jueves, 19 de enero de 2017

Noche de fútbol II

Silvia llegó un paso detrás de Carlos con un abrigo largo y deportivas blancas,  con calcetines altos rojos cómo los míos.

"Esta viene sin ropa" -pensé para mi.

Nos abrazamos y Carlos entró al salón. Fran la saludó con dos besos y luego Silvia fue a la cocina a saludar al Amo.

-Erytheia guarda el abrigo de tu amiga.

-Sí Amo.

Silvia se lo fue a quitar, pero Carlos la interrumpió.

-No nena, que te lo quite tu amiga.

Nos sonreímos frente a frente mientras  le desabotonaba los botones. Me encontré sus pechos desnudos, eran pequeñitos  pero redondos y de otras veces sabía que tenían una textura cómo aterciopelada.

-Qué zorra, amiga. -le dije bajito.

Ella me sonrió.

Cuando le quité el abrigo se quedó con un tanga que llevaba en el coño dibujado el escudo del equipo... menudos uniformes llevábamos las dos.

-Jajaja os faltan los pompones perras.

Ambas reímos la ocurrencia, yo sin bragas y ella sin camiseta.

-Erytheia, ya esta todo, a las pizzas les faltan unos minutos.  Me voy a tomar una cerveza. Estate atenta, y ponle algo de beber a tu amiguita

-Sí, Amo. ¿Qué quieres Silvia?

-Amo ¿Puedo beber ?

-Sí,  pero una copa, que después conduces tu.

-Gracias Amo. Un albariño cómo el tuyo ¿no?
-Venga guay. ¿Me ayudas con la mesa?

Pusimos la mesa con las ensaladas y las patatas. Me acerqué al salón.

-Amo, perdone. ¿Cuantos cubiertos?

-Para tres nena.

-Sí,  Amo.

Volví a la cocina.
-Nosotras no nos sentamos.
-Lo imaginaba... creo que tienen algo movidito pensado para esta noche.
-Sí, tiene pinta.
Ambas nos reímos, nos gustaba compartir estas situaciones.

Cuando sonó el horno sacamos las pizzas y Silvia avisó de que la cena estaba lista.

Estaban cenando mientras Silvia y yo esperábamos a un lado, por si necesitaban algo.

-Perrita, apaga la tele, que tenemos mejores cosas que mirar.

Obedecí de inmediato.

-Ah y quítate la camiseta. Que ya se ha acabado el partido.

-Y tu el tanga Silvia.

Nos quedamos las dos con los calcetines y las deportivas, las colas altas y las mejillas sonrojadas.

-Teniendo aquí dos perras, no vamos a mirar la tele no?
-¿Pero van a dar espectáculo?-Preguntó Fran.

"Qué cabrón" pensé... parecía bueno.

-Claro... Silvia, enséñale a Fran cuanto quieres a tu amiguita.

Silvia me miró y se acercó a mí, me besó los labios despacio, acariciando mi pelo. Poco a poco aumentó la intensidad de los besos, yo correspondí. Nos besamos abrazadas, buscando que ellos nos vieran.

-Erytheia las tetas de Silvia.

Acariciè sus pechos, poniendo erectos sus pezones y bajé la cabeza para darle besos. Ella correspondió agarrando mi culo, besándome el cuello buscando mis pechos con los dedos.

-Silvia mira a ver si Erytheia se ha mojado.

Silvia metió dos dedos dentro de mí, tocó un poco y los sacó llenos de flujo.

-Sí Amo, está muy mojada.

-¿A que sabe, puta?

Silvia se lamió los dedos con gesto goloso.

-Sabe dulce Amo.

-Cómeselo.

¿Ein? Eso nunca lo habíamos hecho.

-Erytheia, en el sofá, que te veamos bien.

-Sí, Amo.

Me coloqué y Silvia me besó los labios. 

-Haz que se corra Silvia -Dijo Carlos.
-No te corras Erytheia. -Dijo mi Amo.

Ay. Silvia me miró cómo pidiéndome perdón y no tuvo compasión. Lamió, absorbió y mordisqueò mi clítoris. Separó los labios con las manos para llegar mejor, me penetró con su lengua. 

-Amo... no puedo.

-Sí puedes Erytheia, aguanta.

Silvia continuaba, sin darme tregua. Yo, con la frustración de no poder explotar, me agarraba los pezones y tiraba, cuestión que no ayudaba tampoco a calmarme...

-¿Habéis acabado de comer? -escuché decir a mi Amo.

-Sí.
-Sí.

-Venga Erytheia, córrete, ahora.

Silvia aumentó el ritmo aún más y yo exploté.

-Gracias, Amo.

La cara de Silvia estaba llena de mi flujo.

-Limpia a tu amiga.

Le lamí despacio y la besé.

Mi Amo se me acercó. Me agarró fuerte el culo.

-¿Bien?

-Sí,  Amo. Muy bien, gracias.

-Pues anda, pon unas copas.

1 comentario:

  1. Muy buen relato, jeje, me quedo con el "-Silvia mira a ver si Erytheia se ha mojado" buen toque.
    Saludos!

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