martes, 14 de febrero de 2017

Donuts, semen y el zapato del Amo.

Erytheia llevaba un vestido amarillo. Tenía el pelo más largo, los tirabuzones más rubios y la mirada más brillante. Tacones negros, medias tupidas y una chaqueta de cuero. 

Erytheia pisaba fuerte, salía del despacho con ganas de coger lo que quedaba de lunes y hacerlo suyo. Paró a comprar dulces y fue a casa. Allí estaba ya Él. Él y su sonrisa franca, con ese toque de picardía que le sobresalía de la comisura derecha. Él y sus ojos tranquilos, sus manos oscuras, su nariz perfecta, armónica. 

"Tiene la nariz más perfecta del mundo" - Le decía cuando en la cama miraba su perfil izquierdo. Y Él se reía y le decía que estaba loca. 

-¿Dulces un lunes?

-Amo... son para usted, y son pequeñitos... 

-Golosa... Anda, haz café. Pero, descafeinado. 

Ella se descalzó y se quitó las braguitas. En casa hacía buena temperatura, con el vestido solo estaba bien. Puso la cafetera y se soltó el pelo. Fue a su encuentro. Lo besó en los labios, en la nariz y en la frente, trazando en su cara una linea recta de besos pequeños. Desapareció de nuevo por la cocina. Puso el café sobre la mesa, una taza negra con letras doradas para ella, una taza blanca con dibujos grises para Él. En esta casa, las manías se cumplen a rajatabla. 

Dos cucharadas de azucar y soplar suave antes del primer sorbo. Ella sentada en su falda. Él, sin azucar, moja un croissant en el café.  Él en silencio, bebe café negro en una taza blanca, ella charlatana, bebe café manchado en una taza negra. Él un callado decidido, ella una tímida que nunca calla. 

Ella mira el donut de chocolate y lo mira a Él. 

-¿Puedo? 

-¿No eran para mi?

-Pero... 

-Quedamos en que controlarías el consumo de chocolate, Erytheia. Puedes pero solo hoy.

-Gracias, Amo. 

Él la besa y piensa en la niña que se esconde en su interior. En la mujer que entra por la puerta y la que se sienta en sus rodillas. 

-¿Qué has hecho hoy?

-Tener muchas reuniones, Amo... ya sabe que la campaña de San Valentín nos tiene un poco saturados. 

-Sí, lo sé... ¿Pudiste parar a desayunar? 

-No Amo, pero Carla me subió media tostada y un zumo. Es un sol. 

-Bueno... 

-¿Y usted? ¿Ha tenido buen día Amo? 

-Más o menos nena... he tenido alguna discusión. 

-Menos usted Amo, todos son tontos. 

-¿En mi empresa?

-En el mundo, Amo. 

-Eres sociable de narices Erytheia. 

Ella lo besa y Él le corresponde. Se sonríe con el sabor a chocolate de sus labios y la mira, con la ternura bañando sus ojos. 

Deja el café en la mesa y la gira. Le levanta la falda y recorre su coño con dos dedos. 

-Erytheia, estás mojadita. 

-Con usted siempre, Amo. 

-Ponte de rodillas. 

Con el coño a la altura de su cara, Él le da un lametón. Mete dos dedos de golpe y la masturba.  Intercala los dedos con varios lametones, más que por hacerle sexo oral, por disfrutar de su sabor. Ella se estremece. 

Le quita el vestido y muerde sus tetas. 

- Mi niña, clavatela. 

Ella lo hace, y se mueve con furia, Él acompaña el movimiento, y lo completa con pellizcos y bocados.  

-No te vayas a correr, Erytheia. 

Ella gime y gimotea al mismo tiempo.  Él la excita muchísimo. 

- Baja, ponte de rodillas. 

Ella se coloca, está a punto y siente que Él también. 

Él se la mete en la boca y ella chupa con fuerza, masajeando los huevos. 

Se corre en su boca. Ella la abre y se la enseña. 

-Traga. 

Su garganta siente el calor del semen. 

-Buena chica. Ahora tienes dos opciones. Restregarte contra mi  zapato durante 30 segundos y correrte, si no lo logras no podrás hacerlo en una semana. O, masturbarte y recibir 30 varazos. 

Ella se angustia, le parece injusto y difiicil... pero está a punto y arriesga. 30 varazos son demasiados para su culo. 

-¿Qué eliges?

-Lo primero, Amo. 

-No sé qué es lo primero. Pídemelo bien. 

Ella coge aire profundamente, le resulta muy humillante. 

-Amo ¿Me permitiría restregarme como una perra contra su zapato para correrme, por favor? 

-De acuerdo. Empieza. 


Ella se coloca y se frota con fuerza, está muy cachonda y sabe que puede lograrlo. 

-Anda que no eres puta, como una perra ahí, sin poder controlarte. 

Sus frases la ayudan. 

-Después lo vas a limpiar con la lengua ¿No te da vergüenza?


Está a punto. 

-Perra, eres una perra. 

-Amo, por favor ¿Me da su permiso para correrme? 

-Segundo 20, bien perra. Córrete. 

Ella estalla, se corre y cae sobre la rodilla de Él. 

-Límpialo Erytheia. 

jueves, 19 de enero de 2017

Noche de fútbol II

Silvia llegó un paso detrás de Carlos con un abrigo largo y deportivas blancas,  con calcetines altos rojos cómo los míos.

"Esta viene sin ropa" -pensé para mi.

Nos abrazamos y Carlos entró al salón. Fran la saludó con dos besos y luego Silvia fue a la cocina a saludar al Amo.

-Erytheia guarda el abrigo de tu amiga.

-Sí Amo.

Silvia se lo fue a quitar, pero Carlos la interrumpió.

-No nena, que te lo quite tu amiga.

Nos sonreímos frente a frente mientras  le desabotonaba los botones. Me encontré sus pechos desnudos, eran pequeñitos  pero redondos y de otras veces sabía que tenían una textura cómo aterciopelada.

-Qué zorra, amiga. -le dije bajito.

Ella me sonrió.

Cuando le quité el abrigo se quedó con un tanga que llevaba en el coño dibujado el escudo del equipo... menudos uniformes llevábamos las dos.

-Jajaja os faltan los pompones perras.

Ambas reímos la ocurrencia, yo sin bragas y ella sin camiseta.

-Erytheia, ya esta todo, a las pizzas les faltan unos minutos.  Me voy a tomar una cerveza. Estate atenta, y ponle algo de beber a tu amiguita

-Sí, Amo. ¿Qué quieres Silvia?

-Amo ¿Puedo beber ?

-Sí,  pero una copa, que después conduces tu.

-Gracias Amo. Un albariño cómo el tuyo ¿no?
-Venga guay. ¿Me ayudas con la mesa?

Pusimos la mesa con las ensaladas y las patatas. Me acerqué al salón.

-Amo, perdone. ¿Cuantos cubiertos?

-Para tres nena.

-Sí,  Amo.

Volví a la cocina.
-Nosotras no nos sentamos.
-Lo imaginaba... creo que tienen algo movidito pensado para esta noche.
-Sí, tiene pinta.
Ambas nos reímos, nos gustaba compartir estas situaciones.

Cuando sonó el horno sacamos las pizzas y Silvia avisó de que la cena estaba lista.

Estaban cenando mientras Silvia y yo esperábamos a un lado, por si necesitaban algo.

-Perrita, apaga la tele, que tenemos mejores cosas que mirar.

Obedecí de inmediato.

-Ah y quítate la camiseta. Que ya se ha acabado el partido.

-Y tu el tanga Silvia.

Nos quedamos las dos con los calcetines y las deportivas, las colas altas y las mejillas sonrojadas.

-Teniendo aquí dos perras, no vamos a mirar la tele no?
-¿Pero van a dar espectáculo?-Preguntó Fran.

"Qué cabrón" pensé... parecía bueno.

-Claro... Silvia, enséñale a Fran cuanto quieres a tu amiguita.

Silvia me miró y se acercó a mí, me besó los labios despacio, acariciando mi pelo. Poco a poco aumentó la intensidad de los besos, yo correspondí. Nos besamos abrazadas, buscando que ellos nos vieran.

-Erytheia las tetas de Silvia.

Acariciè sus pechos, poniendo erectos sus pezones y bajé la cabeza para darle besos. Ella correspondió agarrando mi culo, besándome el cuello buscando mis pechos con los dedos.

-Silvia mira a ver si Erytheia se ha mojado.

Silvia metió dos dedos dentro de mí, tocó un poco y los sacó llenos de flujo.

-Sí Amo, está muy mojada.

-¿A que sabe, puta?

Silvia se lamió los dedos con gesto goloso.

-Sabe dulce Amo.

-Cómeselo.

¿Ein? Eso nunca lo habíamos hecho.

-Erytheia, en el sofá, que te veamos bien.

-Sí, Amo.

Me coloqué y Silvia me besó los labios. 

-Haz que se corra Silvia -Dijo Carlos.
-No te corras Erytheia. -Dijo mi Amo.

Ay. Silvia me miró cómo pidiéndome perdón y no tuvo compasión. Lamió, absorbió y mordisqueò mi clítoris. Separó los labios con las manos para llegar mejor, me penetró con su lengua. 

-Amo... no puedo.

-Sí puedes Erytheia, aguanta.

Silvia continuaba, sin darme tregua. Yo, con la frustración de no poder explotar, me agarraba los pezones y tiraba, cuestión que no ayudaba tampoco a calmarme...

-¿Habéis acabado de comer? -escuché decir a mi Amo.

-Sí.
-Sí.

-Venga Erytheia, córrete, ahora.

Silvia aumentó el ritmo aún más y yo exploté.

-Gracias, Amo.

La cara de Silvia estaba llena de mi flujo.

-Limpia a tu amiga.

Le lamí despacio y la besé.

Mi Amo se me acercó. Me agarró fuerte el culo.

-¿Bien?

-Sí,  Amo. Muy bien, gracias.

-Pues anda, pon unas copas.

miércoles, 18 de enero de 2017

Noche de fútbol I

Venían dos de sus amigos a cenar y ver el fútbol. Nada formal, pero yo tenía que ser la mejor anfitriona. Fuimos esa tarde a la compra. Mucha cerveza, aperitivos y pizza.  No había mucho que preparar. A las ocho se metió en la ducha. Me dijo que le preparase la ropa, camiseta del equipo y vaqueros, fácil. Me dijo que me duchase yo y que me preparase para El ver el fútbol. Mi tranquilidad desapareció.

-¿Cómo siempre que vemos el fútbol en casa, Amo?
-Sí Erytheia.

Me fui a la ducha, me recogí el pelo y me puse la camiseta del equipo. Era dos tallas más grandes por lo que me quedaba cómo un vestido corto.  Los calcetines altos y las deportivas. 

-Qué bonita estás así.

-Gracias, Amo.

-Ya es casi la hora. Ve sacando los aperitivos.

-Sí, Amo.

Saqué en bandejas los aperitivos que habíamos comprado esa mañana. Las cervezas estaban en un cubo lleno de hielo, también colocadas en el salón.  Posavasos y un abridor para cada uno, al lado de los asientos y las pizzas listas para entrar en el horno cuando me lo dijese el Amo.

-Creo que está todo Amo.

-Vale, abreme una mientras esperamos.

Le puse una cerveza, aunque los amigos no tardaron en llegar. Carlos y Fran, eran amigos de toda la vida, y conocían nuestra relación. Carlos era el Amo de mi amiga Silvia y era con quien tenía más confianza. 

Se sentaron y se pusieron las cervezas.  El Amo me indicó un sitio a su lado. Me senté y Él me agarró fuerte.

-Cuando acabe el partido le he dicho a Silvia que se venga, si os parece. Si queréis cenar o tomarnos algo por ahí.

-Nos quedamos en casa, hemos comprado pizzas y tenemos ron no Ery?

-Sí,  hay un par de botellas.

-Ah venga, pues genial.

El Amo me daba pellizquitos en las piernas de vez en cuando, su equipo iba perdiendo.

-Yo sabía que venir hoy era para ver al equipo perder- dijo Carlos.

-Yo cuento con que empate, por lo menos.

-Pero que decís, yo espero que gane. -comentó mi Amo indignado.

-Podríamos hacer una porra.

-Pues no estaría mal.

-¿Qué nos jugamos? 

-Una mamada de Erytheia al ganador. -dijo mi Amo.

Casi se me salen las órbitas de los ojos.  Me había cedido varias veces,  a Carlos más de una, pero en ese contexto... y con Fran al que casi ni conocía.

Los amigos me miraron y yo sonreí.

-¿Pero por qué la miráis tanto? Nena ¿Si yo te lo digo tu se la chupas? 

-Claro

-Con ellos me puedes hablar bien.

-Claro, Amo. Si usted quiere yo se la chupo a quien me diga.

-Veis? ¿Os apuntáis o no?

-Sí si, del tirón.

Estuve más atenta que nunca al partido. Y no pintaba nada bien... Al final me encontré en la situación que más temía, le tenía que hacer una mamada a Fran, con el que casi no tenía confianza.

Tuve la suerte de que Carlos salió a buscar a Silvia y mi Amo se fue a la cocina a poner las pizzas en el horno y preparar ensalada y patatas fritas.

Me coloqué entre sus piernas.
-¿Puedo? -le pregunté antes de abrir su bragueta

-Claro.

-No se muy bien como te gusta, puedes guiarme con la cabeza si quieres.

-Tu chupa despacio y vamos viendo.

Cuando empecé a chuparsela entró mi Amo en el salón.

-Erytheia, cuando se corra, no lo tragues, primero vienes y me lo enseñas.

Asentí como pude sin sacarme el miembro de la boca mientras lo veía desaparecer de nuevo. Fui aumentando el ritmo a medida que se endurecía y salivaba hasta que él me agarró la cabeza y empezó a marcarme. Fue suave, era otra manera de servir a alguien con mi boca, no le gustaba la fuerza que al Amo, ni las arcadas.

Me acariciaba la cabeza como a un animalillo y me indicaba diciéndome preciosa. Tardó poquillo en correrse.

Me levanté para enseñárselo al Amo.

-Yo quiero verlo también ¿Me lo enseñas?

Saqué la lengua y se lo mostré, jugando un poco con Él, como le gustaría al Amo que lo hiciese.

Después fui a la cocina. Se lo mostré al Amo y me tuvo un rato jugando.

-Traga.

Lo hice y me besó los labios.

-Muy bien nena, estoy orgulloso de ti.

- Gracias Amo.

-Ponte una copa de tu albariño, debes tener sed.

-Gracias Amo.

Se oyó el timbre a lo lejos.

-Ve a abrir, que tengo muchas ganas de verte con Silvia.

Continuará...

martes, 17 de enero de 2017

La fruta, el cine y los mimos.

Estábamos en el salón de su casa. Él dormido en el sofá, yo viendo una peli sentada en la alfombra, con la mano de mi Amo en el pelo. No me podía mover, no por estar atada, sino porque se me hacía impensable despertarlo al moverme.
El volumen de la televisión estaba bajito, Él lo había puesto así para dormirse y yo me adormilané también, con la caricia de su pelo.

Me desperté con un pequeño tirón de pelo. Él Amo estaba despertando.

-Erytheia, ¿Estás despierta?

-Sí, Amo

-Pon la cafetera.

Me levanto y da un azote en mi culo. Lo contoneo camino a la cocina.

-Amo. ¿Le apetece algo de comer con el café? Hice bizcocho esta mañana.

-¿Cuando has hecho bizcocho? 

-Cuando usted salió a correr, Amo.  Terminé pronto el informe del trabajo.

-¿Con nueces y pepitas de chocolate?

-Claro, Amo. Como le gusta.

-Trae un trozo pequeño...

Le llevo el trozo de bizcocho y el café en una bandeja.

-Chupa un rato Erytheia.

Se toma el café despacio, mientras yo se la chupo despacio. El me acaricia el pelo. Se termina el café y lo deja a un lado. Comienza a marcar el ritmo con más fuerza. La mamada lenta se convierte en una follada de boca salvaje. Me produce alguna arcada que estoy acostumbrada a solventar. Se corre en mi garganta, directamente. 

-Bien nena bien. Toma bizcocho, come.

Me pone un pedazo pequeño en su mano. Lo cómo directamente.

El siguiente lo lanza al suelo, un poco alejado. Gateo hasta el trozo. Miro al Amo, que asiente y lo cómo.  Vuelvo a Sus pies y los beso.

-¿Quieres más perrita?

Ladro asintiendo. Hace un par de años ladrar era horrible ahora, poco a poco, me he acostumbrado, aunque sigue humillandome.

El siguiente trozo llega al final del salón. Gateo rápida y repito el proceso.  Con su permiso, lo cómo.  Él ha probado ya un par de bocados y me alegro de que haya quedado bueno de sabor. Al menos eso me parece.

Cuando se acaba el bizcocho me acerco a Él.

-Erytheia... estaba yo pensando. Hoy llevamos todo el día juntos ¿Has comido fruta? Yo no te he visto.

Me quedo muda... tengo que comer mínimo 3 piezas de fruta diarias,  por orden explícita Suya.

-Es una pregunta sencilla perra.

-No Amo, no he comido fruta.

- Ve a por la joya y a por el vibaporub traelos.

Las normas sobre mi salud son las que más importancia tienen para Él y controla mi alimentación de forma minuciosa.

Vuelvo con cara de cachorrilla abandonada, pero sé que mi cara no cambiará nada.

-Quiero que lo hagas tu sola.

Pongo un dedo de vibaporub en mi ano, no me exige nunca que lo meta dentro. Coloca la joya despacio y empiezo a introducirla

Cuando está dentro me acerco a mostrarsela.

La gira en mi culo, y escuece.

-Muy bien. Voy a ducharme que vamos a ir al cine. Ve a comerte un plátano.

-Sí, Amo.

Cuando vuelvo de la cocina Él está saliendo de la ducha.

-La ropa Ery.

Le preparo la ropa y me desnudo del todo. 

-¿Falda o vestido, Amo?

-Falda. Ay! Ponte la negra con el corsé turquesa.

-¿Y braguitas?

-No, no hace falta.

Salimos en el coche, hace demasiado frío para la moto y entramos en el garaje del centro comercial donde están los cines. Compra dos entradas para una película de ciencia ficción que llevaba tiempo queriendo ver.

-Vamos s comprarte un batido de esos naturales a ver si compensamos el desliz de hoy. Que queda rato. 

Me pide un vaso grande con piña, fresas y mango. Él elige uno de naranja limón mandarina y zanahoria.

Cuando entramos en el cine es claro. 

-No quiero un ruido por tu parte.

Yo asiento y asumo el silencio.

Él sale entusiasmado de la película.  Yo mantengo silencio hasta que me pregunta directamente.

-Bueno Amo, ya sabe usted que no son mis favoritas. No termino de apreciarlas, pero me ha parecido divertida.

-Ains perrita...

Vamos al coche de la mano.

-Ahora en casa, te voy a quitar la joya y te vas a meter directa en la ducha. Te voy a bañar.

Dicho y hecho,  cuando llegamos me desnuda y me quita la joya, con cierta brusquedad. Después me conduce a la bañera y me lava. Entra conmigo y nos mimamos mutuamente. El resto de la noche lo pasamos en la cama, Él tiene frío y cansancio y yo no puedo moverme de su lado.

lunes, 16 de enero de 2017

Barba, sangre y flujo.

Estaba profundamente dormida. Èl había tenido una cena con amigos y yo me había quedado en casa, hacia rato que me había acostado... no sè que hora seria cuando llegó. Noté un beso en los labios.

-Ery, despierta.

Hice un ruido.

Me llamó con más brusquedad.  Abrí los ojos y lo vi sobre mi. Estaba desnudo y yo también... me olió. Sentí su barba en los pechos. Mordisqueò mis pezones.

-Te voy a follar el culo.

Me metió su polla en la boca, para que se la pusiera dura. Lamí cómo le gustaba, con ansia y se le endureció pronto. Me iba a doler mucho,  aùn tenia el cuerpo medio dormido. Me besó, mordió mi labio y sentí sabor a sangre. Se colocó para metermela,  levantando mis piernas. Asì me dolía más,  y me excitaba más.  Èl lo sabía.

Dolía muchísimo, más de lo que esperaba.

-Esta es mi casa y en mi casa te follo cómo quiero.

-Sì Àmo, soy Suya.

Me penetraba con fuerza, metiendola y sacándola,  chocando sus huevos con mi culo.

Me escupió varias veces en la cara. Yo me relamìa agarrada al cabecero para no hacerme daño con las embestidas.

Èl se agarraba a mis tetas, las pellizcaba con fuerza y tiraba de ellas.

Escupió en mi boca.

Metió dos dedos en mi coño, empezó a masturbarme a un ritmo frenético.  En poco tiempo me tenía al punto del orgasmo.

-Vamos puta, correte.

Obedecí, sabiendo que a Èl aun le quedaba y serìa peor.

Sacó los dedos de mi coño y me los restrego por la cara. Los metió en mi boca para que los limpiase.

-Venga, te dejo lloriquear hasta que me corra yo. Cómo la puta quejica que eres.

Quise aguantar, pero el dolor me hizo lloriquear un poco. Hasta que al final,  se corrió en mi culo.

-Que no se te escape eh.
-No, Amo.
-Buenas noches Erytheia
-Buenas noches Amo.

martes, 3 de enero de 2017

El polvo que moldea.

Siempre fui una estrella perdida... polvo flotando en la galaxia, intentando brillar, intentando ser algo más que polvo del universo. Y entonces, un día, apareció usted, que unió todo el polvo, que me esculpió, que se convirtió en mi maestro, en mi guía.


Lost stars

Un vestido azul, unos tacones color nude, el pelo suelto, mis tirabuzones al viento y Usted sujetando con fuerza mi mano. Sushi para cenar... vino blanco cayendo por mi canalillo y Su lengua rápida recorriendo mi pecho.
-No te manches aún, putita, tenemos que ir a muchos sitios más.

Después de la cena, chocolate y vamos a bailar.

Gin tonic y rives rosa con limón.

El centro de la pista, todo para mi.

Hace tiempo que aprendí a bailar. Bailo bajo las estrellas, sobre las nubes, marcada por Su ritmo, vigilada por Sus ojos. Desde la barra me contempla. Se acercan dos o tres... pero yo no los veo... tengo la mirada fija en Usted.

Me agarra fuerte de la mano. Salimos del local. Caminamos despacio, me para en los escaparates y me toca las tetas mientras miramos el reflejo. Me besa.

Las calles de Madrid no conocen nuestra historia...

En el local le esperan Sus amigos... me cohíbo un poco, pero Usted me agarra fuerte y me siento protegida entre sus manos. Soy Suya.

Saluda y pide una copa. Me presenta, sonrío y me sale la timidez que nadie se cree... pero existe.

-Ahora venimos.

Me agarra la mano y me lleva a una habitación.

-Puta, que cachondo me tienes. Quítate ese vestido.

Me desnudo, me recreo en excitarlo aún más...

Se quita la correa y se desabrocha un poco el pantalón.

-Quítame la camisa.

Mis dedos recorren los botones con rapidez.

Me ata de espaldas a una cruz al fondo de la habitación.  Abre la puerta y mi culo queda a la vista de varios. Sus amigos se acercan. Algunos entran y se sientan en los sofás.

Una fina vara, mi culo siente el primer golpe.

-Uno




-Dos




-Tres



El ritmo es cambiante, la intensidad también y eso me excita... me acaricia el culo y mete dos dedos en mi coño.  Los acerca a mi boca, se los dejo limpios.

-Estás mojada zorra.

-Con usted siempre, Amo.

Suelta la vara, me desata y me vuelve a atar de frente. Pone unas pinzas en mis pezones. Con una fusta azota mi coño y mis tetas, gimo, mezclando el dolor y el placer... No me gusta el dolor... pero estoy excitada, Su poder, mi entrega y el público, me excitan.

Me suelta, me arrodillo y me folla con fuerza la boca. No se corre, me sube a una mesa y a cuatro patas, la mete en mi culo.

-Córrete puta, ahora.

Me corro y la saca de mi, se corre en mi espalda.

Me pone el vestido, sin limpiarme y me saca de allí. Subimos al coche.


-¿Has disfrutado?

-Mucho Amo, Gracias.

-Venga, vamos a seguir.

Cuando los semáforos se ponen en rojo, se saca la polla y me agarra la cabeza, me provoca arcadas.

Llegamos a su casa. Entro a cuatro patas... Por suerte, son las cuatro de la mañana y no habrá vecinos...

Me desnudo en la puerta y continuo a gatas.

-Directa al baño, no vayas a manchar mi cama.

Me ducha a cuatro patas y llena después la bañera. Se mete y me indica que me siente sobre Él, la tiene dura.

-¿Como tienes el coñito? ¿Te duele?

-Un poco Amo.

-Bueno, te jodes... muévete puta.

Me muevo como a Él le gusta, mientras cierra los ojos en la bañera.

-Más rápido, me voy a correr, trae tus tetas.

Mordiéndome los pezones se corre, yo estoy excitada, pero ya he tenido un orgasmo hoy...

Me levanto y le doy su albornoz. Lo ayudo a secarse y me seco yo.

Nos tumbamos en la cama, desnudos.

Me abraza y me tapa.

-Vamos a dormir princesa.

-Buenas noches Amo.

-Buenas noches Erytheia.