Estoy muy malita, ocho mantas por encima y una tos asquerosilla que no me abandona. Yo, por supuesto en todo mi esplendor... moño deshecho, camiseta de pijama, braguitas de algodón y una cara que recuerda a la novia cadaver...
Él entra en casa, tiene llaves para cosas como esta. Aparece con un vaso de leche calentita con miel, que me obliga a beber despacio aún sabiendo que no me gusta la leche. Me toca la frente... estoy un poco destemplada, pero nada preocupante. Me besa la frente y se sienta al otro lado de la cama, acurrucándome sobre su regazo. Me hace cosquillitas acariciándome la cara y la cabeza... me arropa y me susurra al oido hasta que me duermo de nuevo.
Cuando despierto sigue ahí, velando mi sueño, cuidando de mí y sé que con Él protegiendome nada malo puede pasarme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario