viernes, 4 de noviembre de 2016
Polvo de estrellas.
Y sé que hace tiempo que olvidó mi presencia
Sin embargo hoy le escribo para decir que hace tiempo que no pienso en ti de usted, que hace tiempo que eres tu...
Para contarte que soy feliz
que te equivocaste en tus consejos, en todas las veces que me desaconsejaste según que miedos
Que no me arrepiento de haber permitido que jugaras conmigo... Te escribo para darte las gracias porque cada vez que me utilizaste me hiciste más alta y más bonita
Pero ni yo lo vi, ni tu quisiste verlo, todas las veces que me hiciste crecer
Jamás podrias haber entendido que me embellecías en cada golpe porque me hiciste más dueña de mí cuando quisiste que fuera tuya
Jamás entenderás que me hiciste bonita porque no quisiste mirarme a los ojos
Y sí, estoy más delgada, más guapa. más segura y me siento más querida
Soy más capaz y me conozco mejor
Que no te negaré que a veces recuerdo tu nombre y me estremezco porque fue duro
Pero ahora que no soy ceniza sino más bien, polvo de estrellas
Quiero darte las gracias por cada vez que no quisiste valorarme
Quiero darte las gracias por cada vez que me negaste una mirada, una palabra
Porque mientras tú te sentías mi dueño yo sabía que era cada vez más mía
Más fuerte
Y ahora soy sincera... mil veces te mentí
El miedo no es un buen aliado, no trates de utilizarlo porque se convierte en deslealtad y juega en tu contra
Es un consejo, de amiga.
Una amiga a la que hiciste a palos, alta y bonita
Y gracias, gracias por no mirarme nunca a los ojos, por no querer comprenderme
Porque ahora, aun quedándome mil vidas de aprendizaje, me entiendo yo.
miércoles, 7 de septiembre de 2016
Antes de dormir (se)
Era de noche, acabábamos de cenar en un restaurante que nos gustaba y acabábamos de llegar a casa. En el ascensor mordisqueaba mi cuello, besandome. Los mordiscos en el cuello me estremecen, siempre. Bajaba a mi brazo, apretaba, ese me dejará marca.
Me besaba y jugaba con mi pecho por encima del vestido. Excitandome con sus caricias. Pellizcàndome.
Al entrar me desnudó besandome. Lamiendo mis pechos con ansia.
-Ponte en cuatro sobre la cama.
Saca el cinturón, lo supe cuando dio el primer correazo contra mi culo. No daba fuerte, era un juego... pero seguía doliendome...
Cuando paró me acarició con cariño, besàndome las lágrimas. Se tumbó a mi lado. Estuve un rato dejándome mimar hasta que me dijo:
-Anda, Erytheia, chupa un poco.
Me acerqué a su polla y la fui lamiendo lento. Primero le di besitos pequeñitos, lamí el tronco llenándolo de saliva. Me la metí en la boca hasta el fondo, dejando que se llenará de saliva para empezar con un mete saca lento en el que fui acelerando el ritmo. Ahogandome con su polla, provocandome arcadas y dejando que se me saltaran las lágrimas.
Èl me sujetaba la cabeza y me ahogaba con su polla en la garganta.
-Me voy a correr, que me està dando sueño. Metetela bien dentro.
Asì lo hice, se corrió en mi garganta, en lo más profundo. Alimentandome con su dulce leche.
lunes, 5 de septiembre de 2016
Polvo a polvo
Era temprano por la tarde, llevaba todo el día poniéndome cachonda cuando me escribió un mensaje: Voy.
Y yo entré en la ducha veloz, para prepararme para Él. Ya nerviosa de pensarlo... me tenía tan dominada que la espera ya se hacía un reto personal, tenerlo todo a su gusto, perfecto.
Cuando llegó me pidió un café. Se lo serví y se sentó en la butaca. Me indicó su entrepierna mientras se lo bebía y comencé a chupar. Su polla me encantaba, lamerla y dedicarle tiempo, me excitaba. Comerle los huevos mientras lo pajeaba y provocarme arcadas mirándole a los ojos. Él bebía su café sonriente, agarrando a veces mi cabeza para marcar el ritmo.
Cuando se acabó el café me lo dio para que lo dejase en la mesita y me indicó que lo montase. Me follabas Él, desde abajo, llamándome Zorra y pellizca no mis tetas, con fuerza, mordiéndolas y jugando conmigo. Besandome para ahogar mis gemidos de puta. En un momento dado me dijo:
-Baja, pon la boca
Y sin meterla dentro, se corrió en mi boca, llenandome los labios y las mejillas.
viernes, 26 de agosto de 2016
Erytheia
Erytheia tiene algunas manías que me excitan de sobremanera, casi tantas como aquellas que le corrijo... Por cada vez que deja la ropa tirada por el suelo, hay diez en las que mueve el pelo tras la oreja en un golpe de cuello que levanta el aroma a limón de su champú... Por cada vez que deja el fondo de la taza lleno de dos dedos de colacao imposibles de quitar en el lavavajillas, camina sobre sus tacones con un movimiento de candente sensualidad. Se pellizca el labio cuando se pone nerviosa, se chupa el dedo índice cuando piensa, se relame cuando bebe vino tinto y se mece cuando le gusta la comida... con el pijama se le suele escapar un pecho y cuando lee se sonríe...
Cuando me monta se le dilatan las pupilas y cierra los ojos... cuando los abre parece que me está entregando el alma y al mirarme a la cara aumenta el ritmo, como si quisiera que nos fundiesemos.
Cuando la azoto muerde las sábanas y cuando estoy acabando pide que le de la mano, para besar mis nudillos y oler mi piel, para sentirme cerca... y rompe a llorar cómo si no hubiese llorado en mil vidas.
Cuando me abraza me huele y se aprieta como si fuese a desaparecer, cuando da los besos, lo hace de verdad, con un sentimiento antiguo y cuando se deja las frases a medias mientras la follo.
Erytheia teme a veces olvidarse de mi cara y me mira como si fuese la primera vez que me ve.
Por eso es MIA.
miércoles, 24 de agosto de 2016
Restos de Él
Eran las 11.30 Habían salido a pasear después de la cena y habían acabado en el nuevo bar rockero de la ciudad... Cuanto le gustaba a Andrés ese ambiente y cuanto le gustaba A Erytheia verlo disfrutar.
Dos cervezas negras y una mesa de billar. Elvis de fondo, Erytheia con una minifalda vaquera y una camiseta negra con un agujero que deja ver su escote. Tirabuzones cayendo por su espalda. Se mueve al ritmo de la música mientras lo mira beber. ¿Cómo puede ser tan hermoso? Pantalón corto, polo gris. Y la barba de aspecto descuidado que Erytheia arregló anoche antes de irse A dormir. Él mira la puerta, ha entrado un grupo de chicas que hacen ruido. Frunce el ceño y Erytheia se sonríe... ella era escandalosa hasta que vio lo mucho que eso molestaba a los demás. Él se lo mostró.
-Si me ganas al billar, te lubrico antes de partirte el culo esta noche.
Erytheia asiente y su culo comienza A resentirse, es muy improbable que ella gane.
La partida comienza y Andrés se sonríe, su juego es impecable y Erytheia nerviosa, no da pie con bola.
En una de sus tiradas mete de lleno la bola negra en el agujero.
-¿Así te he enseñado yo a jugar? Debería azotarte por esa jugada tan mala... quizás lo haga... toma, compra cacahuetes y gominolas -le dice señalando la máquina.-voy a pedir más cervezas.
Erytheia tiembla mientras compra las dos latas de aperitivos.
Llegan a casa antes de las dos y media, ella se desnuda rápido guarda la ropa y recoge la que Andrés ha dejado sobre la cama. Él está en el baño.
-Ponte ahí.
Se coloca en la cama, a cuatro patas y el saca un flogger pequeñito de tiras de goma, grisáceo.
La azota despacio, recreándose en los golpes, dejando caer todas las pequeñas gomas en su culo. No duele mucho, sobre todo porque no es un dolor que perdura, pero deja la piel roja y pica.
Coge después una pequeña rueda de pinchos que le regaló una amiga común (una gracia... piensa Erytheia mientras su Amo pasea la rueda por su culo)
Al final lo ve soltarla y coge aire, relajando para lo que viene. Él entra en ella, sin parar... Le duele pero sabe que a Él no le importa, continúa entrando en ella, bombeandola, agarrando sus tetas y mordiendo su espalda... esa sensación le provoca escalofríos...
Ella se corre, pero a Él aún le queda un rato, sigue bombeando, mientras ella trata de pensar en el placer que antes le provocaba la excitación. Al final, se corre dentro.
-No lo dejes escapar.
-No Amo.
Un beso en la frente y la agarra para dormirse unido a ella
domingo, 7 de agosto de 2016
Ritmo
Bailo, bajo sus palabras. bajo su ritmo... canción tras canción... empezó en un streaptese pero llevo ya un rato sin ropa, bailando para Él... y se me olvidan los pasos, pero Él me quiere así, danzando a su ritmo.
Me subo sobre sus rodillas, me besa.
-Mírame a los ojos... Mírame...
Y lo dice, como si fuese a perderme si no lo miro, como si me encontrase cuando lo hago. Lo miro, lo busco ansiosa... me encuentro en sus pupilas dilatadas, en el espejo de su alma, en la excitación que me provoca.
Me besa, me agarra los pechos y la música ya no suena para mí... ya no oigo más allá de sus suspiros y sus palabras en mi oreja.
-Rózate. Frotate como una perra contra mi polla.
Me encanta hacerlo, me gusta sentir el contacto de su piel en mi clítoris.
Cuando se cansa me tumba y entra en mí, con fuerza, con confianza, sabiendo que será bien recibido en mi interior.
Me susurra historias al oido, mientras me bombea, me besa y me pellizca.
Al final, se derrama en mi interior.
Y la vida se detiene, aunque sigue su ritmo en mi interior.
domingo, 17 de julio de 2016
Mis frases a medias...
Menos mal
Menos mal que tu
Menos mal que tu me entiendes, que existes, que apareciste en el momento en que más sola me sentía, menos mal que me enseñaste a bailar, menos mal que me miras a los ojos mientras me agarras con fuerza, menos mal que cumplimos con ese abrazo pendiente, menos mal que aguantas mis frases a medias, que me abrazas al verme llorar. Menos mal que tus dedos me consuelan. Menos mal que me dejaste interrumpir en vuestra cotidianidad. Menos mal que me llamas amiga, menos mal que me llamas hermana. Menos mal que me quieres y me lo dices, cuando menos lo espero. Menos mal que te quiero y no me da miedo decírtelo. Menos mal que sois familia. Menos mal que compartimos su pecho. Menos mal que nos abrazas a las dos. Menos mal que me sonríes al despertar, que lo hablamos todo. Menos mal que no hay secretos. Menos mal que nos encontramos que mi alma te echaba de menos... de toda la vida buscarte. Menos mal que todo está bien... Menos mal que bailamos descalzas. Menos mal que nos sonreímos al descubrirnos pensando igual. Menos mal que podemos hacer de todo. Menos mal que tu lo sabes... que tus dudas infinitas son sus certezas y las mías. Menos mal que los ángeles... Menos mal que te gustan los mojitos... Menos mal que me besas con la ternura impregnada... Menos mal que no os importa descubrirme mirándoos conducir. Menos mal que no me olvido de vuestra cara... Menos mal que me dices que soy guapa... Menos mal que me llamas bonita. Menos mal que no se ponerle palabras... que todo este amor a tantos niveles diferentes y de tantas maneras... y con tantos nombres... si fuese nombrado, acabaría siendo terrenal.
Y menos mal
Menos mal que tu.
lunes, 4 de julio de 2016
El Reino
Mi Amor, permita que le cante una nana, ahora que está a punto de irse a dormir.
Hace unos minutos estaba saliendo de mi culo, tras haberse corrido en él, porque es suyo y lo tomó como tal tras hacer que mi boca se la pusiese dura. Rodeando su polla con mis labios.
Pero ahora me ha besado y me acurruca entre sus brazos y me duermo pensando en usted y en todo lo que me da. Que se me va la vida mientras lo ansío.
Mi nana es desbocada, espero me disculpe. Mi nana es un río que corre que fluye, porque la vida nunca frena. En mi nana se que usted está porque debe estar, porque más allá de esta vida que nos coge de paso, usted ya me encontró y yo supe que era Suya. Mezcame así, en este ritmo desbocado de mi nana y le contaré que soy princesa de Su reino... la princesa más puta y más mimada. Suya entera, Suya toda. Y usted mi rey, mi caballero el que nació de mi anhelo el que lucha contra mil vidas para encontrarme. Mi Amo, mi Amor.
Nuestro reino, mi Señor, no lo busque... que no es de este mundo y no lo verá en esta vida... se esconde entre sueños y nanas... en el mecer de su cuerpo y el mío... en cada vez que su cuerpo entra en mí y nos hacemos uno, cuando nuestras almas se tocan.
jueves, 23 de junio de 2016
El cinturón trenzado.
jueves, 9 de junio de 2016
huracanes internos
Hace un tiempo que la vida de esta pareja, tan idílica, tan perfecta, se me queda chica... que necesito escribir más allá de sus fantasías... y no encuentro como plasmar lo que me remueve por dentro... lo que me agarrota las entrañas.
Quien mejor me conoce sabe que tengo un blog personal, en el que cuento mis historias... pero ese hace ya tiempo que se me quedó pequeño y ahí ya solo tienen cabida pequeñas cartas de amor a la gente que me rodea.
El torbellino que me acecha se rebela y se acerca cada noche, estos insomnios míos, que se pasan por el forro mi fama de marmota... Sé que tengo algo dentro que necesita estallar y no tengo claro con qué forma llegará este huracán. (por suerte sé que no estoy sola en mis huracanes, ni aún faltando Él)
Erytheia y yo tenemos un trato, que sirva de parche a esta pequeña crisis... yo plasmaré aquí mis pequeños huracanes, mis crisis... al menos, hasta que encuentre la manera de avanzar en este huracán.
Una forma nueva de amar, de ver, de oler, de sentir, de tocar, de pensar, de soñar, de querer, de crecer, de crear... este irreflenable deseo de pintar con los dedos, de sentir latir un pecho ajeno, de meter las manos en harina, de mancharme, de nadar.
Probablemente sea algo transitorio, algo de crecer... pero necesito rebelarme, chillar.
Chillar que no quiero ser grande, que quiero ser pequeña y ser yo, que no necesito éxitos acumulados, que mis expectativas no van más allá del próximo mes... que cuando acabe la carrera no sé que quiero hacer... más allá de querer enamorarme y encontrarLo... y reencontrarme en el relucir de sus ojos sobre los míos.
Decir que soy guapa y que no me importa, decir que soy inteligente, pero no tanto como creen... que tengo miedos y barreras, inseguridades... que yo me equivoco, que yo me caigo... Que no sé a quién votar en las próximas elecciones... que suspender no es fracasar, que llorar en público no es de débiles y bailar no es ridículo
Agradecer esta crisis, estos cambios, estas personas que son presente, esta vida, estos sueños... y este amor que un día vendrá.
Escribirle a Él, a mi Él que llegará, que no se preocupe, que me están cuidando y estoy aprendiendo a cuidarme... que nunca permitiré ser una carga y que las collejas que me debe una que yo me sé... por todas las veces que he dicho que no existía... tenemos que hacer algo para negociarlas... Pero sobretodo, que venga y me acune en su pecho. Y que si no quiere venir, no pasa nada... que yo lo querré igual.
Y pedir por favor una señal que me diga que todo irá bien... que el torbellino se apaciguará algún día... o que yo, me adaptaré a su ritmo.
Hoy, esta falda nuestra, es un poco más mía... espero me lo permitas, tú que me lees.
lunes, 6 de junio de 2016
Listilla
sábado, 4 de junio de 2016
El Ama.
Ahora estaba allí, de frente, con la mirada puesta en ese nuevo reto que se abría de piernas ante mí.
Los lametones eran inseguros... ¿Como puede resultar ajeno algo que tienes tan entre las piernas? Claro que... yo al mío no me llego... y tampoco conocía lo suficiente a la Señora como para saber qué le gustaría...
Me costó coger confianza pero poco a poco encontré la manera de hacerla disfrutar, como si de mi Amo se tratase. Era bonito sentirme tan Suya estando con otra persona. La Señora me cogió la cabeza y me guió, yo jugaba con la lengua como sabía y cuando la escuchaba gemir repetía movimientos... al final apretó muy fuerte y se corrió.
Se tumbó en la cama y yo me quedé sentada en el suelo respirando tranquila.
-Anda sube, descansa un rato que ya está al llegar Andrés.
El Amo me había dejado allí tres horas antes, en la puerta de casa de una de sus mejores amigas, un Ama que yo había visto un par de veces porque viajaba mucho por trabajo. Me había dado un beso en la frente.
-Se buena y obedece.
Se había marchado tras llamar al timbre, yo no tenía ni idea de donde estaba. Cuando ella me abrió la puerta y me dijo que pasare me sonrojé muchísimo y bajé la mirada. Ella la levantó y me besó.
-Tu tranquila.
Al llegar al salón me pidió que me desnudase despacio y me pidió que le llevase un refresco, indicándome donde estaba la cocina.
Coloqué dos hielos pequeños en un vaso y lo llevé todo en una bandeja. Ella me tumbó en la mesa, puso la bandeja en el suelo y cogió los hielos.
-Esto no me hace falta, querida. - dijo mientras me metía cada uno en un agujero.
Empezábamos bien...
Se terminó el refresco con tranquilidad, mientras yo derretía los hielos con el calor de mi cuerpo. Cuando se levantó me besó con sus labios rojos
-Vamos a jugar un ratito ¿Vale?
-Si, Señora.
Me agarró las tetas con fuerza y las ató con una cuerda, dejándolas tensas. Me llevó a su dormitorio y ató la cuerda de las tetas al cabecero, dejándome a cuatro patas.
Así como estaba me enseñó un látigo lleno de nuditos.
-¿Vas a demostrarme que eres tan buena como tu Amo dice?
Esas palabras me llenaron de orgullo.
-La complaceré Señora.
-Así me gusta.
Los azotes cayeron... y esos nuditos... El Amo de momento no tenía ninguno de esos, y menos mal.
Conté 30 cuando paró. Desapareció y volvió con una crema que restregó con velocidad por mi culo... me cuidaba.
Andrés dice que tu culo es un pozo sin fondo... vamos a probar si es cierto.
Me enseñó un arnes cuyo dildo temí que saliese por mi boca... era de las cosas más grandes que he visto en mi vida. Se lo tocaba con cara de perversidad mientras me sonreía.
-Seguro que para una puta como tu esto solo es una pequeña molestia.
Entró, y dolió muchísimo... lo metió despacio pero sin parar en ningún momento... aguanté pensando en mi Amo, el querría eso... y cuando empezó a bombear, sentirme tan llena me hizo excitarme muchísimo, pero sabía que no me podía correr.
Cuando lo sacó, me hizo una foto para mandársela al Amo, de mi culo abierto... me la enseñó y me dio muchísima vergüenza.
Se quitó el arnés y empezó a desatarme, mientras me daba besos que llenaban mi cuerpo de pintalabios... Me arrodilló en el suelo, a los pies de la cama... Por un momento pensé en la imagen... ella alta y morena, yo rubia y pequeñita.. su pelo liso, mis tirabuzones... su Dominación, mi sumisión... Mi pensamiento se vio interrumpido cuando me besó, me metió la lengua agarrando la barbilla y mirándome fijamente me dijo:
-Prueba definitiva Erytheia. Ahora vas a comerme el coño.
domingo, 15 de mayo de 2016
Arropo
Entre sus brazos se esconde el mundo las noches de domingo...
Entre sus brazos vivo yo, en mi más pura esencia
En el arropo de su pecho, en el calor de su ser, ahí vivo yo... quien soy realmente, ese trocito de mi que nadie conoce
En el arropo de su cuerpo, mirando al mundo desde sus brazos, entrelazados a mí cintura... porque no hay más allá de sus brazos... porque pueden pasar mil vidas y seguiré viviendo ahí, en su arropar, en su mecer.
La oscuridad de su mirada que se vuelve tierna, cuando me mira y me aprieta contra Èl, como si quisiese que su corazón se impregnase de mí... como si necesitase confirmar que mi alma vive ahí, en el arropo de la Suya.
La nostalgia de la cama vacía, se rompe cuando pienso en su pecho, que me arrulla y me arropa
La pena de la desesperanza quiebra cuando me abraza
Y desando el camino aprendido, el camino tropezado... para recordar que luché y que lucho por crecer y ser mejor... porque mi recompensa se esconde entre sus brazos, pilar de apoyo en el camino, refugio nocturno que me arropa.
El dulce susurro en el oído tanta perversión tanta ternura
Y sus brazos que son el mundo
Las noches de domingo cuando me arropa.
Lista de deseos
Mancharle la nariz de helado
Besarle por sorpresa
Andar desnudo por casa
Pasear de la mano
Enterrar sus pies en la arena de la playa
Ir a un partido de fútbol
Darle de comer
Ver una lluvia de estrellas en el campo
Ponerle las zapatillas
Retorcerme entre sus cosquillas
Un striptease en tacones
Cocinar juntos y acabar llenos de harina
Beber vino blanco de su boca
Dormir hasta la hora de comer
Un paseo en bici
Renovar el concepto de eternidad.
jueves, 5 de mayo de 2016
Dulcinea
A veces me mecía entre sus brazos, cuando mi cuerpo pedía contacto, mimos y mis ojos gritaban cansancio... cuando los tacones me llevaban a mí en vez de lucirlos yo a ellos...
A veced era su Dulcinea, me protegía de todo, venía a salvarme... sin necesitar yo ser salvada... venía a aportarme y enriquecerme.
Esa tarde cuando llegó yo estaba sentada en el suelo. Después de doce horas fuera no había llegado al sofá. Cuando me vió allí me sonrió y yo me aferré con fuerza a su pierna.
-¿día duro, pequeñita?
-Sí Amo.
Y se agachó, me agarró las manos y me ayudó a levantarme. Me llevó a la cama y me tumbó boca abajo. Me dio un azote y un beso... mientras desaparecía en el baño.
Cuando volvió yo estaba medio dormida. Él llevaba una toalla en la cintura. Se subió sobre mi y me masajeó la espalda...
-te voy a follar
Entró dentro de mí con tanta ternura que quise llorar. Se corrió cuando me daba permiso para hacerlo y me besó mientras se tumbaba a mí lado.
Me terminé de desnudar a orden suya y fui a por unos sándwiches... Esa noche me permitió comer en la cama.
Nos tumbamos juntos a ver una peli, mientras Él pellizcaba mis pezones.
Bajé con la boca a su entrepierna y se derramó en mí.
Me agarró y me meció entre sus brazos, cubriendome del mundo, protegiendome, cuidándome; como a su muñeca, su princesa de cuento, su Dulcinea.
lunes, 2 de mayo de 2016
La cama vacía
A veces estiro los brazos en la cama y en vez de amplitud, siento ausencia. Que no hay nada como dormirse sobre un pecho que alberga un corazón que late al ritmo del tuyo. A veces le sueño y lo veo tan cerca, tan real, tan tangible que me levanto entre sudor, temblor y esperanza. A veces le sueño como si la eternidad jugase conmigo y encaro el día con la misión de ser mejor, para que cuando me vea, descubra una mejor versión de mi misma. Sé que no puede ser, que no es el momento, que debo aprender, crecer, vivir, debo seguir adelante para que llegue el momento exacto en el que me duerma con el latido de su corazón, que late a mí ritmo.
Y mientras, mi piel lo imagina las noches que no puedo dormir... y es tan real, tan cercano y tan tangible, que me duermo entre temblores, ternura y esperanza.
Mis linternas le buscan en sueños, entre la eternidad de vidas pasadas.
viernes, 29 de abril de 2016
El viaje
Amo, vayamos de viaje. Cojamos el coche y las maletas. Me gusta ver como conduce, me gusta sentir esa seguridad en el coche que solo usted me da. Yo le daré de beber mientras conduce, le daré de comer y pondré la música que a usted le gusta.
Pararemos a comer en un venta de carretera y usted me rodeará la cintura y agarrará mi culo cuando los camioneros se giren a mirar. Comeremos filete con patatas, simple y sencillo, como la vida que quiero con usted. Un café y una tarta para los dos. Me llenará la nariz de nata de tarta y se reirá de verme tratar de alcanzarla con la lengua.
Cuando lleguemos usted llamará a esos amigos que usted quiere, porque cuidaron de mí antes de que usted apareciese... mientras yo deshago las maletas.
Mientras habla le llenaré de besos sorpresa y usted me mirará regañon por no dejarlo hablar tranquilo... y yo pararé, porque su mirada regañon no me gusta. Prefiero cuando sus ojos me sonríen.
Saldremos a pasear, me agarrará fuerte la mano y me frenará cuando vaya a cruzar sin mirar, porque cuando voy con usted prefiero mirarlo.
Nos sentaremos en un banco y como llevaré vestido, usted jugará conmigo y mis cosquillas... sonará el violín de una chica que practica en su casa y que sale de la habitación... me cantará al oído y yo me derretiré... con usted siempre tengo agujetas
Cuando vayamos a cenar me dará de comer de su propio tenedor, me sentará a su lado y me pondrá el cuello rojo de tantos besos.
En la habitación le haré un striptease como me enseñó mi amiga, esa que a veces me dan ganas de besar en los labios.
Y follaremos, follaremos para encontrarnos en lo más profundo de nosotros mismos. Y no hará falta nada en el mundo mientras me permita enroscarme a su cintura, mientras me bombeé y me remueva por dentro el placer.
Amaneceremos enroscados sin saber en qué momento nos venció el sueño. Yo beberé de usted y saldremos a desayunar. Usted se enternecerá cuando al ver a mí amiga yo me suelte de su mano porque las ganas de abrazarla me puedan... y recordará el día que se la presenté, a ella que es mi hermana, a su Amo que es mi hermano.
Iremos a comer juntos y después a un partido de fútbol y nos mandarán callar porque no se concentran en el juego... pero es que necesitamos bebernos los segundos para aprovechar que estamos juntas.
Y esa noche en la habitación, mientras me folla yo le agradeceré que md quiera tanto, que me aporte tanto y que quiera tanto a mis amigos, que son familia, como lo hago yo. Y usted me dará dos azotes y me besará
Y me dormiré sabiendo que no hay otros brazos en los que esté más segura
Amo, lléveme de viaje, por favor.
lunes, 25 de abril de 2016
El matiz que diferencia un lunes
Las horas extras no están pagadas, ni cuando las remuneran.
Y arrastrar los pies es decadente, pero a veces no puedes permitirte nada más, porque la cabeza y los hombros pesan demasiado.
Hoy fue un día de esos, aunque ya lo siento tan lejos que no sabría exponer los motivos. Cuando llegué me sobraban los tacones y el sujetador. Necesitaba la calma de la bañera y una cama grande y mullida.
Me sorprendió ver que Él estaba allí... normalmente entre semana no venía a casa... Había pedido pizza (lo que casi me sorprendió más) y me arrancó la ropa a bocados camino de la habitación.
Era primitivo, salvaje. Me arrodillé y me folló la boca, antes de correrse me agarró con fuerza y me tumbó en la cama. Me embistió con dureza, mientras agarraba mi pelo y me mordía.
Mi guarra
Mi zorra
Mi puta
Entró en mi culo, sin lubricante y sin avisar... soy Suya... y fue variando, haciendo que viese el orgasmo lejos, sintiéndolo vibrar en mi interior...
Se corrió en mi boca, que su semen nunca se desperdicie, mejor que baje por mi garganta, me alimente de Él y me haga pegar el estirón a través de sus entrañas.
Me ató a la cama, yo aún no me había corrido y creo que quería que lo hiciese.
En mi culo puso un plug, uno grande que compramos una vez juntos y a mi pierna ató el hitachi.
Me dejó allí, después de morderme los pechos con fuerza y amordazarme la boca.
Escuchaba la televisión... de vez en cuando se levantaba, con un trozo de pizza en la mano, me miraba, se reía y volvía a desaparecer.
Pasé allí al menos una hora, aguantando el correrme, nadie me había dado permiso para ello.
Al final apareció y me desató. Sin lavarme con el plug en el culo y las ganas entre las piernas, lo seguí al salón. Allí, en mi cuenco de perrita, pizza troceada me esperaba para cenar.
Me indicó que comiese.
Cuando acabé me subió al sofá, de espaldas a Él y mientras me masturbaba y entró en mi culo, me permitió correrme.
miércoles, 13 de abril de 2016
Rodillas.
Los domingos son para quedarse en la cama. Había dicho ella al despertarse... pero se giró a buscarlo y Él no estaba a su lado. Incluso los domingos sale a correr...
Hubiese querido abrazarlo al abrir los ojos, pero también le gustaba su constancia, su disciplina... Él tenía toda la que a ella le faltaba.
Si pesó un minuto las opciones... ¿Seuir durmiendo o hacerle el desayuno?
Lo segundo lo pondría más contento. Cortó fruta e hizo zumo de naranja, preparó tostadas y puso la cafetera para cuando Él llegase... aprovechó para hacer la cama, se duchó y dejó el cuarto de baño listo para cuando entrase Él. La toalla en el calentador, temperatura media en el baño, música y un ambientador olor a cítricos que a Él le encantaba. Cuando lo escuchó llegar abrió el grifo, para que el agua calentita ambientase la habitación. Él entró la cogió midiendo el agua, apoyada en la ducha, con el culo en pompa.
Se agachó y le besó las nalgas, cubiertas con un tanga rosa palo con bordes de encaje.
-Buenos días putita dormilona.
-Buenos días Amo. He preparado su ducha.
-Así me gusta.
Ella empezó a descalzarlo, a desvestirlo.
Esperó a que se duchase, era divertido oírlo canturrear. Cuando acabó le ayudó a secarse.
-Anda, te has ganado tu ración de leche mañanera.
Erytheia mamó con ansia, como si tragase el néctar de la vida.
Se la dejó limpia y Él se puso unos bóxer blancos.
Un azote en el culo.
-Ve a poner la cafetera anda.
Erytheia caminaba a saltos, feliz y cachonda. ¿La dejaría correrse hoy?
Llegó con el pelo aún mojado, despeinado y la barba húmeda. ¿Por qué era tan guapo? Que así no se puede una concentrar...
Se sentó y ella le sirvió zumo y café. Le puso la fruta en un bol y huntó las tostadas con mantequilla, como a Él le gustaba. Esperó su orden.
-Ven aquí anda. -señalaba sus rodillas
Erytheia se sentó sobre Él y mordió la fresa que Él le ofrecía.
-¿Está rica?
-Sí Amo. Muy fresquita.
-Bebe zumo.
Ella obedecía, desayunó zumo, fruta y tostadas, pero no probó el café... Él no se lo dijo.
Cuando acabaron Ella comenzó a recoger la cocina.
Él desapareció y cuando estaba acabando la llamó.
-Erytheia ven aquí.
Sonó serio y eso la asustó un poco.
-¿Sí Amo?
-Tenemos un tema pendiente ¿no?
Erytheia se arrodilló ante Él, sabía que tenía un castigo pendiente... hacía dos noches, se había pasado de graciosa estando con los amigos de Él y ella sabía perfectamente como no debía comportarse.
-Vamos a recordar una cosa. ¿Tu quien eres?
-Su perra Amo.
-Bien, eso pensaba.
Le colocó un collar y ancló una cadena a la pared.
-8 metros, llegas a la cocina, al baño y a la terraza... no te quiero ver de pie, no te quiero ver moviéndote. Te puedes colocar en tu esquina.
Erytheia se colocó con la mirada baja, arrodillada en el rincón al que estaba anclada la cadena. Él se sentó a leer un libro.
De vez en cuando la miraba, no se movía, pero sentía su respiración... de vez en cuando un suspiro se le escapaba silencioso, como si sobrase aire en su cuerpo.
Llegó la hora de almorzar y Él se levantó para preparar algo. A Erytheia le llegó el olor del sofrito y sintió rugir su estómago. Tenía hambre. Pero pasó la hora de comer y Él volvió con su café.
Se quedó incluso dormido un rato... mientras Erytheia sentía el peso de su cuerpo en las rodillas. Pero claro, Él no estaba castigado, Él no tenía pq soportar su castigo, ella era su propiedad. De vez en cuando en su cabeza resonaba esa frase que Mérida, Silvia y ella se repetían de broma como un mantra. "Te jodes, por puta"
A las seis de la tarde Él se despertó y se acercó a ella.
-¿Tienes hambre?
-Un poco Amo.
Él volvió con un cuenco con fruta y cereales. Lo colocó en el suelo, entre sus piernas, mientras se sentaba en el sofá.
-Ven perrita, come.
Erytheia se dividió entre la vergüenza de comer a cuatro patas y el agradecimiento de cambiar de postura, de poder desentumecer su cuerpo.
Mientras ella comía Él se levantó y se colocó tras ella. La folló con fuerza.
-Ni se te ocurra correrte.
Él se corrió en el suelo y le obligó a limpiarlo. A Erytheia le encantaba beberse el sémen de su Amo, pero no le gustaba nada lamerlo del suelo y Andrés lo sabía.
Cuando acabó Él desenganchó el collar y la cogió en brazos.
-Repíteme quien eres.
-Su perra Amo.
-Y ¿cual es tu sitio?
-A sus pies Amo.
-Buena chica. Vamos a bañarte pequeña.
jueves, 7 de abril de 2016
Aprendiendo a cuidarse.
Erytheia llevaba unos días pachucha, rara y tristona... ella pensaba que era hormonal y no le daba mucha importancia, pero su Amo Sí se preocupaba, Él sabía que algo no iba bien. Le insistió en que se cuidara y se abrigara al salir.
Sin embargo, como siempre, Erytheia no hizo caso y el fin de semana se fue con una amigas a comer, cogió frío y bebió y comió demasiado.
El domingo, cuando se levantó vomitó un par de veces, debido probablemente a que al llegar a casa no era capaz de mantenerse derecha.
Andrés había dicho que iría a comer a su casa, cuando llegó se la encontró en el baño, en braguitas y con mucho dolor de tripa. Se enfadó mucho al verla así, ella sabia que tenía que cuidarse como propiedad de Él que era.
-¿Qué ha pasado Ery?
-No me cuidé Amo.
-¿demasiado alcohol o demasiada comida?
-Las dos Amo. -A Erytheia solo le faltaba bajar las orejitas para ser una perilla arrepentida.
- Vete a la cama Anda.
Andrés puso un calefactor en la habitación. "La casa helada y ella en braguitas... encima!"
Erytheia se tumbó de lado, mientras Él la tapaba con una manta.
-Cuando estés buena, te vas a enterar. Ahora vengo.
-No se vaya Amo, porfi.
-Shhh. He dicho que ahora vengo.
Cuando volvió y Erytheia vio lo que traía en la mano no pudo más que encogerse y cerrar los ojos fuerte, como si con ello pudiese desaparecer.
Andrés se sentó y colocó a Erytheia sobre su regazo.
-¿Vas a ser buena?
-Sí Amo.
-Pues venga, abrete las nalgas sola, que yo vea que colaboras.
-¿Sin lubricante Amo?
-¿Tu crees que te lo mereces?
-No Amo.
-Venga.
Erytheia sintió el termómetro entrando frío dentro de su culo, era enorme y le dolía horrores, pero ella ya sabía lo poco que le gustaba al Amo oírla quejarse cuando se lo merecía; y hoy estaba muy enfadado.
Lo dejo un rsto dentro, hasta que dio la temperatura y lo sacó.
-Bien, no tienes fiebre. -le dijo mientras colocaba la goma del enema.
-Amo porfi, no lo voy a hacer más, de verdad. Eso no.
-Esto no es tu castigo Erytheia, el castigo vendrá luego, esto es para limpiarte y que no te duela. Lo hago por tu bien.
-Gracias Amo. - dijo ella un poco a regañadientes...
Su estómago se comenzó a hinchar y ella a sentirse peor. Cuando lo tuvo bien dentro el Amo le colocó un plug para que nada saliese. La dejó sobre su regazo mientras encendía la tele y se relajaba.
Erytheia sentía que no aguantaría mucho tiempo, temía que saliese todo mientras ella estaba sobre el Amo.
-Amo, no me aguanto más.
-Calla perrita, estoy viendo la tele.
-Pero Amo, porfi...
Un azote seco en el culo la calló durante un rato.
-Sé buena.
Un tercer comentario hizo que Erytheia acabase con una mordaza y varios azotes bien repartidos por su culo.
Cuando pasó el tiempo estimulado Andrés se levantó con ella en brazos y la colocó en el water.
-Aguanta que te quite el plug.
Erytheia asintió
Cuando se sentó en el water lo expulsó todo, cerrando los ojos, de la vergüenza de que Él estuviese mirando. Pero Él le ordenó mirarlo... y ella obedeció.
Le quitó la mordaza.
-¿Has acabado?
-Creo que si Amo.
-Ahora te voy a bañar y vas a ser buena. ¿Entendido?
-Sí Amo.
Se colocó a cuatro patas en la ducha, Él la lavó como a una perrilla. Después llenó la bañera y entró junto a ella. Estaba cansada. La secó y le llevó a la habitación.
Tumbada bocabajo entró en su culo, aprovechando que estaba limpia y abierta. Aún así Erytheia dejó escapar un par de quejidos en las embestidas más fuertes.
La dejó dormida, con su leche escapando de entre las nalgas.
Cuando Erytheia despertó Él esperaba con una manzanilla. Su culo estaba limpio, Él le había quitado la leche con toallitas húmedas después de hacer un par de fotos.
-¿Cómo estás?
-Bien Amo.
-Bébete eso que tenemos que zanjar el asuntillo.
Erytheia dio dos sorbos largos a la manzanilla... odiaba su sabor.
-De momento y hasta nuevo aviso prohibidas braguitas, chucherías, comida rápida y alcohol. La próxima vez que te llamen tus amigas me llamas a mí antes de quedar. ¿He sido claro?
-Sí Amo.
-Bien ¿Has acabado?
-Sí Amo.
-Ponte en cuatro sobre la cama. Ahora voy a hablar con tu culo para que se te grabe bien.
La rama no da descanso, a Erytheia no se le iban a olvidar... Lloró mucho mientras. Sentía que nunca iba a acabar, que no aguantaría, pero al final, lo logró. Sintió como guardaba la rama.
La cogió entre sus brazos y la meció.
-Perdón Amo.
-Shhh ya esta pequeña.
jueves, 31 de marzo de 2016
Regalos de cumpleaños.
A Erytheia se le presentaba un nuevo reto. Era el cumpleaños del Amo de Mérida y Silvia y ella eran los regalos que sus respectivos Amos iban a hacer a su amigo. Una tarde con tres sumisas para Él.
Erytheia y Silvia iban vestidas de negro, ropa interior, medias y tacones. Llevaban además un enorme lazo dorado en la cabeza, dejando clara su categoría de regalo. Mérida no llevaba lazo, ella ya era Suya.
Las tres esperaban arrodilladas en la habitación, Erytheia a la izquierda, Mérida en el medio y Silvia a la derecha. Había champán, platos de perrita, fruta, chocolate y muchos aperitivos.
Cuando llegó Mérida se adelantó a quitarle su chaqueta, dejarla en su sitio, Erytheia y Silvia lo descalzaron. Se acomodó en una butaca. Con un chasqueo de dedos las tres se acercaron a cuatro patas, como buenas perras. Erytheia se colocó entre sus piernas, para chuparle la polla, mientras Mérida le comía los huevos y Silvia lo masajeaba utilizando desde la lengua hasta las tetas para ello.
No se corrió, llegado el momento colocó a Mérida sobre la cama, y le sodomizó el culo con fuerza, mientras ordenaba a Silvia y Erytheia que se liaran entre ellas para espectáculo del Amo.
A Mérida la bombeaba con fuerza y Erytheia se sorprendió de lo poco que ésta se quejaba... debería de estar muy bien acostumbrada.
Aunque la verdad es que Erytheia no estaba demasiado pendiente de como sodomizaba su Amo a Mérida, Silvia besaba muy bien y captaba su atención... más aún cuando dejó de besar su boca para centrarse en su entrepierna.
Cuando se corrió Silvia se apresuró a limpiarle la polla, mientras Erytheia se encargaba de dejar limpio el culo de Mérida.
-Tengo hambre. - dijo el Amo.
Mérida se levantó y le puso una copa y una bandeja con varios aperitivos. Los acercó a su Amo y se quedó arrodillada para facilitárselo. Mientras, Silvia le daba de comer y Erytheia preparaba la bañera.
Cuando se levantó para bañarse las dos perritas lo acompañaros. Erytheia esperaba en el baño.Él entró en la bañera. Erytheia se colocó en el borde masajeando su espalda mientras lo enjabonaba, así como su pelo. Silvia se dedicaba al pecho y los brazos, las piernas y Mérida a lo más importante, a la polla... Erytheia utilizaba las manos en el pelo, mientras que las tetas la dedicaba a la espalda... Silvia por su parte utilizaba sus pechos y Mérida... Mérida sobra decir que para limpiar la polla de Su Amo usaba la boca.
El Amo estaba tan relajado que se quedó adormilado, hasta que el agua se fue quedando fría y despertó. Al salir de la bañera las tres sumisas se turnaron para secarlo. Después el Amo las mandó a ducharse por turnos, para que Él nunca se quedara solo. La primera en ducharse fue Erytheia. Mientras Mérida se tumbó bocarriba sobre la cama, Silvia se puso sobre su cara para que le comiera el coño y el Amo se folló su coño.
La siguiente en ducharse fue Mérida, que tenía toda la cara llena de flujo de Silvia, quien al borde del orgasmo soñaba con poder frotarse para correrse, pero ninguna de las tres tenía permiso para hacerlo; solo estaban allí para dar placer.
Erytheia se colocó en el lugar que previmente había ocupado Silvia, mientras Silvia se colocaba en el que había estado Mérida. Cuando Silvia fue a la ducha el Amo estaba a punto de correrse y Erytheia se la chupó hasta que se corrió en su boca. Mérida que salía de la ducha en ese momento acudió presta a limpiarla.
Ya estaban las tres limpias cuando el Amo les dijo que se colocaran a cuatro patas con la cara en el suelo.
-Es mi cumpleaños y quiero soplar las velas.
Colocó a cada una de ellas una vela en el culo, insertada. La encendió y les pidió que cantasen cumpleaños feliz, pero que lo cantasen bien afinado... Con la postura que las tres sumisas tenían, para cuando el Amo consideró que habían cantado bien para soplar las velas, todas tenían el culo lleno de cera.
martes, 29 de marzo de 2016
Rutina
Ella siempre lo escuchaba llegar cuando se quedaba en casa a dormir, y salía a correr cuando amanecía. En su remolonear sentía como entraba en la habitación, se sentaba en la cama y le daba un beso.
-Erytheia, despierta.
-cinco minutos más Amo, porfi.
-Vamos arriba Erytheia.
Ella se levantaba e iba a poner la cafetera. Después, mientras Él se duchaba, le preparaba la ropa y hacía tostadas, cortaba fruta y preparaba zumo.
-Erytheia!
A Él le gustaba que Ery lo secara despacio y que se la chuparla antes del café. Cuando se corría en su boca y ella se la dejaba limpia, se vestía, con su ayuda. Desayunaban juntos y mandaba a Erytheia a la ducha.
Ahora era Él quien elegía la ropa que Ery llevaría ese día. Pantalones ajustados, blusa abotonada, botines bajos y abrigo corto. Un pañuelo al cuello para proteger su garganta.
-Ponte en inspección. -le dijo al salir de la ducha. Y comprobó su depilación. -bien, buena perra.
Se iban juntos a trabajar, Él la dejaba a ella con la moto y le decía que pasaría a recogerla. En el trabajo a Ery se le pasaban las horas largas, a pesar de amar su profesión. Un mensaje de Él lo facilitaba todo... o lo complicaba en según que situación...
"Quítate las braguitas y masturbate sin correrte, después vete a la reunión que tienes y cuando salgas, lo vuelves a hacer"
Erytheia se quedaba a punto de caramelo, cachonda y sin poder correrse. Así pasaba la mañana, al borde del orgasmo.
Cuando llegaba la hora de salir, sus piernas chorreaban ansia.
Él la recogía en la moto, a veces iban de compras o al cine, a pasear si no hacía mucho frío... Pero, los días favoritos de Erytheia eran cuando iban directamente a casa. Como ese día. Ese día Él la llevó a casa rápido. Y empezó a desabotonar su blusa en el ascensor. Le besó los labios con fuerza, mordisqueando su lengua. Se agarró a ella y la alzó para meterla en casa. La tumbó en la cama. Le bajó los pantalones y entró con fuerza. Con ansia, sin preámbulos. Embistiendo.
Cuando la follaba así Erytheia no podía controlar su cuerpo, le venían espasmos de placer, se retorcía y queria correrse. Gritaba y Él la sujetaba mientras la follaba.
-Amo, por favor. Permitame correrme.
-No puta.
Él se corría dentro de ella. Después la llevaba a la bañera, dejándola cachonda. El agua calentita la esponja y Él sentado junto a ella. Ella lava las piernas de su Amo y su Amo se cuela con dos dedos dentro de ella.
-Ahora si te vas a correr.
Erytheia obedece, poca falta hace que su Amo la toque, está muy cachonda. Se corre en silencio, de forma profunda y larga.
Cuando se recupera Él la saca de la bañera, la seca y la pone a cuatro patas. Entra en su culo y se lo sodomiza.
Después le ordena ponerse unas braguitas e ir a hacer la cena.
Él se ducha, después cenan juntos, Él en el sofá, ella a sus pies.
A la hora de acostarse ella se lava bien, se acicala y se pone bonita para Él.
Él le hace el amor y se duerme agarrado a su cintura. Ella ya ha aprendido a no moverse mientras duerme, jamás querría deshacerse de sus brazos.
jueves, 25 de febrero de 2016
Erytheia y el sémen
La primera vez que Erytheia se metió una polla en la boca se sorprendió por la dureza que tenía. Sí, imaginaba que debía estar muy dura, pero esperaba un poco de carne blanda sobre la dureza... También se sorprendió de su sabor... "es piel... pero no sabe como un brazo, o como una cara cuando das un beso" pensaba, porque Erytheia es muy dada a reflexionar en situaciones inapropiadas. Sin embargo le cogió el gusto, pero paró cuando vinieron las primeras gotas de líquido preseminal. No le gustó el sabor. Esa fue su primera experiencia, corta y extraña.
Cuando conoció a Andrés, Erytheia nunca había tragado sémen, pensaba que gustándole tan poco el líquido preseminal, el sémen le resultaría repulsivo. Pero claro, Andrés era su Amo y Él no iba a permitir que ella quitase la cara cuando Él se fuera a correr, por eso, la primera vez que Erytheia se vio arrodillada ante la polla de su Amo sintió miedo. ¿Le gustaría a Él como la chupaba? ¿Sería capaz de tragar el sémen? Decidió que lo mejor era no pensar, al final el resultado sería, seguro, el mismo.
Él le dijo: "Abre la boquita" entre cariñoso y juguetón, conociendo los miedos de ella y a la vez excitado sabiendo que ella estaba insegura y aún así quería hacerlo por Él
Ella obedeció y él no tardó ni un minuto en introducirla en su boca, la dejó jugar con su lengua, viendo como se desenvolvía. Erytheia se sintió diferente, le gustaba tenerla en su boca y le gustaba aún más cuando Él gemía, indicándole que le gustaba. Continuó, cada vez más entusiasmada, sintiendo como palpitaba en su boca y de repente, comenzó a notar como su boca se llenaba de un líquido que fue tragando poco a poco, no le recordaba a ningún otro sabor, era completamente diferente, pero, a pesar de sus expectativas aspiró buscando más, limpiando la polla de su Amo para no dejar ni una gota. Cuando acabaron Él la apoyó sobre su pierna, mientras descansaba sentado en el sofá y le acariciaba la cabeza.
-Dime nena ¿Qué te ha parecido?
-Saladito Señor.
Desde entonces, Erytheia prefiere lo salado.
jueves, 11 de febrero de 2016
Su puta.
sábado, 6 de febrero de 2016
Caperucita
Para Erytheia el carnaval implicaba reencontrarse con su tierra, con sus raíces. Este año era especial, venía con ella su Amo, por primera vez iban a estar juntos el sábado de carnaval. Extrañamente además, había decidido disfazarse.
Erytheia estaba en el baño, retocando su maquillaje cuando apareció Él, con un disfraz de Lobo que no le hacía justicia. Su perrita, se colocó la caperuza roja mirándolo asombrada, no sabía si era más asombroso que hubiese cedido a disfrazarse o que le pusiese tan cachonda un disfraz.
Salieron a la calle, habían quedado con las amigas de Erytheia que cuando los vieron comenzaron a reírse.
-La única diferencia que hay entre Caperucita y Erytheia es que la del cuento se metía en la boca del lobo y Ery prefiere meterse la polla del lobo en la boca!!!
-Qué zorras que sois. ¿A donde vamos?
Andrés charlaba con las parejas de sus amigas mientras ellas reían. Pero siempre tenía un ojo puesto en su caperucita.
Dieron una vuelta, escucharon varias agrupaciones y bebieron bastante. A Erytheia Andrés le cerró pronto el grifo, no entraba en los planes de la noche llevar a Caperucita en brazos por no tenerse en pie.
Sobre las cuatro comenzaron a despedirse, el ambiente comenzaba a ponerse feo y ninguno quiso quedarse en la calle. Cuando llegaron a casa Andrés pidió a Erytheia que se colocas en posición tal y como estaba. Él entró en el baño y volvió sin el disfraz, desnudo, con la verdadera piel de Lobo que Erytheia conocía.
-Decían tus amigas algo de que tu querías chuparsela al Lobo ¿No? Pues venga, Caperucita, que estoy generoso.
-Lobo que polla tan grande tiene!
-Para ahogarte mejor putita.
Lo que comenzó siendo una mamada tranquila acabó siendo una follada de boca en toda regla.
Cuando se hartó, Andrés colocó a su Caperucita particular a cuatro patas sobre la cama, rasgó su tanga y entró en su culo, la follaba con fuerza mientras azotaba sus nalgas y pellizcaba sus pezones de forma alternativa. Hasta que se corrió dentro de ella.
Ahora zorrita te vas a poner de rodillas sobre la cama, vas a abrir las piernas y vas a frotar tu coño de guarra hasta correrte.
A Erytheia esa orden le hizo agua el coño, si es que podía estar más mojado de lo que ya estaba. Se frotó continuamente, mientras Él fotografiaba a esa Caperucita tan poco infantil. Cuando se corrió agradeció a su Amo y sintió como papelillos y serpentinas caían a su alrededor en una explosión de placer.
-Gracias Amo, gracias.
-Ahora mi niña, espera un momento que te llevo al baño y vamos a dormir.
No dio tiempo, cuando el Amo volvió de dejar la cámara en su sitio, Caperucita estaba dormida sobre la cama.
domingo, 17 de enero de 2016
El juego de la estatua
Ese día había pensado pasarlo en casa. Llevaba varios días medio pachucha y saturada de trabajo. Eran las doce y media y estaba trabajando en la mesa del comedor cuando se abrió la puerta. Sólo Él tenía llaves. Me pilló desprevenida, en pijama y con todas las cosas del trabajo esparcidas.
-Hola pequeña. ¿Aún en pijama? Vamos.
Me agarró la mano y lo seguí por el pasillo. Una vez en el cuarto de baño abrió el grifo y comenzó a desvestirme. Estaba la bañera se llenaba poco a poco de agua que calentaba el ambiente. Cuando estuve desnuda me ordenó prepararme y me inspeccionó. Por suerte a pesar de haber estado regular no había descuidado la depilación. Me mandó meterme en la bañera.
-Mis brazos, me barriga, mi teta, mi otra teta, mi pezón -pellizco- mi otro pezón, mis piernas, mi coño...-Tres dedos dentro- mis piernas, mis pies. Bien, mi propiedad limpita. Ahora voy a lavarle el pelo. Así mi muñeca. Echa la cabeza para atrás cosita mía, buena chica.
Me sacó de la bañera y me secó. Después me sentó en el suelo sobre las toallas y comenzó a secarme el pelo. Era minucioso en la tarea. Yo sabía que tanto mimo no me libraría de un castigo y efectivamente así fue.
-Lista, ven a la butaca.
La butaca era un sillón de mi salón donde Él se sentaba especialmente a regañarme por una falta cometida.
-¿Pensabas estar todo el día en pijama?
-No Amo.
-¿entonces?
-No me di cuenta de la hora Amo.
-¿Qué te tengo dicho?
-Qué debo mantenerme aseada y vestida aunque esté en casa. Puedo ponerme mallas y ropa cómoda pero no pijama. Nunca más tarde de las doce en pijama.
-¿Y qué rutina te digo que sigas?
-Qué me levante, desayune y me duche.
-Bien, has desobedecido, vamos a jugar a la estatua.
No sabéis cuanto odio el juego de la estatua. Consiste en arrodillarme tiempo marcado por una alarma que no sé cuándo va a sonar. Pinzas en los pezones, un plug en el culo, un vibrador al máximo en el coño y con la lengua fuera, sobre esta un cacahuete que no se puede caer. Pero lo peor es que lo hago en un rincón del salón mientras Él pasa de mí.
Debió notarse mi cara de disgusto pq antes de empezar me lleve varios azotes fuertes en cada nalga
Estuve así como mil años. Él leía, iba a la cocina a por frutos secos, bebía agua, pero ni me miraba. Pensé que no aguantaría, las ganas de correrme, de tirar el cacahuete al suelo, de frotarme contra su pierna como una perra... pero a la vez pensaba muchísimo en el castigo. Tenia que cumplir los protocolos a raja tabla si quería ser suya, pertenecer a su mundo. Esto no podía volver a pasar. Lloré un poco. Pero aguanté el castigo. Me puso la mano para que le diera el cacahuete y me quitó las pinzas lamiendo cada pezón para calmar el ardor. Me subió sobre su regazo en la butaca, como una gatita pequeña. Y me acarició el lomo y el culo hasta que me quedé dormida. Me despertó a la hora de comer, me había trasladado al sofá y había cocinado macarrones con salmón y queso. Hacía una semana le había dicho que me apetecían pero como estaba regular quería cuidarme. Ahora estaba bien y Él no lo había olvidado.
viernes, 1 de enero de 2016
Recuerdos futuros
A Erytheia le acababa de follar el culo su Amo, aún lo tenia dolorido y abierto, los pezones y los labios hinchados, la respiración no había terminado de calmarse y su garganta tenia la textura característica del sémen. El Amo dormía agarrado a ella, protegiendo su posesión con fuerza y si ella se movía un poco, el apretaba más. A veces una mano acariciaba su costado y bajaba hasta su culo, se quedaba ahí un rato y volvía a abrazarla por las caderas. Erytheia se sentía en el mismo paraíso, follada, besada, dominada y querida. Pensaba en años atrás, en su primer encuentro, tras presentarlos una amiga en la cafetería charlaron un tiempo y su amiga, tras decirle a Erytheia que ambos compartían ese sentimiento perversamente placentero, les concertó una cita. Ella estaba nerviosa, muy nerviosa de pensar que se encontrarían aquella noche. Había salido tarde de una reunión importante, se había arreglado con prisa y muerta de miedo, se había dirigido al lugar. Vestía una falda azul plisada de vuelo camisa a rallas y tacones a juego. El azul le transmitía suerte. Cuando llegó Él estaba allí con esa sonrisa tranquila y segura... A Erytheia le temblaban las piernas. ¿Y si todo iba mal? Aunque su verdadero miedo residía en qué ocurriría si todo fuese bien ¿Estaría ella a la altura de las circunstancias? Él se levantó y le dio dos besos. Ella se puso colorada cuando Él le ofreció sentarse. Pidió un refresco, porque se encontraba muy acalorada y cuando dio el primer sorbo, se sintió una niña al comparar su gaseosa con la copa de vino tinto que tomaba Él.
Él, que había notado el temblor de su mano, la tranquilizó preguntándole por la reunión, llevando la conversación a la cotidianidad de Erytheia, le dijo sin palabras que todo estaba bien. Descubrió de Él que apartaba los guisantes de la ensaladilla, que cuando sonreía se le formaba una arruguita entre las cejas y que odiaba las cremas de verdura. Charlaron de todo, de nada. Erytheia pidió un vino para cenar y pudieron brindar por una noche que olía a comienzo. Erytheia, que tenía miedo a la necesidad de salir huyendo, se encontró de repente al temor de que echaran el cierre del local. Nunca nadie le había transmitido la tranquilidad que Él le transmitía, nunca nadie la habia mimado tanto al pasarle un trozo de pan.
Erytheia piensa en el camino, no ha sido fácil ambos han trabajado mucho, ella superando sus miedos, Él cultivando una paciencia infinita pero solo hay que mirarlos ahora, ÉL Amo, acabado de despertar, gira a Erytheia, la besa en los labios y agarrándola del pelo, la guía hasta su pene ese que Erytheia hace ya tiempo aprendió a chupar con adoración.
El miedo a empezar existe, pero peor es el miedo a no continuar.