sábado, 21 de marzo de 2015

Cine.

Estaba lloviendo, lloviendo muchísimo, pero mi Amo tenía ganas de salir. Me recogió en la puerta de casa, para ir a un centro comercial. Yo llevaba un vestido rojo, medias negras y botas de agua.  Llegamos un poco antes de comer. El Amo me llevó de la mano hasta una tienda de ropa de hombre, quería ver un par de camisas. Eligió dos, una negra y una verde caqui. Entró a probárselas.

-Mientras nena, ve a mirar un cinturón de los que a mí me gustan. 

Encontré uno marrón oscuro, de cuero, ancho y con muchos boquetes... ese le gustaría y a mí también... ya me picaba el culo de pensarlo.  Fui a buscarlo al probador. 
-Pasa perrita.
Entré y lo vi con la camisa negra, tengo un Amo hermosísimo. Cerró la cortina del probador.

-A ver que has traído... me gusta, es bonito, vamos a ver si es útil. Contra la pared, abre las piernas... Muy bien perrita... saca el culo, más...  Ni un ruido.

Tres azotes secos, tal y como pensaba picaba, no hacía mucho daño y me gustaba.

-Pica ¿Verdad? no dejará marcas, pero te pondrá el culo colorado pronto, me gusta la flexibilidad que tiene, y los agujeros... ¿Qué te parece, gatita?
-Estoy de acuerdo, Amo.
-Pues vamos a pagar.
Me besó el cuello y lo lamió. Un escalofrío de placer recorrió mi cuerpo. Salimos y tras pagar me agarró para de la cintura para conducirme hacia mi tienda de ropa interior favorita. Eligió cuatro tangas y tras probármelos los compramos.
Seguimos caminando y mi Amo paró en el cine. Miró la cartelera y compró dos entradas de una película de humor francesa.
-Vamos a comer. Te dejo elegir, pero nada de comida basura.
-Gracias, Amo. ¿japo mi Señor?
-Siempre eliges lo mismo... lo sabía. - rió.

Entramos en el japonés y mi Amo pidió mesa para dos. Agua y vino blanco, la comida la elegí yo.
-Erytheia, ve al baño y quítate las braguitas y el sujetador.
-Amo... con este vestido... se me notará...
-Erytheia...
-Voy Amo.

Volví con el sujetador y el tanga en el bolso.
-Bien hecho chiquita. Termina de comer, nos queda media hora para ir al cine.
Cuando salimos del restaurante paseamos hasta el cine.
- ¿Quieres chuches para el cine?
-Amo, yo no como chuches... lo sabe bien.
-Hoy sí perrita.

Entramos en el cine y el Amo me indicó donde sentarme. Cuando la película empezó y todo estaba oscuro me dio un paquete de petazetas, se abrió la cremallera y me indicó que se la chupase. La sala estaba casi vacía y a nosotros nadie nos veía.  Se la chupé con los petazetas, era algo que le divertía y le excitaba, las chispas en su polla mientras mi lengua jugueteaba.   Me calenté y comencé a chupar con aún más fuerza. El Amo lo notó y comenzó a acariciarme. Me tocaba y me calentaba en igual medida, hasta que noté su leche en mi garganta. Lo miré, no aguantaba más y necesitaba correrme.
-Espera perrita, déjame la polla limpia.
Se la lamí hasta dejarla limpia y la guardé. El aumentó el ritmo y se acercó a mi oido.
-Venga, putita, córrete.
Exploté en silencio, convulsioné de forma profunda...
-Cuando lleguemos a casa, te voy a hacer un examen sobre la película, perrita..



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