jueves, 12 de noviembre de 2015

Él y su capricho.

Llego sosteniéndome milagrosamente sobre mis nuevos tacones negros a su casa. Mi vestido gris se adapta a las curvas de mi cuerpo. Toco el timbre y me arrodillo... Abre la puerta y me invita a pasar. Gateo tras su paso.  
-Has llegado pronto.

Se vuelve a sentar a cenar, me dijo que viniese cenada. Cuando acaba, lleva los platos a la cocina, yo me mantengo en un rincón, arrodillada, llevo puesto el collar, los tacones y el tanga.

Me agarra por la coleta y me tumba sobre la mesa. Abro las piernas y me ata a las patas. trocitos de fruta sobre mi cuerpo y vuelca un poco de crema de chocolate en mi vientre. 

Saborea tranquilo el postre. De vez en cuando pone chocolate en mi boca y me besa. 

Cuando se acaba la fruta me lame. Desata mis piernas y las levanta hasta atarlas junto a mis brazos. 

Me enseña la vara y sonríe. 

Me azota y yo los cuento en voz alta.

-uno, dos, tres... quince.... veinticinco... treinta.... cincuenta...

 Estoy en su mundo, ya no existe nada más que Él y su placer. Tengo las nalgas y los muslos rojos, llenos de rallas. Lloro a moco tendido... 

Me desata y me lleva a rastras hasta la habitación... allí entro en la ducha. 

Orina sobre mi, sobre todo mi cuerpo... trago algo, aunque en general no lo enfoca a mi boca. 

Abre la ducha y me lava, rápido y sin miramientos. 

Me saca y apoya mi torso sobre el lavabo. 

Entra en mi culo y me folla, embiste con fuerza y lo saca para entrar en mi coño, alternando mis agujeros. 

Acaba girándome y arrodillada, se derrama en mi boca. 

Me lleva en brazos a la cama.

Me deja allí tumbada y cuando vuelve pinza mis pezones, ya duros. 

Con los pezones pinzados juega con diferentes vibradores en mis agujeros. 

-Córrete todo lo que puedas, zorra. 

Me corro, me corro, me corro y me vuelvo a correr... acabado absolutamente agotada... pero consigue arrancarme tres más. 


Cuando quita las pinzas y me masajea comienzo a relajarme. Deja los juguetes en la mesilla y me tumba sobre Él. llena mi cuerpo de crema y lo masajea. 

-Duerme Erytheia

Y yo, rendida, obedezco. 

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