lunes, 28 de septiembre de 2015

En la oficina

Se maquillaba con cuidado, estaba nerviosa por verse bonita, bonita y a su vez natural… que no parezca que se ha arreglado para él, que no parezca que suele pintarse como una puerta… Se sube a sus tacones, unos cómodos… que el plan no lo sabe, pero se lo imagina y él tiene la pequeña manía de andar por el casco antiguo, en el que solo hay adoquines mal puestos
Lleva un vestido ligero, color verde manzana y el pelo se balancea colgando de una cola de caballo al vaivén de su caminar. Le gusta mirar su sombra mientras anda, contemplar el bamboleo de su pelo al ritmo de sus caderas.
Cuando llega al café él ya está sentado, con la mirada en el café solo, doble que ha pedido hace poco y aún humea. Levanta la vista y la mira llegar, contempla el bamboleo de su cuerpo a medida que ella avanza, subida en sus tacones color cuero.
A un gesto suyo se sienta y pronto un camarero le trae un café con leche y tres sobres de azúcar… Él la conoce como nadie. Lo mira y le sonríe.
-Gracias Señor.
Él se acerca y la besa. –Tómatelo antes de que se enfríe nena.
Ella da sorbos cortos, intercalados con besos que Él le da en el cuello.
Pagan la cuenta y salen a pasear. Caminar de su mano es más bonito que caminar haciendo que su coleta se mueva al vaivén de sus caderas… caminar apoyada en su hombro es caminar hacia el paraíso, sabiendo que en realidad estás ya allí.
Están paseando cuando a ÉL lo llaman. Ha habido un problema y tiene que volver a la oficina. Ella se va con ÉL. Llegan a la oficina y se encierran en el despacho. Ella se coloca debajo de la mesa, si alguien entra no sabrá que está allí. El comienza a trabajar, ella le abre con delicadeza la bragueta y con mimo saca su polla. Le da unos besitos en la punta y comienza a lamerla completamente. Poquito a poco se la va metiendo en la boca, succionando con firmeza, abriendo bien la boca para no rozar con los dientes. Juguetea con su lengua, mientras Él, a la vez que teclea, le acaricia la cara de vez en cuando. Después de unos veinte minutos se corre en su boca y ella lo traga todo. Se la deja limpia y cuando Él lo indica la guarda en su sitio. Se sienta de lado acomodándose bajo la mesa y se relaja un rato. Entra alguien que se sienta a hablar con Él. Mientras charlan Él introduce el pie entre sus piernas y juega con ella, masturbándola con disimulo. Ella empieza a excitarse y quiere gemir, se tapa la boca con el brazo para ahogar gemidos que se le escapan. Él continúa excitándola y ella cree que no puede más, se va a correr si Él no para… aguanta con todas sus fuerzas, pero no es nada fácil… Él intensifica el roce de su pie contra su coño
La persona que ha venido a hablar con su Amo se marcha y ella Él lo acompaña a la puerta, luego echa el pestillo. Le dice a ella que salga de debajo de la mesa y se acerque. Erytheia gatea hasta el sofá donde Él está sentado. Él se pajea con la polla fuera y le indica que se clave sobre Él, sentada. Ella se penetra con su polla y comienza a moverse en círculos. Se mece y se mueve arriba y abajo encima de Él. Sus pechos se bambolean a la vez. Él los agarra, los muerde, los lame, los besa y succiona los pezones.  Ella está muy excitada, le pide permiso para correrse.
-¿Antes que yo? No nena… cuando yo me corra, entonces.
Ella sabe que él no se correrá hasta que no quiera, pero hace todo lo posible por mejorar su placer, por intensificarlo, aprieta su coño para que Él lo note más estrecho, aviva los movimientos circulares, sus favoritos y lo besa con pasión. El problema de esto es que también aumenta su propia excitación; pero al final lo consigue. Él, con los ojos en blanco, explota dentro de ella y cuando ella lo siente, se deja llevar a su vez. Se corren juntos. Él deja caer la cabeza sobre el sofá. Ella se baja y se la limpia bien.
-Anda, ve al baño, recomponte y vete a reservar al restaurante de abajo, para las dos y cuarto

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