-Mientras nena, ve a mirar un cinturón de los que a mí me gustan.
Encontré uno marrón oscuro, de cuero, ancho y con muchos boquetes... ese le gustaría y a mí también... ya me picaba el culo de pensarlo. Fui a buscarlo al probador.
-Pasa perrita.
Entré y lo vi con la camisa negra, tengo un Amo hermosísimo. Cerró la cortina del probador.
-A ver que has traído... me gusta, es bonito, vamos a ver si es útil. Contra la pared, abre las piernas... Muy bien perrita... saca el culo, más... Ni un ruido.
Tres azotes secos, tal y como pensaba picaba, no hacía mucho daño y me gustaba.
-Pica ¿Verdad? no dejará marcas, pero te pondrá el culo colorado pronto, me gusta la flexibilidad que tiene, y los agujeros... ¿Qué te parece, gatita?
-Estoy de acuerdo, Amo.
-Pues vamos a pagar.
Me besó el cuello y lo lamió. Un escalofrío de placer recorrió mi cuerpo. Salimos y tras pagar me agarró para de la cintura para conducirme hacia mi tienda de ropa interior favorita. Eligió cuatro tangas y tras probármelos los compramos.
Seguimos caminando y mi Amo paró en el cine. Miró la cartelera y compró dos entradas de una película de humor francesa.
-Vamos a comer. Te dejo elegir, pero nada de comida basura.
-Gracias, Amo. ¿japo mi Señor?
-Siempre eliges lo mismo... lo sabía. - rió.
Entramos en el japonés y mi Amo pidió mesa para dos. Agua y vino blanco, la comida la elegí yo.
-Erytheia, ve al baño y quítate las braguitas y el sujetador.
-Amo... con este vestido... se me notará...
-Erytheia...
-Voy Amo.
Volví con el sujetador y el tanga en el bolso.
-Bien hecho chiquita. Termina de comer, nos queda media hora para ir al cine.
Cuando salimos del restaurante paseamos hasta el cine.
- ¿Quieres chuches para el cine?
-Amo, yo no como chuches... lo sabe bien.
-Hoy sí perrita.
Entramos en el cine y el Amo me indicó donde sentarme. Cuando la película empezó y todo estaba oscuro me dio un paquete de petazetas, se abrió la cremallera y me indicó que se la chupase. La sala estaba casi vacía y a nosotros nadie nos veía. Se la chupé con los petazetas, era algo que le divertía y le excitaba, las chispas en su polla mientras mi lengua jugueteaba. Me calenté y comencé a chupar con aún más fuerza. El Amo lo notó y comenzó a acariciarme. Me tocaba y me calentaba en igual medida, hasta que noté su leche en mi garganta. Lo miré, no aguantaba más y necesitaba correrme.
-Espera perrita, déjame la polla limpia.
Se la lamí hasta dejarla limpia y la guardé. El aumentó el ritmo y se acercó a mi oido.
-Venga, putita, córrete.
Exploté en silencio, convulsioné de forma profunda...
-Cuando lleguemos a casa, te voy a hacer un examen sobre la película, perrita..
Entré y lo vi con la camisa negra, tengo un Amo hermosísimo. Cerró la cortina del probador.
-A ver que has traído... me gusta, es bonito, vamos a ver si es útil. Contra la pared, abre las piernas... Muy bien perrita... saca el culo, más... Ni un ruido.
Tres azotes secos, tal y como pensaba picaba, no hacía mucho daño y me gustaba.
-Pica ¿Verdad? no dejará marcas, pero te pondrá el culo colorado pronto, me gusta la flexibilidad que tiene, y los agujeros... ¿Qué te parece, gatita?
-Estoy de acuerdo, Amo.
-Pues vamos a pagar.
Me besó el cuello y lo lamió. Un escalofrío de placer recorrió mi cuerpo. Salimos y tras pagar me agarró para de la cintura para conducirme hacia mi tienda de ropa interior favorita. Eligió cuatro tangas y tras probármelos los compramos.
Seguimos caminando y mi Amo paró en el cine. Miró la cartelera y compró dos entradas de una película de humor francesa.
-Vamos a comer. Te dejo elegir, pero nada de comida basura.
-Gracias, Amo. ¿japo mi Señor?
-Siempre eliges lo mismo... lo sabía. - rió.
Entramos en el japonés y mi Amo pidió mesa para dos. Agua y vino blanco, la comida la elegí yo.
-Erytheia, ve al baño y quítate las braguitas y el sujetador.
-Amo... con este vestido... se me notará...
-Erytheia...
-Voy Amo.
Volví con el sujetador y el tanga en el bolso.
-Bien hecho chiquita. Termina de comer, nos queda media hora para ir al cine.
Cuando salimos del restaurante paseamos hasta el cine.
- ¿Quieres chuches para el cine?
-Amo, yo no como chuches... lo sabe bien.
-Hoy sí perrita.
Entramos en el cine y el Amo me indicó donde sentarme. Cuando la película empezó y todo estaba oscuro me dio un paquete de petazetas, se abrió la cremallera y me indicó que se la chupase. La sala estaba casi vacía y a nosotros nadie nos veía. Se la chupé con los petazetas, era algo que le divertía y le excitaba, las chispas en su polla mientras mi lengua jugueteaba. Me calenté y comencé a chupar con aún más fuerza. El Amo lo notó y comenzó a acariciarme. Me tocaba y me calentaba en igual medida, hasta que noté su leche en mi garganta. Lo miré, no aguantaba más y necesitaba correrme.
-Espera perrita, déjame la polla limpia.
Se la lamí hasta dejarla limpia y la guardé. El aumentó el ritmo y se acercó a mi oido.
-Venga, putita, córrete.
Exploté en silencio, convulsioné de forma profunda...
-Cuando lleguemos a casa, te voy a hacer un examen sobre la película, perrita..
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