Un par de palos en el trabajo me habían dejado K.O. llevaba unos días sin levantar cabeza y aparentando una alegría que no sentía. A pesar de ello mi Amo lo notó cuando me miró a los ojos. Él también había tenido días complicados y aunque hablábamos a diario por mensaje, apenas habiamos tenido tiempo de llamarnos, ni pensar en vernos.
Llegó por la noche sin avisarme, y me pilló con un vestido fino metida en la cocina... últimamente cocinar era lo único que me relajaba. Me besó en los labios y me llenó la nariz con harina que había sobre la encimera.
-Te iba a invitar a cenar, pero veo que te coge mal.
-Si quiere me cambio y salimos Amo.
-¿Qué cocinabas?
-creps de ahumados.
-¿Habrá para dos?
-Por supuesto, Amo.
-¿Te sirvo vino?
-Preferiría té verde, si no le importa, hay en la nevera.
-Claro nena.
Di un sorbo, estaba frío y me había aficionado bastante desde hacía un tiempo a beberlo.
Seguì cocinando, Él me observaba bebiendo vino.
-Ahora vengo pequeñita.-me dijo-Me llevo las llaves.
Me besó con ternura y desapareció. Me extraño que se fuese sin decir nada pero no pregunté, seguí con lo mío para adelantarlo todo para el momento en que volviese.
Escuché las llaves y vi como aparecía y guardaba algo en el congelador.
-He traido el postre y te he traido esto. -me dijo tendiéndome un ramo gerberas (mi flor favorita).
-Muchísimas gracias Amo. No tiene por qué.
-Estás triste, lo sé y... no puedo solucionar tus problemillas en el trabajo, pero tampoco puedo quedarme sin hacer nada. Yo estoy muy orgulloso de ti perrita y eso es lo que te debe importar. No eres una fracasada, eres mi perrita, mi putita y mi princesa.
Lo abracé y me besó con pasiòn.
-Le amo.
-Te adoro mi niña. Ábrete para mi pequeña, ábrete.
Me la insertò despacio, bombeándome con fuerza, aumentando el ritmo. Me besaba y jugaba con mis pezones.
Me hizo el amor en la encimera. Y nos corrimos a la vez. Jamás pensé que describiría un orgasmo como tierno.
Emplaté los creps y Él puso la mesa.
-¿Sigues con tu té o ahora si bebes vino?
-¿Albariño?
-Te pongo una copa.
-Gracias Amo.
Cenamos juntos y se levantó a por los postres. Había comprado mousse de limón en una pastelería pequeña del barrio que me encantaba.
-Soy la perrita más mimada del mundo Amo.
-Te lo mereces todo.
-Usted se lo merece todo, es el mejor.
-¿Todo?
-Si Amo, todo.
-Pues anda bonita, ve prepararte para mí.
Me levanté despacito y sujeté mi vestido con dos dedos. Me lo quité y agarrando un tirante lo arrastré hasta la habitaciòn. Allí me preparé, me recogí el pelo, me aseé... Apareciò muy poco tiempo después de que yo me hubiese arrodillado en la habitación. Me sujetó del pelo y me llevó a 4 patas hasta la cama. Allí me vendó los ojos, me azotò con la mano y después lo hizo con la correa. Fueron pocas veces, las justas para dejarme alguna marca y el culo rojo. Después me masajeó el culo y desapareció un rato. Lo oí caminar por la habitación y de repente lo sentí besarme. Me dio un bofetón, no demasiado fuerte, escupió en mi boca y lo tragué.
Metió su pene en mi boca y lo chupé hasta que estuvo totalmente ensalivado.
Así, tal y como estaba, me folló el culo. Y se corrió dentro de Él. Se la limpié bien con la lengua y nos tumbamos en la cama. Me besó y me quedé dormida a su lado.
Se lo merece todo.
Joder... ojala me dijeran a mí lo mismo de "se lo merece todo". Excelente relato Erytheia.
ResponderEliminarBesos carnales.
Pienso igual, ojalá me lo dijeran a mí.
EliminarGracias!
Un beso