Sandalias rojas de tacón, maxi bolso rojo, vestido blanco muy corto con tres rosas azules, tipo camisola de tirantas anchas. Pelo suelto, uñas y labios rojo. Camino segura... me siento guapa. Camino protegida, voy de su mano.
Nos hemos encontrado en una terraza, cerveza, aceitunas y patatas fritas. Cuando se ha acabado su cerveza ha pagado y de la mano me ha llevado ha su casa.
Ahora caminamos deprisa, casi troto agarrada a su mano. Subimos en el ascensor aprieta mis pezones. Me besa con fuerza, baja y me quita el tanga, lo saca rápido.
Saca las bolas chinas, mete dos dedos en mi coño, sobra decir lo mojada que estoy... Llegamos y abre la puerta. El vestido vuelta sobre mi cabeza hasta el sofá.
-Buena chica, Erytheia. -me dice cuando saca de mi bolso cuerda roja. Me ata a una silla, las piernas abiertas unidas a cada pata.
Los brazos atrás, inmovilizada. Los pechos rodeados, aprisionados, altos... a mi sexo un cabo, que pasa entre la silla y mi cuerpo hasta mi espalda. Estoy a su merced y me siento segura, muy segura.
Se arodilla y me lame, mordisquea mi clítoris. Coge una pequeña fusta de dentro de mi bolso y me azota los pechos. Cierro los ojos y gimo... me gusta. Vuelve con un vibrador. Lo mete en mi coño y se sienta en la butaca. Me mira mientras gimo de placer.
-¿Estas excitada perra? ... te gusta... eres tan puta... Veo tu coño lleno y mojado... te encanta ¿verdad Erytheia?
-Si, Amo... estoy muy excitada, me encanta...
-¿Quieres correrte?
-Por favor, Amo, me gustaría muchísimo.
-Bueno, ahora no es el momento.
Me dice mientras que se levanta y saca el vibrador de mi coño. Pasea por el salón, retuerce mis pezones... pone su entrepierna cerca de mi cara, la veo dura. Me desata lentamente, mientras masajea las marcas de mi cuerpo.
-A cuatro, perra.
Un azote en el culo, otro...
-Detrás de mí, perra.
Lo sigo hasta la cama... allí me manda subir a cuatro, masajea mi culo despacio. Pone lubricante y chupo su polla. Lentamente, poco a poco entró en mi culo y me folló despacio... aumentó el ritmo y con la mano comenzó a estimular mi clítoris.
Cada vez es más salvaje y cada vez estoy más excitada. Necesito correrme...
-Amo... ¿Puedo... correrme por favor? -digo entrecortada.
-Déjate llevar perra...
Eso hago, dejo de contener el placer y me dejo llevar... Exploto intensa, el placer choca contra el vaivén de su pelvis y mis nalgas... el orgasmo se clava en mi vientres y pierdo el equilibrio... Él me sujeta
-¿Donde quieres que me corra perra?
-En mi boca, por favor Amo...
Me coge y me gira. Se vacìa en mi boca y yo lo trago golosa, para después limpiarla toda...
-Adoro tu culo Erytheia, lo adoro.
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