miércoles, 26 de septiembre de 2018

Reinicios.

Llevaba un tiempo a caballo entre el pasado el futuro, tenia miedo, por primera vez tenia miedo sujetando su mano.

Sin embargo, llegó esa tarde. Habían quedado a la salida del trabajo, esta vez Erytheia salía antes y era ella la que esperaba bajo un árbol frente a sus oficinas.

Andrés salio con cara cansada, pero sonrió al verla allí,  con sus tirabuzones rubios cayendo por los hombros.  La abrazó por la cintura la besó en la frente y caminaron. Él no había cogido el coche aquella mañana, para darse el lujo de pasear. Hacia una tarde agradable.

Él le preguntó, ella estaba decidida a acabar con sus miedos, a volver a intentarlo.

Subieron a su casa, el apartamento blanco . Ella se desnudó de nuevo. Él cogió la pelota de pilates que otras veces había utilizado.

-Colócate,  con los codos en el suelo, así,  bocabajo. Estás bien sujeta ¿Verdad?

Ante su afirmación,  introdujo un par de dedos en su coño,  ya húmedo, siempre húmedo a su lado, y los llevó al culo. Lo masajeó un poco y a la vez, se giró para meter su polla en la boca de Erytheia, que chupó con fricción.

Cuando Él considero que era suficiente se giró y la penetró despacio, pero sin parar ni un instante.

Bombeó con fuerza y ella mientras se debatía entre el placer y el dolor... sabia que si se corría, lo tocaría sufrir.

Cuando notó que Él estaba a punto pidió permiso:

-Amo, por favor. 

Y él, se lo concedió.  Se corrieron juntos.

Ese día,  todo volvió a ser como antes. 

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