Era la primera noche que tenía mi propia casa. Un colchón en el suelo y nada más. El resto del mobiliario llegaría al día siguiente.
Él apareció esa noche con comida del chino.
-Una casa vacía, un colchón y una perra... divertido. A cuatro... y no te quiero ver andando como una persona en toda la noche.
-Si, Amo. -dije ya a cuatro patas.
-Enséñame la casa nena.
(Él ya conocía la casa... era por pasearme)
Así que le fui guiando por toda la casa. La primera parada la tuvo en la cocina, donde me folló la boca con velocidad hasta alimentarme con su semen.
Después me llevó al baño, donde limpié su polla hasta dejarla reluciente.
Cuando habíamos hecho todo el recorrido volvimos a la cocina donde me apoyó sobre la encimera y me azotó.
Me folló allí mismo, entrando en mi (SU) culo y masturbandome con los dedos. Me permitió correrme cuando Él lo hizo y volvió a hacerlo cuando salió de mí.
-Anda nena, ponte de pie, vamos a cenar.
Fue divertido. Pusimos las bandejas del chino en donde iría la mesa y nos sentamos en el suelo donde iba el sofá. Le serví yo, le di de comer y Él me alimentó a mí directamente desde su boca. Cuando acabamos nos arremolinamos a charlar en la cama. Yo jugaba con sus pies, dandole besos pequeñitos a puñaos.
Subiendo por su cuerpo lo encendí. Me tumbó sobre la cama, en el medio. Colocó mis brazos sobre mi cabeza y mis piernas sobre Él. Me folló y se derramó sobre mí.
Así nos levantamos aquella mañana, hace un año ya.
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