domingo, 8 de marzo de 2015

Domingo en bici.

El sonido de mi movil indicaba que era Él, solo Él sonaba así y debo confesar que mi cuerpo reaccionaba ante ese sonido... ciertos músculos de mi cuerpo se contraían y mi mente se ponía instintivamente es semtido de alerta.

"Hoy, y sin que sirva de precedente, quiero que elijas un plan."

El Señor me dejaba jugar...

"Me gustaría pasear en bici Amo."

"Media hora y te recojo, sin braguitas pequeña."

Recogì rápido la casa, si Él subía debía estar todo bien, me di una ducha rápida, me puse una falda deportiva de tela de neopreno, una camiseta de tirantes y una cola alta. Zapatos deportivos y me pinté muy suavemente. Tocó el timbre justo a tiempo.

Cuando entró agaché la cabeza, pero me dio tiempo de ver como sonreía entre dientes...

-Me gusta lo que veo perrita
-Soy Suya Amo. -me besó y me tocó.
-Con esa camiseta tan ajustada no hace falta que lleves sujetador, ve a quitártelo y baja, yo voy llevando la bici.

Desapareció cargando con la bici sin darme tiempo a contestar. Me quité la camiseta y guardé el sujetador en su sitio, volví a vestirme y bajé las escaleras corriendo. Al llegar al portal su coche estaba aparcado en la puerta y Él terminaba de atar las bicis a la baca.
-Entra y siéntate. -obedecí y esperé. Cuando entró me ajustó el cinturón y con dos dedos separó más mis piernas ya abiertas.
Arrancó el coche y al salir de la ciudad me dijo:
-tu has elegido el plan, el resto es cosa mía. Durante la ruta te quiero siempre delante de mí, si necesitas parar quiero que lo digas en alto antes de hacerlo. Espero que estés atento a todos los sonidos que haga, especialmente silbidos. Si quieres beber agua también quiero que me lo digas. Y acuérdate de protegerte a ti misma por encima de cualquier cosa.

Justo cuando paramos sacò de su bolsillo unas bolas chinas y las introdujo dentro de mí.

Cuando me bajé del coche me monté en la bici y ante una palabra suya comencé a pedalear. Yo sabía que desde atrás se marcaba mi culo con la falda. Sabía además que la coleta se mecía con el pedaleo y que a Él le encantaba mi coleta. Ese pensamiento sumado a las bolas en mi interior hacía que me mojase.
El calor me hacía sudar y tampoco ayudaba nada. Mi giré a mirarlo y lo vi cerca mía, sonriendo... creo qud pensaba lo mismo que yo.
-mira hacia delante, te puedes caer.

Tras un rato peladeando silbó y yo frené.
-Baja perrita, tengo sed. 
Me acerqué a él y dejó caer un poco de agua en mi boca. Inmediatamente después entró con su lengua en mi boca y la bebió. Me dio agua a mi y me dijo que siguiera.

Al final llegamos a un bosquecillo escondido, con pocas palabras el me había guiado hasta allí.  Había mesitas de merienda. De su mochila el Amo sacó unas toallas que puso sobre la mesa. Me sacó la camiseta y me tumbó. Vertió agua sobre mi cuerpo y mis pezones reaccionaron al instante ante el frio. Se dedicó completamente a mis pechos y cuando estabam totalmente endurecidos sacó unas pinzas y las puso en cada uno de mis pechos. Me cambió de postura y me indicó que chupase. (Me encantaba hacerle sexo oral)  Estaba muy caliente y Él lo sabía.

-Puedes correrte todas las veces que quieras, pero quiero oirlo.

En ese momento me sacó las bolas chinas y un orgasmo recorrió mi cuerpo. Fue impactante ver como los pajaros entre los árboles echaron a volar con mi grito. 

Me embistió y de una sola vez se internó dentro de mí. Bombeaba con fuerza, hasta que de repente empecé a sentir su leche en mi interior  y me volví a correr. Caí estasiada sobre la mesa.

Cuando me recuperé Él me besó, me quitó una pinza, y masajeó mi pezón con la lengua; después repitió el proceso con el otro pecho, y por último salió de mí... provocando un tercer orgasmo.

Estaba completamente rendida. Me levantó y me dio de beber. Me cogió entre sus brazos.
-eres preciosa, Erytheia.

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