante rato jugando. En ese momento me aparta. Me coloca a cuatro patas sobre la cama y me saca el plug. Casi de inmediato, introduce su polla en mi ano. Me folla y me masturba con sus dedos.
Aún tengo el coño sensible de tantos orgasmos seguidos.