-Has llegado pronto.
Se vuelve a sentar a cenar, me dijo que viniese cenada. Cuando acaba, lleva los platos a la cocina, yo me mantengo en un rincón, arrodillada, llevo puesto el collar, los tacones y el tanga.
Me agarra por la coleta y me tumba sobre la mesa. Abro las piernas y me ata a las patas. trocitos de fruta sobre mi cuerpo y vuelca un poco de crema de chocolate en mi vientre.
Saborea tranquilo el postre. De vez en cuando pone chocolate en mi boca y me besa.
Cuando se acaba la fruta me lame. Desata mis piernas y las levanta hasta atarlas junto a mis brazos.
Me enseña la vara y sonríe.
Me azota y yo los cuento en voz alta.
-uno, dos, tres... quince.... veinticinco... treinta.... cincuenta...
Estoy en su mundo, ya no existe nada más que Él y su placer. Tengo las nalgas y los muslos rojos, llenos de rallas. Lloro a moco tendido...
Me desata y me lleva a rastras hasta la habitación... allí entro en la ducha.
Orina sobre mi, sobre todo mi cuerpo... trago algo, aunque en general no lo enfoca a mi boca.
Abre la ducha y me lava, rápido y sin miramientos.
Me saca y apoya mi torso sobre el lavabo.
Entra en mi culo y me folla, embiste con fuerza y lo saca para entrar en mi coño, alternando mis agujeros.
Acaba girándome y arrodillada, se derrama en mi boca.
Me lleva en brazos a la cama.
Me deja allí tumbada y cuando vuelve pinza mis pezones, ya duros.
Con los pezones pinzados juega con diferentes vibradores en mis agujeros.
-Córrete todo lo que puedas, zorra.
Me corro, me corro, me corro y me vuelvo a correr... acabado absolutamente agotada... pero consigue arrancarme tres más.
Cuando quita las pinzas y me masajea comienzo a relajarme. Deja los juguetes en la mesilla y me tumba sobre Él. llena mi cuerpo de crema y lo masajea.
-Duerme Erytheia
Y yo, rendida, obedezco.
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