lunes, 25 de abril de 2016

El matiz que diferencia un lunes

Los lunes son lo peor del mundo, excepto si los cierro entre sus brazos.

Las horas extras no están pagadas, ni cuando las remuneran.

Y arrastrar los pies es decadente, pero a veces no puedes permitirte nada más, porque la cabeza y los hombros pesan demasiado.

Hoy fue un día de esos, aunque ya lo siento tan lejos que no sabría exponer los motivos. Cuando llegué me sobraban los tacones y el sujetador. Necesitaba la calma de la bañera y una cama grande y mullida.

Me sorprendió ver que Él estaba allí... normalmente entre semana no venía a casa... Había pedido pizza (lo que casi me sorprendió más) y me arrancó la ropa a bocados camino de la habitación.

Era primitivo, salvaje.  Me arrodillé y me folló la boca, antes de correrse me agarró con fuerza y me tumbó en la cama. Me embistió con dureza, mientras agarraba mi pelo y me mordía.

Mi guarra

Mi zorra

Mi puta

Entró en mi culo, sin lubricante y sin avisar... soy Suya... y fue variando, haciendo que viese el orgasmo lejos, sintiéndolo vibrar en mi interior...

Se corrió en mi boca, que su semen nunca se desperdicie, mejor que baje por mi garganta, me alimente de Él y me haga pegar el estirón a través de sus entrañas.

Me ató a la cama, yo aún no me había corrido y creo que quería que lo hiciese.

En mi culo puso un plug, uno grande que compramos una vez juntos y a mi pierna ató el hitachi.

Me dejó allí, después de morderme los pechos con fuerza y amordazarme la boca.

Escuchaba la televisión... de vez en cuando se levantaba, con un trozo de pizza en la mano, me miraba, se reía y volvía a desaparecer.

Pasé allí al menos una hora, aguantando el correrme, nadie me había dado permiso para ello.

Al final apareció y me desató. Sin lavarme con el plug en el culo y las ganas entre las piernas, lo seguí al salón. Allí, en mi cuenco de perrita, pizza troceada me esperaba para cenar.

Me indicó que comiese.

Cuando acabé me subió al sofá, de espaldas a Él y mientras me masturbaba y entró en mi culo, me permitió correrme.


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