miércoles, 18 de marzo de 2015

Día largo

A veces amar tu profesión puede acabar contigo. No puedes dejarlo porque no sabes decir que no a aquello que te gusta y no importa si llevas doce horas con lo mismo. Mi día hoy ha sido un poco así, creo que ha sido más largo que todo mi fin de semana.

Por suerte mi Amo sigue en casa, la lluvia no permite arreglar su problemilla. Yo, aunque quiero que pueda arreglarlo, estoy encantada con la situación. Solo pienso en llegar a casa y fundirme entre sus brazos. Como siempre, habrá hecho una cena excelente y me mimará.
Eso voy pensando cuando el altavoz anuncia mi parada. Me bajo y camino a casa... imagino que mi aspecto será horrible, una zombie total. Abro la puerta con la llave y al entrar me desnudo.
-Buenas noches... ¿Amo?
-Nena estoy en la cocina! Ponte comoda y ve al salón.
-Si Señor.

Voy a la habitación, me desmaquillo y me aseo un poco. Doblo la ropa y preparo la de mañana, aprovecho también para preparar la de mi Amo. Me aseguro de que Su botella de agua está llena y vuelvo al salón. Hay un cojín en el suelo y me arrodillo.
-No cariño, levantate, este cojín se ha caido, no lo he puesto yo. Estás muy cansada.
-¿Tan mala cara tengo Amo?
-¿Tú? Estás preciosa.
Me coge entre sus brazos, en la mesita auxiliar hay tortilla de patatas y un vaso de té verde con hielo.
Se sienta en el sofá, conmigo en sus rodillas y me acaricia. Me besa despacio. Con el tenedor me da de comer poco a poco, acercando directamente la comida o el vaso a mi boca.
-Amo... ¿Usted ha...?
-Tranquila pequeña, silencio... te quiero cuidar.
Entre sus brazos el mundo se disipa, me da de comer, me acaricia, me abraza, me mima...
Hace rato que la comida se acabó, pero el no se levanta ni ordena nada. Sigue acunándome, acariciandome, estoy agarrada a su cuello, no hay lugar más seguro, más tranquilo ni más confortable en el mundo... Cierro los ojos, me adormezco y pasado un rato siento como en sus brazos me traslada a la cama. Me tapa y me besa. Lo busco en sueños y está a mi lado.

A veces amar tu profesión puede acabar contigo, pero ya se encargan las personas que te aman de devolverte la vida.

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