Menéate, contonea tus caderas a mi ritmo... así, mi amor, lúcete, siente la vitalidad corriendo por tus poros, esta es mi canción, nuestra canción... tu la bailas, yo marco el paso... siglos de melodía que se reducen a tus caderas, así, corazón, siéntela vibrar en ti.
Bailo, bajo sus palabras. bajo su ritmo... canción tras canción... empezó en un streaptese pero llevo ya un rato sin ropa, bailando para Él... y se me olvidan los pasos, pero Él me quiere así, danzando a su ritmo.
Me subo sobre sus rodillas, me besa.
-Mírame a los ojos... Mírame...
Y lo dice, como si fuese a perderme si no lo miro, como si me encontrase cuando lo hago. Lo miro, lo busco ansiosa... me encuentro en sus pupilas dilatadas, en el espejo de su alma, en la excitación que me provoca.
Me besa, me agarra los pechos y la música ya no suena para mí... ya no oigo más allá de sus suspiros y sus palabras en mi oreja.
-Rózate. Frotate como una perra contra mi polla.
Me encanta hacerlo, me gusta sentir el contacto de su piel en mi clítoris.
Cuando se cansa me tumba y entra en mí, con fuerza, con confianza, sabiendo que será bien recibido en mi interior.
Me susurra historias al oido, mientras me bombea, me besa y me pellizca.
Al final, se derrama en mi interior.
Y la vida se detiene, aunque sigue su ritmo en mi interior.
Derramarse es perderse en ese otro... Hemrmoso
ResponderEliminarBella frase.
EliminarGracias por tu visita.