Me despertó un mordisco en la barbilla.
-Ay! - fue más un quejido que un grito.
-Cállate la boca.
Siguió mordiendo, mi cuello, mis pechos, mis brazos... me bajó las braguitas y me penetró con brutalidad.
Yo callada, claro.
Pero a medida que me excitaba mi respiración comenzó a acelerarse, a poderse escuchar... y un gemido salió furtivo de mi garganta.
Plas! Bofetón.
-Que te calles!
Bajé la mirada. Él sujetó mis brazos sobre mi cabeza y comenzó a morderme justo por encima de las axilas...
Dolía y mi concentración bailaba entre el dolor y el placer de sus continuas embestidas.
Se corrió y me dejó ahí.
-Dúchate y vente a desayunar perra.
Aparecí por la cocina a cuatro patas. Él bebía su café apoyado en la encimera.
-Vamos perrita, desayuna. Y que no te vea levantar la cabeza de tu comida.
Comencé a desayunar del cuenco con leche y cereales que habia en el suelo. La leche estaba calentita y sabia a miel... como a mi me gustaba.
Mientras desayunaba noté el Hitachi jugueteando en mi coño... claro, me sobresalté y levanté la cabeza.
Varazo.
-¿Qué te he dicho?
Volví a bajar la cabeza... pero cada vez que cambiaba la vibración ocurría lo mismo.
Me acabé el desayuno a duras penas... me costaba comer cuando estaba tan cachonda.
Me agarró en volandas hasta colocarme sobre sus rodillas.
Mordía mi oreja mientras el aparatito me torturaba de placer.
-Vamos Zorra, Córrete que tenemos que ir a currar.
Buenos días Jueves.
Estupenda forma de empezar el jueves :)) Besoss
ResponderEliminar: ) Quién fuese Erytheia!
EliminarUn beso grande guapa!