(Leer primero: Insomnio http://bajolafaldaazul.blogspot.com/2015/07/insomnio.html )
Me desperté con el timbre de la puerta. Me puse una camuseta de Él que se había dejado unos dias antes y fui a abrir, descalza y despeinada. Venían dos repartidores de una floristería y 15 ramos de flores. Sobra decir de quien eran.
"Por que sí." Ponía la nota. Y un corazón rojo dibujado.
Lo llamé al trabajo y le di mil veces las gracias.
-Ponte el vestido blanco, cógete una cola y vente para el despacho.
-ahora mismo Amo.
-Te espero mi niña.
Corrí a prepararme, hice la cana rápido y coloqué las flores como pude por la casa... Me arreglé y cogí el coche hasta allí. Pensé en subirle 15 cafés pero la perspectiva de taquicardia me echó a atrás y solo compré uno para cada uno. Me gustaría decir que compartíamos el mismo, pero mientrad que yo le echo tres de azucar, leche y si puedo chocolate... el lo toma solo.
-Hola perrita. Anda cierralo todo... bien... así no nos molestará nadie... ven aquí anda... la tengo dura desde que pensé en ti poniendote este vestidito tan corto. Come anda nena.
Cuando se corrió en mi garganta me dio el café, que gracias a los vasitos térmicos se mantenía caliente.
Así, arrodillada, nos lo tomamos mientras charlábamos.
-Hoy no me has mandado el mensajito dd buenos dias
-Claro, me han despertado los floristeros... lo he llamado directamente...
-Anda... así que la nena estaba dormida... pues para un tema parecido te he llamado.
-¿Para qué Amo?
-¿Recuerdas el otro día, cuando me despertaste y acabé follandote?
-Sí Amo... gracias.
-¿Qué te dijé? ¿Lo recuerdas?
Enmudecí... claro que me acordaba... había dicho... tienes un castigo pendiente... sin embargo hacía varios días ya... pensé que no lo recordaría...
-Contestame Erytheia.
-Pensé que después de tantos días, lo habría olvidado...
-Yo no olvido esas cosas... me preocupo por ti y todo lo que te concierne es prioritario.
-Pero...
-Soy tu Amo nena, decido yo cuando ¿O no?
-Claro que sí Ami... así quiero que sea.
-Entonces... vas a cumplir ¿verdad?
-Si Amo.
-Sobre el escritorio y no quiero un ruido... hay gente fuera.
Me azotó, me azotó fuerte y después bajó mi tanga hasta las rodillas y levantó mi falda, cuando acabó me mandó al rincón, manos a la espalda y que ni la falda ni las braguitas se caigan. Estuve allí un rato hasta que me hizo desnudarme. Después con una cuerda que había en su cajón me ató por todo el cuerpo, creando una especie de corsé que mi vestido tapaba, atravesando mis labios vaginales y aprisionando mis pechos.
-Este es el resto de tu castigo, vamos a ir a comer, y solo cuando lleguemos a casa te desataré, pero, si no puedes aguantar dímelo. Confías en mi ¿verdad?
-Más que cualquier persona en este mundo Amo.
-Perfecto mi niña, vámonos entonces.
Todo lo que pueda imaginar que sucedió en casa, tras quitarme las cuerdas, ocurrió.
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