Vuelo, estoy segura de ser capaz de volar. Llevo una falda que con un soplido se levanta, una camiseta de tirantes finos, básica... Hace viento por el camino del río y yo me muero de calor con su mano rozando mi culo. Caminamos hasta una terraza en la azotea de un hotel; la torre de la catedral de primer plano.
-Pongame un gyn tonic y un mojito para la señorita. - dice mi Amo con una sonrisa.- ¿Tiene fruto secos? Ponga unos cuantos también... ¿eso son gominolas? Unas pocas también.
Nos sentamos en una mesa baja, intento sentarme sin que se me vea absolutamente todo, mi Amo se ríe mientras da un sorbo a su copa...
-No te esfuerces, tienes un coñito precioso perrita. Te he pedido gominolas, pero no te pases que después no querrás cenar.
-Gracias Amo.
Estamos muy juntos y en una zona apartada, mirando hacia la torre de la catedral que se impone esbelta. Unos dedos suben por mi muslo, caminan hacia mi coño, o debería decir Su coño... Dos dedos infiltrados y un suspiro.
-No te quiero escuchar Erytheia.
Comienza a masturbarme lento
-¿Qué tal el día pequeña?
-Bien Amo, tranquilita- digo aguantando un gemido... malditos-benditos dedos suyos...
-¿Qué has hecho?
-Al salir del trabajo, he ido a tomarme algo con un par de compañeras, con Beatriz y Eugenia, las conoció en la última comida...
-Sí, las recuerdo. ¿A donde? - aceleró el ritmo....
Cogí aire - Al centro... a... aquel lugar que fuimos.... aquel día que merendamos helado de chocolate.... Amo... por favor.
-No sé que sitio era... ¿No recuerdas el nombre?
-Sí, Amo... la Plaza... Creo que ese era el nombre... comimos ensaladilla Señor...
-¿Y has comido bien nena?
-Sí, Amo... montaditos, salpicón de marisco.... - Mis ojos no podían ser más suplicantes.
-¿Te ocurre algo nena?
-Por favor Amo.
-¿Qué quieres pequeña?
-Correrme Señor, permitame entregarle mi placer, por favor.
-¿Fuiste a tomar postre?
-Fuimos a tomar un café con helado, en la heladería de al lado de casa, la que me gusta.
-Correte.
En silencio, aguantando la respiración y cerrando los ojos me dejé llevar. Los orgasmos en silencio se me hacen especialmente intensos.
Limpié sus dedos con la boca, disimuladamente.
- Anda, bebe un poco y ve recuperándote... tenemos reserva en el restaurante.
-Gracias Amo.
Me acurruqué en su pecho y mientras el me acariciaba el pelo me terminé el mojito.
-Nos vamos nena.
Me levanté y agarró con fuerza mi mano.
-Medio paso por detrás. Vamos a jugar en el restaurante a un juego. Elige una vocal.
-La U
-¿Y porqué la U?
-Usted es mi Universo.
-Zorrita pelota, cuando entremos en el restaurante, no puedes decir la U durante la cena, cada vez que la digas habrá castigo.
Tras la cena había acumulado 8 U. Fuimos a casa en el coche, yo sin falda y con las tetas por fuera de la camiseta.
Cuando llegamos a su casa me terminé de desnudar y Él con un suave tirón de trenzas me indicó el brazo del sofá.
-Dime nena, qué prefieres ¿paleta o fusta?
-Lo que usted decida Amo.
-Contesta a la pregunta Erytheia.
-Paleta Amo.
-De acuerdo. Cuenta.
-Uno, gracias Amo. Dos, gracias Amo...
Ocho, conté los ocho y cuando acabé mi Amo soltó la paleta y puso su polla en mi boca. La chupé y la lami entera, me la metí en la boca y succioné, jugué con ella hasta que se derramó por mi garganta. Fue a por crema hidratante y aplicó cremita sobre mi trasero colorado.
Después me la metiò de una embestida por el culo, agarrado a mis trenzas y bombeó con fuerza.
-Por favor, Amo permítame correrme por favor Amo. -dije cuando no podía mád con mi excitaciòn.
-Cuando yo lo haga, nena, cuando yo lo haga.
Me dijo mientras mordía mi oreja con ternura y pasión.
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